Capitolio en rojo y azul dividido

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La palabra "woke" ha adquirido mucha relevancia en los debates sociales y políticos en EE.UU.

"Desperté".

Ese es el significado literal de la palabra "woke", el pasado de "wake", que significa despertar.

Pero el término es mucho más complejo y ser o estar woke en slang o jerga estadounidense puede hacer ver con qué posturas políticas estás más alineado.

El uso de woke surgió dentro de la comunidad negra de Estados Unidos y originalmente quería decir estar alerta a la injusticia racial.

"La persona que mucha gente considera que lo acuñó fue [el novelista] William Melvin Kelley", le dijo a la BBC Elijah Watson, editor de noticias y cultura del sitio web de música estadounidense Okayplayer y autor de una serie de artículos llamados "El origen de woke".

"En 1962 publicó un ensayo en el New York Times titulado If You’re Woke, You Dig It (’Si estás despierto, lo entiendes')", relató.

El término resurgió en la última década con el movimiento Black Lives Matter, que nació en rechazo a la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes.

Pero esta vez su uso se difundió más allá de la comunidad negra y empezó a ser utilizado para significar algo más amplio.

En 2017, el diccionario Oxford agregó esta nueva acepción de "woke", definiéndola como: "Estar consciente de temas sociales y políticos, en especial el racismo".

Suena como algo positivo, ¿verdad?

Pues depende de a quién se le pregunte. Porque, así como hay gente que se autodefine con mucho orgullo como una persona "woke", que está alerta a la discriminación y la injusticia, hay muchos otros que utilizan el adjetivo como un insulto.

El propio diccionario Oxford hace la distinción. Debajo de la definición, agrega lo siguiente:

"Esta palabra a menudo se usa con desaprobación por parte de personas que piensan que otras personas se molestan con demasiada facilidad por estos temas, o hablan demasiado sobre ellos de una manera que no cambia nada".

O como apunta el diccionario Merriam-Webster, se usa con desaprobación para referirse a alguien políticamente liberal (como en asuntos de justicia racial y social) especialmente de una manera que se considera irrazonable o extrema.

letrero que dice "sé woke. vota".

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Hay quien afirma que las personas woke quieren imponer su visión sobre otras. Mientras que los que se consideran woke dicen que buscan visibilizar grupos históricamente marginados.

Es decir, que mientras que para algunos ser "woke" es tener conciencia social y racial, y cuestionar los paradigmas y las normas opresoras impuestas históricamente por la sociedad, para otros describe a quienes se creen moralmente superiores y quieren imponer sus ideas progresistas sobre el resto.

Los críticos de la cultura "woke" cuestionan, sobre todo, los métodos considerados coercitivos que utilizan algunos "policías de la palabra" -así los definen- contra quienes dicen cosas o cometen actos que ellos perciben como misóginos, homofóbicos o racistas.

En particular ha generado mucho malestar el uso de un método conocido como la "cancelación": un boicot social y profesional, que suele realizarse a través de las redes sociales, contra individuos que actuaron o dijeron algo que para ellos es intolerable.

Para las personas "woke", se trata de una forma de protesta no violenta que permite empoderar a grupos históricamente marginalizados de la sociedad y corregir comportamientos, sobre todo de los sectores más privilegiados, que hasta ahora eran parte del statu quo y persistían sin castigo ni cambio.

Pero para los críticos es corrección política llevada al extremo, que atenta contra la libertad de expresión y "los valores tradicionales estadounidenses".

Batalla política

Lo que empezó como un choque cultural se fue transformando en un enfrentamiento político.

El término "woke" se convirtió en sinónimo de políticas de izquierda o liberales que abogan por cosas como la equidad racial y social, el feminismo, el movimiento LGBT, el uso de pronombres de género neutro, el multiculturalismo, el uso de vacunas, el activismo ecológico y el derecho a abortar.

En EE.UU. se le asocia con algunas de estas políticas al Partido Demócrata, pero en especial a algunos de sus miembros más liberales, como al senador Bernie Sanders y la congresista Alexandria Ocasio-Cortez.

En contraposición, el ala más extrema del Partido Republicano, liderada por el presidente Donald Trump, considera que estas políticas representan no solo una amenaza a los "valores de familia" sino incluso a la misma democracia, a la que se quiere "reemplazar con una tiranía woke".

En el pasado, el mandatario señaló que la "cultura de la cancelación" de los "woke" estaba "expulsando a la gente de sus trabajos, avergonzando a los disidentes y exigiendo la sumisión total de cualquiera que no esté de acuerdo".

"Es la definición misma de totalitarismo", acusó el líder republicano.

Donald Trump

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Mientras que para los demócratas el autoritario es Trump, cosa que -según ellos- quedó demostrado cuando se rehusó a dejar el poder tras su derrota electoral y sus simpatizantes irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero de 2021.

En 2022, el Pew Research Center indicó que "los demócratas y los republicanos estaban más alejados ideológicamente que en cualquier otro momento de los últimos 50 años".

Y una encuesta realizada en septiembre de ese mismo año por el canal CBS mostró que casi la mitad de los miembros de ambos partidos ven al otro no como un opositor político sino como un "enemigo".

Durante la más reciente campaña a la presidencia, en la que Trump resultó elegido para su segundo mandato no consecutivo, al vencer en noviembre de 2024 a Kamala Harris, el republicano atacó el "wokeismo" para buscar votos.

Prometió, entre otras cosas, restringir los derechos de las personas trans en EE.UU., algo que se materializó una vez tomó posesión del cargo en 2025.

