“Si fuese un libro, me gustaría ser un libro de biblioteca; así podría ser llevada a casa por todo tipo de niños.”
— Cornelia Funke
Yuan Fuei Liao, licenciado en Arte Publicitario, es escritor de literatura infantojuvenil, poesía y minificción. En su texto ‘’Coleccionistas de abrazos: cuentos para sonreír’’, nos adentra en una riqueza simbólica, emocional y profunda, especialmente valiosa por su contexto: la pandemia, la infancia y la imaginación.
En este artículo me limitaré a comentar el cuento que más me fascinó de esta obra: ‘’Coleccionistas de abrazos’’.
En la literatura infantil, los abrazos son un leitmotiv frecuente. Expresan vínculos emocionales, comunión y afecto. Simbolizan una manera de conectarse con los demás, tanto física como emocionalmente, para dar ánimo, alegría, cariño y protección.
“Lo que sé es que me hacen falta los abrazos de mucha gente que no vemos desde hace semanas. No veo la hora de que esto acabe —suspiró Espe con nostalgia de futuro.” (p. 12)
Los cuentos que abordan el tema del abrazo educan a los niños en la solidaridad, el compañerismo y la empatía. Los abrazos tienen la capacidad de consolar en los momentos tristes o preocupantes: el apoyo emerge. Un abrazo en la dificultad permite que los niños se sientan queridos, valorados. El sentimiento que transmite un abrazo es profundamente esperanzador.
“¿Crees que a Nona y a Nono les hacen falta nuestros abrazos?” —volvió a preguntar la hermana, esta vez recordando a sus abuelos. (p. 11)
A través de los abrazos, los niños pueden solucionar conflictos, mejorar desavenencias y estrechar los lazos familiares y de amistad. En este cuento, el autor utiliza el abrazo como manifestación de apoyo y afecto en medio de una situación tan adversa como lo fue la pandemia del coronavirus.
Estos cuentos cultivan la amistad y la tolerancia, instruyendo a la primera infancia sobre lo importante que es relacionarse con los demás. Favorecen el entendimiento y la comunicación no verbal, expresando cómo los abrazos pueden transmitir amor y consuelo sin necesidad de palabras. Conectan a las personas más allá de sus diferencias y tienen el don de alegrar y brindar aliento.
Los abrazos en la literatura infantil tienen gran relevancia por su significado en la vida diaria. Poseen una importancia sanadora. A través de ellos, los niños desarrollan con mayor profundidad sus dimensiones emocionales y sociales.
¡Cuánto poder tienen los abrazos!
Este cuento, ‘’Coleccionistas de abrazos’’, es divertido y único en su clase. Educa, pero también entretiene de forma entrañable. ¡Qué lecciones tan maravillosas ofrece a través de la hermandad y la amistad! Es emocionante cómo se expresan los sentimientos mediante estas metáforas sobre los abrazos.
Yuan Fuei Liao convierte algo tan sencillo en un instrumento valioso de enseñanza, con encanto y originalidad. Imprime valores y costumbres en la niñez: cada brazo en el texto representa hábitos, conductas o principios que preparan a los más pequeños para comprender el significado de la aceptación, la amistad y la afectividad.
Todo esto se logra al compás del juego, el divertimento y la aventura. Este cuento es una herramienta inestimable para que los niños aprendan a compartir sus sentimientos y comprendan la importancia de cultivar prácticas saludables de forma amena e inolvidable.
Las ilustraciones son vibrantes y la historia, cautivadora. Leer este cuento es una experiencia animada y didáctica, ideal para antes de dormir o para momentos de lectura en familia.
‘’Coleccionistas de abrazos’’ es más que un cuento. Es una travesía hacia esos brazos que esperan abrazos: un viaje lleno de amor, afecto y amistad. Una obra inusual, repleta de magia y asombro. Pero más aún, es una marca duradera en los corazones y mentes de los pequeños, dejando huellas profundas en su desarrollo y evolución.
Es admirable cómo este autor, de manera atractiva, presenta personajes encantadores y situaciones relatables. Las narrativas, llenas de ingenio, capturan la imaginación de niños y niñas, fomentando su creatividad y su capacidad para razonar con originalidad.
Me fascina cómo Yuan Fuei Liao nos prepara para recibir abrazos.
Necesito un abrazo
cuando en la noche
la luna se oculta
y el frío es el abrigo
que se acuesta conmigo.
Necesito un abrazo
si los gorriones cantan
en la orilla de mi ventanal,
una tarde larga de lluvia
y veo ranitas croar,
saltar en los charcos
que agranda el aguacero.
