(A los 50 años del asesinato de Orlando Martínez. Ni olvido ni perdón)
“Es criminal quien sonría al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir”.
José Martí.
El periodista Ubi Rivas, en su campaña de absolución a su amigo, el general Lluberes Montás, continuó su papel de abogado defensor. En un artículo publicado en el periódico, Hoy de fecha primero de abril del año 2019, con el título: "SOLO DEFIENDO LA VERDAD", afirma que general Salvador Lluberes Montás, no ordenó el asesinato del periodista Orlando Martínez, y tampoco cometió crimen alguno.
Rivas tiene el derecho de externar su parecer, sobre todo, si tal como él indica, se basa en las "investigaciones que hizo sobre el caso".
Pero, resulta que otros, en base a análisis "sin favor ni temor", y tomando en cuenta el predominio en el gobierno del Dr. Balaguer, de una secuencia criminal, a diferencia de Rivas, afirmamos que el general, sí ordenó el asesinato de Orlando.
No sólo lo exculpa del asesinato de Orlando, sino que pasa a exculparlo también de los crímenes cometidos por las tropas dirigidas por éste y otros militares, durante la "Operación Limpieza", efectuada en la guerra de abril del año 1965, señalando en ese artículo lo siguiente:
“Expuse y sostengo la versión original del crimen, reiterando que conforme a cuanto indagué, sin contaminación alguna, el entonces jefe de la FAD, mayor general paracaidista Salvador Lluberes Montás (Chinino), no ordenó asesinar a Orlando, como conforme a mis informaciones, nunca ordenó asesinar ni asesinó personalmente a nadie y su actuación en la Operación Limpieza durante la Guerra de abril 1965, se inscribe en acciones de guerra, donde el primer crimen es contra de la verdad."
(Ver artículo citado)
Nos vemos obligados a recordarles el informe de la Comisión Internacional de Criminalistas, en el cual se encuentra la declaración de fecha primero de octubre del año 1965, del interrogatorio practicado por el Procurador General de la República, Dr. Manuel Ramón Morel Cerda, al Sargento de la Fuerza Aérea Dominicana, Luis Alfredo Dalmasí Martínez, quien declaró, lo siguiente:
“Se me olvidaba decirle que antes de salir de Transportación el Mayor Lluberes Montás había formado la tropa y dio la orden de que hombre o mujer en la calle serían hechos presos y mandados al Hotel Península y de ahí pasaban al Cementerio donde habían hecho dos o tres fosas inmensas para fusilarlos. Todo ciudadano que estaba en la calle se mandaba al Península y de ahí lo llevaban al cementerio, donde el capitán Lluberes, el segundo teniente médico Alexis Fermín, el sacerdote Fernández París y el Sargento Mayor Hirohito los fusilaban”.
Ver : (Informe sobre la actuación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la República de Dominicana.
OEA/Ser.L/V/II.13 doc. 14 Rev. (español) 15 octubre 1965 Original: español)
Cuando decimos que el general Chinino, tenía un cementerio sobre sus hombros, nos referimos a los crímenes que él y el generalato cometieron desde la Operación Limpieza y durante los terribles años de la dictadura de Joaquín Balaguer. El general y un grupo numeroso de oficiales, se dedicaron a torturar, apresar, matar y desaparecer a ciudadanos por ser opositores al gobierno de Joaquin Balaguer.
Pesan sobre ellos, terribles crímenes, realizados, principalmente por el comando de genocidas, formado por : Jacinto Martínez Arana, Aurelio del Rosario Polanco, Isidoro Martínez (la caja), Pérez y Pérez, Montás Guerrero, Lluberes Montás y una larga lista de torturadores y asesinos.
Y, aunque en otro artículo escrito después de la muerte del general, Rivas recula en la defensa del mismo señalando que:"Chinino nunca guardó prisión, valiéndose artimañas salud, cáncer próstata, alta presión, injustificantes no acudir a juicio y sospechosa protección de jueces, mácula judicatura".
(Periódico digital Al Momento 22-11-2022)
Agregamos que, entre las "sospechosas protección", están las voces de quienes lo presentaron y defendieron como un honorable militar que "nunca cometió crimen alguno ".
La pretendida absolucion y olvido de una continuada masacre, en la que cayeron los periodistas : Guido Gil, Gregorio García Castro, Plinio Díaz, Orlando Martínez y tantos y tantos; cuyos recuerdos no serán olvidados nunca, porque su dignidad y ejemplo se mantienen en la conciencia de un pueblo valiente que le reza con el poeta inglés, Laurence Binyon:
"No envejecerán como envejecemos nosotros los que quedamos:
La edad no los cansará, ni los años los condenarán."
“Al ponerse el sol y por la mañana
Los recordaremos".
(Laurence Binyon)
Sin duda eso le duele a la camarilla de asesinos.
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