Trump firmó órdenes ejecutivas para prohibir que las personas trans sean parte de las fuerzas armadas, participen en competencias deportivas femeninas financiadas con fondos federales y les prohibió la atención médica federal.

Obama y AOC

La "cultura woke" también ha generado críticas internas dentro del liderazgo del Partido Demócrata.

Uno de los detractores más famosos -y más vocales- es el expresidente Barack Obama (2009-2017).

En 2019, en la antesala de la carrera para definir quién sería el candidato o la candidata demócrata en los comicios presidenciales del año siguiente, Obama criticó que el foco -en especial entre los más jóvenes- se estuviera poniendo en cuán "woke" era esa persona.

Sus palabras llegaron luego de que un número de posibles candidatos demócratas se vieran forzados a pedir disculpas públicas por cosas que habían dicho en el pasado.

Alexandria Ocasio Cortez

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"Tengo la sensación de que ciertos jóvenes en las redes sociales creen que la forma de generar el cambio es juzgar lo más posible a otras personas", afirmó durante un encuentro anual de la Fundación Obama.

"Si tuiteo o publico un hashtag sobre cómo no hiciste algo bien o usaste el verbo incorrecto, entonces puedo sentarme y sentirme bastante bien conmigo mismo porque '¿viste lo woke que fui? ¡Te pesqué!’".

"Basta", dijo. "Si todo lo que haces es tirar piedras, probablemente no llegues muy lejos".

"El mundo es desordenado", aleccionó. "Hay ambigüedades. Las personas que hacen cosas realmente buenas tienen defectos".

Sin embargo, una de las legisladoras más joven del Partido Demócrata (y de toda la Cámara de Representantes), la carismática Alexandria Ocasio-Cortez, salió a la defensa del "wokeismo".

AOC -como es conocida- señaló que si al partido le va mal en las próximas elecciones es porque el Congreso no ha logrado aprobar legislación sobre el derecho a votar, una de las causas insignia de los activistas "woke".

"’Woke' es un término que los expertos ahora usan como un eufemismo despectivo de los derechos civiles y la justicia", publicó en su cuenta de Twitter (ahora X) en noviembre de 2021.

"Inventar un problema 'woke' tiene como resultado poner los derechos civiles y de voto en un segundo plano", advirtió.

Barack Obama

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"Capitalismo woke"

Los debates sobre el "wokeismo" no solo dominan la agenda política y cultural estadounidense. En años recientes, también permearon en el mundo empresarial.

Algunas compañías se encontraron en el ojo de la tormenta por adoptar cambios que son interpretados -para bien o para mal- como "woke".

Un caso conocido es el de Gillette, que generó controversia en 2019 con una publicidad llamada "Lo mejor que pueden ser los hombres", en el que se criticaba comportamientos masculinos "tóxicos" como el bullying, el acoso sexual y el sexismo.

Aunque fue aplaudido por muchos, también se convirtió en su momento en uno de los videos con mayor número de pulgares abajo en YouTube, y provocó un boicot contra la fabricante de rasuradoras.

El golpe económico que sufrió Procter & Gamble, dueña de la compañía, llevó a la creación de un meme que se popularizó entre la derecha: Get woke, go broke ("Hazte woke, quiebra").

En tiempos recientes, la empresa que más ha recibido elogios y críticas por ser considerada "woke" es Disney.

En 2021, la compañía quedó inmersa en una controversia con el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, y los legisladores locales del Partido Republicano, quienes amenazaron con cambiar los estatutos legales que protegen a Disney en el estado.

La crisis estuvo relacionada con una ley que prohíbe enseñar sobre sexualidad, orientación sexual y diversidad de género en las escuelas primarias de Florida, bautizada por sus detractores como la ley "No digas gay".

Disney publicó un comunicado en contra de la norma, presionado por sus empleados que realizaron protestas y un paro ante el silencio inicial de la empresa.

"Nuestros empleados ven el poder de esta gran compañía como una oportunidad para hacer el bien. Yo estoy de acuerdo", dijo entonces el CEO de Disney, Bob Chapek.

La compañía también fue acusada por algunos sectores conservadores de "hacer activismo woke" por elegir a una actriz negra para protagonizar la nueva versión, con actores de carne y hueso, del clásico "La sirenita", en el que el personaje animado de Ariel (basado en el cuento de hadas de Hans Christian Andersen) aparece como una sirena de piel blanca y ojos azules (en ambas versiones es pelirroja).

Persona disfrazada de mikey mouse con un letrero que dice DeSantis. Otras personas con carteles a su alrededor realizan una protesta contra disney

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Disney estuvo involucrada en una controversia con el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, por posicionarse en contra de una ley que restringe los derechos de las personas LGBTQ+ en el estado.

Por el contrario, la elección de una actriz negra fue aplaudida por muchas voces que no solo se sintieron representadas sino que además consideran que, dado que las sirenas son personajes mitológicos, pueden ser de cualquier color de piel.

DeSantis y otros republicanos también han criticado a las empresas que priorizan las inversiones que tienen impacto medioambiental, social y de gobernanza (conocidas como ESG), catalogándolas como "capitalismo woke".,

El gobernador comentó en el pasado que las inversiones ESG -que suelen priorizar temas como el cambio climático o la diversidad- "amenazan la vitalidad de la economía estadounidense y la libertad económica de sus ciudadanos al apuntar a individuos e industrias desfavorecidas para promover una agenda ideológica woke".

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BBC

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