Quiero un abrazo
cuando corro junto a mi perro,
deseando atrapar las sombras
que el sol proyecta
caliente sobre la arena.
Necesito un abrazo
cuando los amigos no están,
cuando no se escuchan los ruidos,
cuando estoy solo
y un poco aburrido.
Quiero un abrazo
cuando solo escucho gritos en el mercado,
cuando las bocinas de los autos
parecen mil orquestas juntas
en un concierto que no acaba.
Necesito un abrazo
cuando mi casa es un circo,
con ballenas y delfines
nadando entre habitaciones,
y tres payasos hacen volteretas
al derecho y al revés
por todas las paredes.
¡Urgente! Un abrazo
cuando tengo pesadillas,
en las que estoy atrapado en la selva,
y luego salgo airoso…
para caer en un pantano.
¡Oh! Un abrazo rápido,
¡estoy en un desierto!
No hay nadie,
no escucho nada.
Abrazo, rápido, rápido.
Siempre un abrazo yo quiero
con el mundo girando abajo,
junto a mí.
Siempre un abrazo yo quiero
desde el cielo, muy arriba.
Un abrazo.
¡Sí!
El más bonito: azul celeste.
En los abrazos de Yuan se siente el palpitar de un corazón y la tibieza suave de un regazo. En el abrazo cálido, en la risa compartida y al caminar juntos, la vida se transforma en una familia que se quiere, en un refugio tierno, en un hogar del corazón florecido.
Las metáforas de este cuento son originales, evocadoras y cargadas de ternura. Se destacan por su capacidad para traducir realidades complejas como el confinamiento, la falta de contacto físico, el miedo y la necesidad de conexión humana a un lenguaje simbólico comprensible para los niños y profundamente conmovedor para los adultos.
La “coronadilla” como un “mamut moderno” es una brillante metáfora que transforma al virus en un monstruo ancestral, temido pero comprensible dentro del mundo infantil. Abrazos guardados en nubes, bombillas, mangas o tazas de chocolate: cada imagen representa no solo una idea concreta, sino también una dimensión emocional y mágica de la experiencia humana.
“El árbol de los abrazos porque sí” es una imagen potente de generosidad, esperanza y conexión universal. (p. 18)
Las metáforas de Yuan Fuei Liao son creativas, coherentes con el universo infantil y profundamente simbólicas. El texto está repleto de imágenes poéticas y su tono general es lírico, dulce y lleno de sensibilidad, capaz de convertir lo cotidiano en algo maravilloso.
“Nostalgia de futuro” es una expresión de alto vuelo poético que remite al deseo, la esperanza y la ausencia.
La lista de abrazos clasificados tiene el ritmo de una letanía afectiva, que funciona casi como un poema-collage.
La mezcla de imaginación e intimidad convierte este cuento en una especie de fábula moderna, con sabor a cuento de hadas, pero anclada en una realidad cercana. El lenguaje tiene un ritmo sutil, cálido, ideal para un relato que entrelaza fantasía y emoción. Alterna diálogos con descripciones de forma armónica, y la estructura en forma de lista ofrece variedad sin perder unidad.
“Abrazos enamorados: los guardamos en la boca. ¡Comeremos abrazos para poder repartir besos abrazantes!”(p. 17)
A este autor parece que Irene Vallejo lo soñó cuando, en su manifiesto, escribió que somos seres entretejidos de relatos, bordados con hilos de voces, de historia y de más. Yuan Fuei Liao cuida de la lectura, y en sus relatos, nos invita a cuidarla también. Como Irene, sabe que lo que nos salva son los libros, y los suyos se despliegan ante nuestros ojos con una creatividad formidable, rumbo a un futuro dorado.
Se busca un abrazo
en todos los caminos,
que lleve flores
para adornar el sol en la mañana
y a la luna,
cuando el sol se acueste
y ella despierte.
Que cabalgue por el mundo,
prodigando su ventura
por los mares,
por las arenas,
tocando corazones
como si fueran campanas suaves.
Se busca un abrazo
que corra con todas las fuerzas
que tiene el viento,
para que se derrame
como brisa leve,
y toque por siempre
a toda la humanidad.
Yuan es un artífice de los abrazos.
La voz narrativa fluye con naturalidad, como si se tratara de un cuento leído en voz alta. Los personajes (Espe y Salva) están bien definidos: representan la dualidad curiosa y soñadora de la infancia. La entrada en ‘’Extravagancia’’ permite un cambio de tono más fantástico, que enriquece el desarrollo narrativo.
