El mortal ataque ocurrido en Bondi Beach, en el sur de Australia, ha puesto nuevamente la atención global en el autodenominado grupo Estado Islámico, después de que el primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijera que el ataque, que dejó 15 personas muertas, pudo haber sido motivado por la "ideología de EI".
El grupo islamista sunita no se ha hecho responsable del asalto. Sin embargo, la policía ha señalado que banderas de confección casera de Estado Islámico fueron halladas, junto a dispositivos explosivos también caseros, en el lugar donde se presentó el ataque armado.
El propio EI comentó sobre el ataque el jueves en su periódico semanal al Naba, utilizando un lenguaje que parecía sugerir que estaba atribuyéndose el mérito de inspirar la violencia a través de sus mensajes en línea, en lugar de orquestarla directamente.
Un padre y su hijo han sido identificados como sospechosos de haber perpetrado el ataque.
Las autoridades mataron al padre, mientras que el hijo enfrenta 15 cargos de asesinato.
El ataque en Bondi es para muchos un recordatorio de que Estado Islámico no se ha rendido en su empeño de orquestar o inspirar ataques contra objetivos en Occidente.
Eso, a pesar de que el grupo ha perdido su influencia desde que fue desmantelado entre 2017 y 2019, cuando se quedó sin su "califato" en Siria e Irak.
Estado Islámico ha permanecido en silencio -más allá de que sus seguidores comparten su adhesión en algunos rincones de internet- sobre un ataque en Siria en el que dos funcionarios de EE.UU. y un civil fueron asesinados antes del atentado en Bondi Beach.
EE.UU. ha acusado a Estado Islámico de llevar a cabo los asesinatos en Siria y este viernes lanzó una serie de ataques en ese país destinados a mermar las capacidades y la infraestructura del grupo.
"No podemos hablar de que estamos volviendo a algo que nunca se fue realmente", le dice a la BBC Mina al Lami, una experta en yihadismo.
Y señala que hay que tener precaución en señalar prematuramente el ataque en Australia como una operación de Estado Islámico, porque se correría el riesgo de amplificar la propaganda del grupo más que reflejar su capacidad real de acción.
¿Estado Islámico es un grupo activo?
En su momento de mayor expansión, Estado Islámico gobernaba amplias zonas en Siria e Irak, presentándose como un estado que funcionaba con impuestos, educación, policía religiosa y sistema de salud.
Pero fue derrotado territorialmente en 2019 en una coalición de 70 países liderada por EE.UU., lo que acabó con su califato físico.
Al Lami señala que el atractivo del grupo se debilitó aún más cuando perdió a su líder fundador, Abu Bakr al Baghdadi, quien se suicidó durante un operativo estadounidense en 2019.
Desde entonces, ninguno de sus líderes tiene una identidad públicamente reconocida.
En este momento hay al menos 3.000 combatientes de Estado Islámico en Siria e Irak, de acuerdo al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
En contraste, en un momento hubo cerca de 10.000 personas de países extranjeros que viajaron hasta Siria para hacer parte del califato en 2014.
Al Lami señala que otra señal de la fuerza menguante de Estado Islámico es la escala de sus ataques.
El grupo se hizo responsable de muchos ataques de alto perfil en Siria, Irak y países de Occidente a mitad de la década de 2010.
"Ahora es más sobre pequeños ataques", explica. Y añade que los pocos que ocurren en Occidente son más "inspirados" por Estado Islámico que efectivamente organizados por el grupo.
El año pasado, la rama afgana de Estado Islámico -conocida como la Provincia de Khorasan (ISKP, por sus siglas en inglés)- estuvo en los titulares después de que se la vinculó con violentos ataques en Irán -que dejaron cerca de 100 muertos- y después en Rusia, en otro hecho con 150 muertes.
También está siendo acusado de planear ataques en Europa, muchos de los cuales fueron frustrados.
Este año, sin embargo, ISKP se ha debilitado significativamente y solo ha perpetrado ataques en Afganistán.
En tanto, la mayoría de los ataques inspirados por Estado Islámico ocurren en África subsahariana.
De acuerdo al Índice de Terrorismo Global de 2025, publicado por el Instituto de Economía y Paz, Estado Islámico y sus afiliados "fueron la organización terrorista más letal en 2024, responsable de 1.805 muertes en 22 países".
Al Lami añade que Estado Islámico ha perdido mucho de su poder de propaganda.
"Ellos tenían estos videos muy producidos, potentes, ahora apenas pueden poner algún video en internet".
Pero Estado Islámico todavía incita a realizar ataques en internet.
Al Lami dice que es una característica particular del grupo que tiene "un ejército de partidarios en línea, que son jóvenes, expertos en redes sociales, y realmente han ayudado a llenar el vacío que el grupo dejó en su propaganda".
