Roberto Gómez Bolaños suele mantener vigencia. La teleserie que recrea la vida y obra del creador de personajes inolvidables como El Chapulín Colorado, El Chavo y El Doctor Chapatín, impacta de tal manera que no sólo emociona o divierte a sus seguidores, sino que además ha provocado controversias y opiniones diversas.

Chespirito, sin querer queriendo”, producida por dos de los seis hijos del famoso comediante mejicano y transmitida por la plataforma de Max, está dando mucho de qué hablar acerca de la figura protagónica y de los legendarios actores que durante años cobraron fama y éxitos junto al célebre humorista.

A modo de flashback recordemos que las producciones de Bolaños fueron tan exitosas que algunas de sus frases aún son utilizadas por muchas personas en varios continentes. Tan querido ha sido Chespirito que su velatorio, desde las instalaciones del Estadio Azteca, fue visto por millones de telespectadores en el mundo.

Aquel día de finales de noviembre de 2014 el llanto le propinó una estocada a la risa. Su desaparición física del plano terrenal marcó una triste pausa en la simpática cotidianidad de la vecindad.

La fama de un niño hambriento y harapiento, llamado inicialmente El Chavo del Ocho, es cuasi global. Los trabajos de su creador e intérprete han sido traducidos a más de cincuenta idiomas, proyectados en muchos países, con verdaderos récords de teleaudiencia y una versatilidad cosmopolita que traspasa generaciones.

Actor, teatrista, escritor, guionista de cine, radio y televisión, productor, compositor, músico, poeta, creativo, dibujante, humorista extraordinario; su indudable disciplina y capacidad de trabajo lo convirtieron tal vez y sin tal vez en el humorista latinoamericano más apreciado en millones de hogares alrededor del planeta.

Chespirito sigue vigente…sin querer queriendo
Chespirito sigue vigente…sin querer queriendo

Para retratar su trascendencia no bastan las remembranzas de sus divertidos capítulos, mucho menos la redondez de un pequeño barril, ni siquiera la dimensión del Estadio Azteca, ni las travesuras de La Chilindrina, Quico, Godines, Ñoño y La Popis en el aula de El Profesor Jirafales, ni el grito de un ¡viva ad vitam! desde los estudios de Televisa San Ángel.

No serían suficientes ocho mariachis, una torta de jamón, los “encantos” de La Bruja del 71, un viaje a Tangamandapio en la bicicleta de Don Jaimito El Cartero, ni las salidas de “Rondamón” evadiendo pagar la renta al Señor Barriga, para definir a ciencia cierta las cualidades multifacéticas de un hombre excepcional.

A Roberto Gómez Bolaños tuve el privilegio de conocerlo personalmente, cuando en 2004 visitó la República Dominicana para recibir un homenaje por parte de la directiva de Acroarte. Para entonces, junto a su esposa Florinda Meza, asistió a una entrevista en el programa Con Freddy y Punto, en la televisora Color Visión.

Confieso que -como Chómpiras al acecho- quise robarle un poco de su genialidad.

Afortunadamente, (no contaban con mi astucia), gracias a la producción del espacio del querido Freddy Beras-Goico, cumplí con mi objetivo de darle su merecido: Un soneto escrito para él, apoyado en el respeto y admiración que seguiré sintiendo hacia este hombre de inmensa estatura artística e intelectual.

Como suele pasar con los genios, Gómez Bolaños era capaz de reconocer con sencillez el talento ajeno…lo sospeché desde un principio; pero honestamente no esperaba tanto de él hacia mi humilde persona. Gracias a Dios, mis versos produjeron en un don Roberto emocionado las siguientes consideraciones: “Lo felicito, su obra está excelentemente tratada, hermosa y formidable”.

Sus palabras estuvieron acompañadas de un abrazo espontáneo. Lo maravillosamente mágico es que aquella reacción de Chespirito no fue capaz de obnubilarme ni inspirarme vanidad. Esa vanidad que envilece y que, lejos de engrandecer, acaba convirtiendo a los seres humanos en enanos mentales.

Sólo sentí una emoción inenarrable que me colma de sincera gratitud y admiración hacia este ícono del arte inteligente.

Entretanto, el Doctor Chapatín continuará con su risoterapia, recetando y aplicando por doquier ungüentos de sano humor. El Chavo estará presente en nuestras vecindades y nos regalará su dulce sonrisa, sin querer queriendo.

El bipolar Chaparrón Bonaparte seguirá loco y cuerdo, mientras en la funesta y alegre ambigüedad de este mundo turbulento, salpicado de batallas armamentistas e ingredientes como la ira, la violencia y la desidia que hoy día cohabitan en muchos gobernantes y gobernados, nosotros, motivados por un “¡Síganme los buenos!”, de manera reincidente invocaremos a nuestro súper héroe favorito, El Chapulín Colorado, para que venga a defendernos contra aquellos villanos que avizoran la guerra como presunta “solución para la paz” y, por supuesto, contra quienes pretendan arrebatarnos el invaluable tesoro de la risa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                      *SONETO A CHESPIRITO

 

Debieran existir otros Bolaños

que preñen de alegrías los confines.

Debieran existir cien Chapulines

que borren con chipotes los engaños.

Debieran inventar más Chapatines,

más Chavos con el paso de los años

y Chómpiras sin poses de ermitaños

robando carcajadas en botines.

Yo sueño victoriosos Chespiritos

venciendo los rencores inauditos

con locas vecindades de ocurrencia.

Y un día Chaparrones Bonaparte

muy cuerdos lograrán en su estandarte

¡frenar con chiripiorcas la violencia!

  

 *Del libro Sonetos con ton y son”, prologado por Freddy

 Beras-Goico, cuyo poema, con coros e inspiraciones

agregados, fue posteriormente convertido en la canción

Ranchera pa’ Chespirito”, compuesta por Valentín.

SONETO A CHESPIRITO, RV 

Roberto (Vale) Valentín Guerrero López

Periodista

Roberto Valentín Guerrero López (Vale Valentín) es periodista, actor, poeta y decimero. Ha publicado el libro Sonetos con ton y son.

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