El enfoque literario es sólido y encantador. Psicológicamente, el texto funciona como un ritual simbólico de sanación: ante la amenaza (la coronadilla), los niños imaginan, crean, clasifican, ordenan… y eso es exactamente lo que hace la mente para defenderse: construye sentido. Espiritualmente, habla de esperanza, amor incondicional y conexión humana.
El abrazo "porque sí" es un símbolo profundo: representa el amor gratuito, la compasión sin causa, lo universal. También hay una pedagogía implícita: invita a los niños a transformar la carencia en creatividad, el miedo en ternura, la espera en construcción emocional.
El cuento es terapéutico, lleno de luz, y puede leerse como un texto resiliente y profundamente humano.
Es un regalo maravilloso,
el abrazo para todos.
El que se da sin anuncios,
que se ofrece
como un obsequio bondadoso.
Es tan dulce
como fruta florecida.
Al compartir un abrazo,
todo se transforma
en alegrías y risas.
La primavera
se viste de colores exquisitos
en sus flores renacidas.
Y es que en un abrazo
cabe mucha ternura,
esa que es bienhechora.
El amor es lo que vemos en el abrazo de buenos días que reciben unos ojitos recién despertados en el hogar. En el abrazo amoroso que la maestra del jardín infantil da a cada niño o niña. El amor está en el reencuentro de dos amigos muy queridos que se abrazan en el parque.
Está en el abrazo de la tía, del abuelo que regresa de un viaje, y el aeropuerto se vuelve pequeño porque esos abrazos inundan el espacio.
¡Qué palabras tan llenas de magia: "Había una vez…"!
Se alza un universo creativo, donde solo hay espacio para escuchar ese cuento tan maravilloso. No caben celulares ni los apremios de la cotidianidad. El adulto debe procurar que nadie interrumpa este momento especial.
Así, los pequeños aprenderán sobre la marcha, con todos sus sentidos, que ese diálogo sobre la vida —que pasa entre las páginas de una historia— da nombre a las emociones. También atesorarán los libros, porque con ellos pueden compartir con sus seres amados.
Entenderán que los libros nos abren posibilidades que nadie podrá cerrar jamás.
Leer cuentos es saludable: sosiega la mente, la limpia, renueva las fuerzas y la energía. Agranda el horizonte, dinamiza las neuronas, favorece la experiencia y libera el estrés.
Los niños de este tiempo necesitan valorar más la existencia que el conocimiento. La esencia es lo más relevante. Deben aprender a pensar de forma crítica, compendiar la información y los datos, y entender que el discernimiento se transforme en cultura.
Si los abrazos no se abrazan, dejan de existir:
el amor, la tierra, los besos, las caricias, los mimos.
Y no quedarán palabras bonitas, ni risas maravillosas,
ni recuerdos mágicos, ni días encantados.
Si los abrazos no se abrazan,
el amor se irá a otro mundo.
Nos quedaremos muy tristes
en este universo pequeño.
Por favor, dame un abrazo
y vuélvemelo a repetir,
porque no quiero que se escape
con la brisa que hace aquí.
Este autor hace la diferencia con su forma de contar, con su manera de escribir. Vale la pena leerlo: hace que la literatura sume puntos. ¡Cuánto genera en el placer de sus letras!
Importa mucho lo que da, lo que nos ofrece. Está consciente de que siempre será valioso ese pequeño abrazo que puede iluminar a un niño en su frágil vulnerabilidad.
Porque en un abrazo
hay esperanzas para todas las mañanas.
Porque con un abrazo,
el mundo siempre será bueno.
Con un abrazo,
el despertar tiene estrellas a su alrededor.
"Coleccionistas de abrazos" es una pequeña joya literaria, llena de corazón, imaginación y sabiduría emocional. Tiene el poder de sanar, de hacer reír y soñar, de tocar fibras íntimas desde la mirada de la infancia. Ideal para adaptarlo como obra escolar o incluso como cortometraje animado.
Este autor ingenioso sabe, a ciencia cierta, que un abrazo para un niño es abrir los brazos muy grandes, como alas gigantes, moverlos y extenderlos hasta abarcar el lugar donde habita la esencia del amor.
Y que ese otro abrazo —el que responde— es la definición perfecta, porque solo existe cuando es recíproco, en ese juego de abrazos, para luego reír en esa caricia que se recibe con las manos llenas.
Ese arrullo es lo más bonito del mundo.
En este cuento infantil, Yuan Fuei Liao dibuja, en su corazón, un abrazo gigante, gigante… lleno de vida y de sonrisas.
¡Albricias!
Un gran regalo para todos.
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