Permanecen activos en plataformas como Facebook e Instagram en un esfuerzo para llegar a los más jóvenes.
Los analistas de la BBC se han encontrado con manuales para crear explosivos y usar armas, con información sobre cómo disparar y cómo apuñalar a alguien de forma letal.
Mientras al Lami sospecha que algunas de esas publicaciones son hechas por "periodistas yihadistas", también cree que pueden provenir de "jóvenes que han sido influenciados por la propaganda de Estado Islámico y quieren ayudar a propagar su mensaje".
¿Está Estado islámico creciendo en África y Asia?
Debido a la falta de apoyo en sus tradicionales bases en Medio Oriente, Estado Islámico debió buscar otras alternativas.
En el sur de Asia, el ISKP es considerada una de las ramas más agresivas del grupo.
Con bases en Afganistán y el norte de Pakistán, la ONU estima que tiene cerca de 2.000 combatientes y continúa reclutando personas de otros países de Asia Central como Tayikistán y Uzbekistán.
Mientras tanto, el autodenominado Estado Islámico de la Provincia del Este de Asia (Iseap, por sus siglas en inglés), que se encuentra especialmente en el sur de Filipinas, fue previamente acusado de ser responsable de ejecutar violentos ataques en este país y en Indonesia.
Sin embargo, esta rama no se ha responsabilizado de ningún ataque este año.
Los expertos dicen que el principal objetivo de Estado Islámico es África.
Adrian Shtuni, un experto en seguridad del Centro de Contraterrorismo en los Países Bajos, advirtió que el grupo ha crecido de forma exponencial en el continente en los últimos años.
"Ellos han hecho mucho para explotar los vacíos de seguridad que hay en la región debido a la debilidad en los gobiernos, en países del Centro y Norte de África, en medio de forzadas y voluntarias retiradas militares de países de Occidente, inestabilidad regional y una disminución de la financiación de esfuerzos antiterroristas".
De acuerdo a la ONU, la rama Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (Iswap, por sus siglas en inglés) puede llegar a tener entre 8.000 y 12.000 combatientes.
Al Lami señala que nueve de cada diez ataques que ha realizado este grupo han ocurrido la región subsahariana.
La experta anota que Estado islámico es activo en el norte de África y Somalia y que tiene una fuerte rivalidad yihadista con ramas de al Qaeda.
Sin embargo, precisa que es más fuerte en Nigeria, República Democrática del Congo y Mozambique. En estos países, los militantes atacan comunidades cristianas además de las fuerzas militares.
En la República del Congo, señala la académica, los afiliados de Estado Islámico intentaron poner un impuesto a los no musulmanes en las áreas donde atacaban frecuentemente.
"Estado Islámico dice que los cristianos en la República Democrática del Congo tienen tres opciones: convertirse al islam, pagarle el impuesto conocido como yizia o morir. En la mayoría de los casos, los militantes no les dan esa opción. Simplemente asaltan sus aldeas y los matan", añade.
Al Lami afirma que se ha permitido que el Estado Islámico opere prácticamente sin control en África debido a la falta de atención mediática internacional, algo de lo que el propio grupo se ha quejado.
"El año pasado, Estado Islámico estaba frustrado. Declaró en un mensaje oficial: 'Hemos estado matando a todos estos cristianos en África y los medios occidentales son racistas. No les importa’", señala.
Pero, aunque la organización está muy activa en África, al Lami anota que su fuerza no se acerca en nada a la que tuvo alguna vez en Siria e Irak.
"En ningún lugar de África Estado Islámico controla el territorio como antes en Medio Oriente. En cambio, recurre a escondites y ataques relámpago".
¿Qué sigue?
Renad Mansour, investigador principal del think tank británico Chatham House, cree que Estado Islámico es sin duda mucho más débil que en el pasado.
"Gran parte de la población que vivió bajo el dominio de Estado Islámico sufrió", afirma, y declara a la BBC que, incluso donde existe desilusión con los gobiernos, "no hay la misma tensión que antes".
"Esas raíces ya no están ahí, por lo que es difícil imaginar un califato que surja de esa manera en un futuro próximo", añade.
Sin embargo, también advierte que tiene potencial para prosperar en zonas donde varios grupos armados compiten por el poder.
El experto en seguridad Adrian Shtuni señala que las mayores lecciones sobre riesgos se encuentran en cómo responde la comunidad internacional a la amenaza de Estado Islámico.
Y advierte que un "enfoque reactivo" tras ataques de gran repercusión no funciona, sino que la presión sostenida de diferentes países resulta esencial.
"Los estallidos intermitentes de atención son insuficientes contra un adversario adaptable como esta organización y sus tácticas en constante evolución", dice.
Y añade: "Estado Islámico prospera gracias a la negligencia".
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