La novela, como parte de la producción literaria en el país, está siendo acogida por nuestros autores, no tanto como la poesía o el cuento, pero está siendo trabajada con determinado rigor creativo.

Esta vez, les presento la obra "El monte de las voces", novela de Juan Ventura. Diseño y portada de Greg Pérez. Maquetación y cuidado editorial, a cargo de Rodolfo Báez (El Gato Ediciones (EGE)). La imagen gráfica de la portada es del autor de esta novela, quien también es un reconocido pintor. Impresora Castillo. 208 págs.  Santo Domingo, República Dominicana, 2024).

Desde una narración en tiempo pasado, el sujeto-narrador presenta el ambiente de misterio y escepticismo de un panorama de embrujo, donde voces y hechizos surgen del bosque y convierten a los seres humanos en fieras o animales, si se responde a su llamado.

El sujeto-autor, sobre quien he dicho que es pintor, asume aquí el potencial del creador que, desde la ficción, nos pinta un panorama de asombro, donde la naturaleza queda vinculada a la vitalidad material y espiritual del ser humano.

Desde la participación de varios personajes, en esta novela, la desaparición de hombres y mujeres que visitan el monte es un problema normal en ese contexto, llenando de nostalgia y angustia los hogares de familias residentes en aquella comarca. Veamos:

"Risa y José eran hijos de María y Vitalino. Risa tuvo su primera relación carnal a los doce años. Al cumplir trece, ya había nacido su hijo Randyn. Al poco tiempo, ella desapareció sin dejar rastro, quedando sus padres a cargo del niño.

  Con la pérdida de su hija, Vitalino murió, afligido por la nostalgia".

(Ver pág. 7, obra citada).

Foto del pintor y narrador Juan Ventura (La Llanada de Cabrera, Nagua, 17/2/1954, Provincia María Trinidad Sánchez, República Dominicana).

Contar los hechos, aprovechando el suspenso, conlleva al lector a sumergirse en aquel contexto tenebroso, donde "los verdes", seres del monte, los absorbieron". Sitúa al lector en una expectativa, en una preocupante espera que genera el suspenso.

(Ver pág.8, obra citada).

La naturaleza, el hombre y sus embates cotidianos son presentados aquí, desde una estructura integrada por dieciocho (18) capítulos, en esta novela patrocinada por "Seguros Universal".

En "El monte de las voces", lo ficcional es registrado, junto con enfoques de supersticiones y creencias fantasmagóricas que le otorgan a la obra un ambiente misterioso, donde, en cualquier momento, algún personaje presente en el bosque puede desaparecer, sin dejar rastros visibles.

El texto novelado, en su conjunto, es una válida excusa para el sujeto-autor encontrar espacios para exponer criterios filosóficos y humanísticosa favor de la defensa de la naturaleza, desde interrogantes como este:

"Es que el hombre no ha entendido que le está cortando la vida al planeta, y que con él se va?"

(Ver palabras del personaje Brunildo a los personajesManuel y Luis, pág. 26, obra citada).

Aquí, la vida es vista desde la óptica de formar parte de la naturaleza. Hay aquí, además, un tratamiento sobre lo espiritual, por lo que se expone en esta obra que "el espíritu sólo se aparte del cuerpo con la muerte".

(Ver pág. 26, obra citada).

Desde la participación de los personajes que interactúan en esta novela, el sujeto-narrador deja traslucir reflexiones filosóficas que conllevan a que el lector o la lectora cuestionen o indaguen sobre aquel saber en torno al vivir y al morir y la creación del ser en este mundo. 

Y se pregunta: "¿Cuántas veces vivimos?"

(Ver pág. 31, obra citada).

Desde una enseñanza sobre el vivir, del diálogo entre sus personajes brota a cada instante un filosofar convertido en sentencia expresiva, como ocurre en aquel decir del personaje "Marilí", al escuchar un diálogo entre los personajes José y Miguel, en esta novela. Veamos:

"Para conseguir una meta hay que soñarla primero y trabajar para obtenerla después".

(Ver pág. 38, obra citada).

Hay aquí un aprendizaje o un saber sobre el ser humano y su compromiso vital. Veamos:

"La vida se le ha dado a la humanidad para su continuidad; en la naturaleza se ve su cumplimiento, desde la salida del vientre de la madre".

(Ver pág. 51, obra citada).

No sólo estamos ante "el monte de las voces", sino ante "el monte de las enseñanzas", por los aprendizajes que surgen de las conversaciones entre sus personajes y de la historia contada por el sujeto-narrador, en esta novela marcada por el sutil y abierto sentido ecológico y humano. 

Hay en esta novela un claro mensaje político, desde el cual el sujeto-narrador pone de relieve su mirada ideológica, en defensa de los derechos democráticos y civiles de la ciudadanía, sin perder los valores estéticos de su discurso narrativo ficcional. Veamos:

"El Estado debe darle al pueblo un mensaje claro, que no conlleve migajas a los que lo reciban, sino lo que se merecen conforme a derechos amparados por la Constitución y las leyes, para que deje de ser un pueblo pobre de espíritu, sin alimentos, sin salud y sin educación". "Debe haber ciudadanos iluminados por el conocimiento".

(Ver párrafo final pág. 84, obra citada). 

Desde ese discurso narrativo se proyecta una concepción política transformadora, sin perder el poder estético de la imagen, en esta novela.

Los detalles en la descripción en esta novela ponen en evidencia detalles pintorescos que le dan al ambiente un contexto de vida, desde su colorida expresión. Veamos:

"En una mañana se observa el arcoíris entre las copas de los árboles luego de una tenue llovizna. El sol se asoma entre las nubes y el vivo gris de los troncos palidece, retumbando en la distancia el traqueteo estrepitoso de las olas en los arrecifes".

(Ver pág. 99, obra citada).

El bosque es aquí la sociedad actual en la que convivimos y esos animales y reptiles, serpientes, monstruos y fantasmas, somos nosotros, los seres vivientes.

Esta es una narración novelada que se asume como pancarta expositiva, para, desde la ficción, situar una reflexión humanística y medioambientalista, como dos vertientes del saber y del vivir, en constante pugna.

Julio Cuevas

Poeta

Poeta, ensayista y crítico literario. Licenciatura en Educación, mención Filosofía y Letras-UASD. Maestria en Lingüística Aplicada-INTEC. Doctor en Derecho-O&M, con Maestria en Relaciones Internacionales, para el Área del Caribe-FLACSO-INTEC. Administración Cultural en Venezuela-OEA-CLACDEC. Fue Embajador, Encargado de Asuntos Culturales de la Cancillería dominicana. Ex-Secretario General de la Comisión Dominicana para la UNESCO. Es egresado de la Escuela Diplomática y Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores. Actual Embajador Adscrito. Doctorado en Filosofía para un Mundo Global, Universidad País Vasco. OBRAS: ¨Epistolario del Crepúsculo¨, (poemas, 1974), ¨Visión Critica en Torno a la Poesía de Víctor Villegas¨, (Ensayo, 1975), ¨Testimonio del Tiempo¨ (poemas, 1986), ¨Homenaje en Tono Oblicuo¨ (poemas, 1992), ¨Los Cantos del Hierofante¨ (poemas, 1997),¨Poemas Tierra Adentro¨ (poema, 2008) y Literatura Infantil para el Desarrollo de la Creatividad y el Pensamiento Crítico (Ensayo,2013). Profesor Escuela de Letras UASD.

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