En 2023, el cine atrapó a 4,004,779 dominicanos que disfrutaron de la proyección de 234 largometrajes, movilizó RD$ 10,000 millones y acogió el rodaje de 120 producciones audiovisuales.

Y no es para menos. El séptimo arte es fuente de entretenimiento, pero para entretener se deben generar empleos, atraer capital extranjero y aportar a la exportación de servicios modernos que consolidaron US$ 6,200 millones entre 2020 y 2024, o el 2 % del producto interno bruto (PIB).

Para desarrollar este sector se necesitó de la promulgación de la Ley de Cine 108-10, en 2010, que creó la Dirección General de Cine (DGCine) y estableció las bases fiscales para estimular las producciones cinematográficas nacionales y atraer capital privado.

14 años después, que desde 2014 hasta 2023 se estrenaron 227 largometrajes nacionales que movilizaron 8,998,875 dominicanos a las salas de cine; una generación de 25,000 puestos laborales y un gasto tributario alrededor de RD$ 5,000 millones. El ministro de Hacienda, José Manuel – Jochi – Vicente aseguró que la permanencia de incentivos para sectores económicos se derogaran, se harán ajustes y modificaciones tras un análisis del costo-beneficio como un eje de la reforma fiscal.

En el caso del sector, el eje 4 de la Ley de Modernización Fiscal, presentada por el Ministerio de Hacienda, desglosa derogar numerales y artículos de la Ley 108-10 para el Fomento de la Actividad Cinematográfica.

Indicó que los incentivos son para ayudar a las empresas a establecerse o a compensar “ciertos costos” durante un plazo mientras logran ser rentables. “Pero resulta que la gran mayoría de esas leyes tienen décadas de haber sido promulgadas”. 

El titular de Hacienda dijo que “específicamente se están derogando los tratamientos fiscales preferenciales al sector turismo, al cine, a la industria, a la cadena textil, los relacionados con los fideicomisos y los relacionados con mecenazgo”.

Ante esto, ACENTO consultó a los profesionales del cine dominicano, los cuales, mediante un comunicado de prensa, expresó su enérgico rechazo a las pretensiones de derogación de los incentivos establecidos en la Ley 108-10, debido a que atenta contra un sector en crecimiento.

“El cine dominicano ha comenzado a forjar una identidad propia y a desarrollarse de manera significativa. La eliminación abrupta de los incentivos sería un desconocimiento del crecimiento de una industria que ha cosechado triunfos a nivel internacional”, señaló Hans García, presidente de la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (Adocine).

Los productores están conscientes de esta realidad, debido a que venden los derechos de autor a plataformas para ampliar su público y captar directores extranjeros que potencialicen el talento local en futuras producciones audiovisuales.

La actriz Camila Santana señaló que la posible derogación de la Ley de Cine 108-10 “representaría un retraso”. “Opino que la modificación de la legislación es necesaria, pero quitarla en su totalidad es una salida fácil a los problemas que ellos mismos se han generado tomando préstamos y despilfarrando dinero”.

El escritor Miguel Yarull destaca otros aspectos: la derogación estaría dando la espalda a una generación de técnicos, artistas, estudiantes y trabajadores que confiaron en la promesa de que la legislación continuaría. 

“Nos estaríamos alejando del progreso conseguido en tan poco tiempo, de la posición privilegiada a la que hemos llegado como destino de producción, alejando los logros que han hecho este el mejor año del cine dominicano en el exterior”, como el Oso de Berlinale, de Pepe (2024), producción de Nelson Carlo de los Santos.

“Para nosotros crea indignación la propuesta de querer eliminar esta ley. Somos miles que vivimos haciendo proyectos nacionales e internacionales utilizando el incentivo… Nosotros nos estamos volviendo técnicos altamente competitivos como industrias de México, Colombia, Chile, Argentina y Brasil”, señaló Christine Cabrera, productora.

De hecho, su comentario es avalado por la directora de la Dirección General de Cine (DGCine), Marianna Vargas, quien señaló en 2021 que Quisqueya se “volvía un destino fílmico en camino a la madurez” debido a tres ejes estratégicos: incentivos fiscales, capital humano e infraestructura.

La productora explicó que “la ley es fundamental para realizar las películas y en su mayor auge internacional… Nuestro Gobierno, el cual hace cuatro años expresó su alto interés en el cine, hoy nos propone que sea eliminada. Solo me genera impotencia y vergüenza de los funcionarios de Estado que tenemos”.

El director Alejandro Andújar señaló que sin la ley, no se puede hacer cine en República Dominicana. “El Gobierno de manera arbitraria dice que ya no se necesita el incentivo para que la industria siga creciendo, y lo hace sin consultar a los profesionales del cine”.

Andújar señaló que las leyes existen en países de América Latina, y al derogar se pierde la habilidad de atraer producciones extranjeras, además de detener el desarrollo de la industria nacional. Al Artículo que se refiere el cineasta es el 39, Crédito Fiscal Transferible, que equivale al 25 % de los gastos realizados en el país de la mano de personas extranjeras.

ACENTO consultó al Departamento de Comunicaciones de la Dirección General de Cine (DGCine) y no obtuvo respuestas al momento de publicar este artículo.

Cultura y economía: dos términos en caminos diferentes

Marc Mejía, hijo del fallecido cineasta y director de arte dramático Pericles Mejía, indicó que las economías más fuertes del mundo, además de su infraestructura, estabilidad financiera y capacidad industrial, dependen de la cultura, “factor que muchos economistas subestiman”.

“En cualquier discusión sobre desarrollo económico, pocos ponen en duda la importancia de proteger los sectores de salud, educación y seguridad. El error está en olvidar que el sector cultural, y en particular el cine, esa cuarta pata que le da estabilidad y equilibrio al desarrollo sostenible de cualquier nación”, sostuvo en su portal.

Soraya Piña, actriz, expresó en su historia de la red social Instagram, que la cultura nunca se podrá enfrentar a la economía. “Esencialmente, una tiene que ver con educación y la otra pura y simplemente con dinero”.

“El afán de ver todo lo cultural desde la óptica económica nos dejará más pobres, más brutos y más faltos de identidad”. Señaló que las artes sobrevivirán a los “mezquinos, mientras que los técnicos que viven de estas no tanto”.

Su homóloga Judith Rodríguez indicó que la forma más factible de mantener un pueblo dormido y en la ignorancia, es cortar su arte y cultura, y continuar con un débil sistema educativo.

“Eliminar la Ley de Cine es un retroceso, es imposible entonces esperar por una Ley de Teatro o de otra arte. Somos muchos los que hemos aportado a nuestra nación a través de nuestro arte… No somos prioridades para el Estado”, comentó la actriz en un reels de Instagram.

Luis Arambilet, presidente de la Federación Iberoamericana de Academias de Cine (Fiacine) y la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de República Dominicana (AccineRD) agregó que minimizar el valor de los activos culturales “calificamos de inconsulta e indignante esta propuesta que se remite al Congreso Nacional”.

Sostuvo que la reducción del gasto público, que ha dejado sin apoyo a áreas como salud, educación y cultura “ha incrementado el desempleo y acrecentado la pobreza material y cultural”.

El director Pablo Chea dijo que “seguimos en cine porque nadie nos quita nuestra cultura, nuestras historias y lo que nos hace una industria. El amor por contar historias juntos”.