El historiador Orlando Objio de nuevo presenta a la sociedad dominicana un importante análisis de una de las principales personalidades políticas de la historia dominicana, en su obra Perfil ideológico y político de Ramón Marrero Aristy. Se trata de un intelectual sin remiendos como lo fue Marrero Aristy, con una atildada capacidad creativa, adicionada a su reconocida y discutida personalidad política. Esos atributos lo han hecho merecedor de múltiples análisis de sus pensamientos y acciones, por la rica variedad de aspectos analíticos que nos dejó su presencia como hombre público.
Orlando Objío que se ha destacado en el estudio de personajes inverosímiles como Peña Batlle, de nuevo remolca al escenario de la interpretación de la historia de las ideas políticas vernáculas a otro personaje harto controversial como Marrero Aristy. De temperamento inefable, todavía se discute como clasificarlo, si opositor o errado apologista del trujillato.
Orlando que es un atrevido, nos sumerge en el debate: Trujillo versus Marrero, disputa que casi a siete décadas de su trágico desenlace, continua siendo materia de discusión en los mentideros intelectuales
Se trataba de dos viejos zorros de la política vernácula, uno con capacidad intelectual innata e instruida, el otro sin escolaridad, pero con una desmedida obsesión de mando congénita, que lo llevó clasificar a los ciudadanos en dos polos opuestos: amigos o enemigos.
Marrero Aristy pese a su condición de cortesano (como diría Balaguer) siempre transitó por el filo de la navaja.
El autor de esta obra nos sumerge en las dos etapas de su peregrinaje político, la pre trujillista de 1933 a 1939, en este lapso nos presenta al bodeguero y el literato en ciernes, la siguiente de 1939 a 1959 el enigmático intelectual y funcionario de la “Era de Trujillo”.
En la primera fase enjuicia su obra literaria, tomando en cuenta su entorno social, que no era el más agradable en esos momentos. Destacando en sus Perfiles agrestes, a personajes claves en la vida de un batey, como el maestro rural, el alcalde pedáneo y el marrullero, con este último el bodeguero literato estaba obligado a mantener una constante interacción.
Orlando Objío analiza los personajes y situaciones de la realidad que asediaba al distinguido escritor, aspectos que no vaciló en plasmar en su ficción literaria.
Posteriormente penetra en un ámbito básico la transición de Marrero de bodeguero literato a politiquero trujillista, conminado por las vicisitudes económicas. El biógrafo Orlando Objio obtuvo cartas personales del personaje que describían su aterradora condición económica, en un país donde su capacidad intelectual solo la podía colocar en manos del tirano. Los espacios no gubernamentales estaban expresamente vedados, para conminar a la rendición de la intelectualidad no definida.
Orlando Objío transcribe una carta de Marrero al hacendado (y adversario silencioso del régimen) Secundino Gil Morales, manifestándole sus penurias, resaltando que tenía derecho a ubicar otros medios de vida, dejando entrever estaba cansado de esperar. En esos momentos se planteaba emigrar, alzar el vuelo.
Finalmente decide cerrar filas junto al “Jefe”, convirtiéndose en uno de sus principales áulicos. Faceta que Objío analiza de modo detallado, tras incursionar en los tintes trujillista que Marrero impregnó a sus obras a partir de entonces y la brecha cuestionadora del ambiente político-social que describió en libros tan importantes como su célebre novela Over, la tiranía del batey, que no estaba al margen del autoritarismo dominante.
Aunque señala que la adhesión de Marrero siguió un curso irregular, subrayando no fue Trujillo quien lo atrajo, sino el propio intelectual desesperado quien decidió conquistarlo. El autor comenta que: “El bodeguero planificó bien su proyecto: contactar personalmente a Trujillo; su cálculo fue trasladarse a la capital con la firme decisión de “vender su conciencia al diablo” .
Este aspecto es muy polémico. El “Jefe” creaba las condiciones de cerco y aniquilamiento para aquellos renuentes a engancharse a su férula lo hicieran por las severas restricciones económicas o políticas. Marrero que se había introducido en un callejón sin salida, mordió el enorme anzuelo que le tendió el “Padre de la patria nueva”.
El tirano por la vía de las presiones políticas obligó a intelectuales que se mantenían distantes a su régimen a integrarse como panegiristas, por ejemplo los casos de Manuel de Jesús Troncoso de la Concha y Manuel Arturo Peña Batlle. Siempre se debe exaltar que no logró rendir a Américo Lugo, quien prefirió sucumbir en el aislamiento social y la pobreza a postrarse ante su pies.
Orlando sostiene que en su etapa pre trujillista, Marrero fue un pensador con influencias de las ideas socialista, asegurando con razón que indicios de estos conceptos se observan en sus obras Balsie y Over.
También nos presenta el enfoque analítico de varios intelectuales sobre la obra del controvertido literato y político.
Se acentúa que en la obra del eximio escritor, está palpable la ideología tradicional dominicana, a través de la filosofía de la historia con la que encara el pasado dominicano y el racismo. Orientación netamente trujillista.
No podía quedar ausente uno de los roles básicos en la tragicomedia trujillista de Marrero Aristy, el activismo político de 1946, cuando el trujillato se tambaleó por motivos de los reclamos para extirpar los regímenes absolutistas de América, como continuidad del triunfal desplazamiento del nazismo hitleriano.
Tomando en consideración el momento político la oposición se lanzó a las calles en un gesto sin precedentes, que sorprendió al propio Trujillo quien en principio lo permitió creyendo que eso no excedería sus cálculos, esto en adición a la huelga de los cañeros del Este y el papel del exilio preparando una repatriación armada contra la tiranía. Marrero en esos delicados instantes jugó un papel primordial de negociador en representación del Gobierno. Objío enjuicia como Marrero con su espíritu desenfadado negoció a nombre de Trujillo con los huelguistas y una parte del exilio en Cuba.
En la etapa subsiguiente se destapa sin ningún tipo de rubor el escritor trujillista con una serie de obras y artículos no solo laudatorios al régimen, sino de abierta hostilidad contra la oposición, como el libelo Pegando al perro, atribuyendo ese calificativo a los adversarios de la tiranía. Orlando Objio analiza con esmero estas publicaciones, que estimo describen a un convencido adicto a las mieles del poder usurpado hasta el día de su asesinato.
Su ascenso cuasi inesperado, despertó recelos en algunos conspicuos trujillistas, uno de ellos comentó que Marrero no obstante su principalía no se le ocultaba el bodeguero.
Como era de esperarse en la pasión y muerte de Marrero Aristy, aunque los del círculo gobernante enmudecieron, muy pocos creyeron la versión oficial del accidente de tránsito en Constanza. Orlando Objio discurre sobre todas las versiones del hoy todavía polémico crimen de Estado contra el autor de Over.
Sin dudas, la obra Perfil ideológico político de Ramón Marrero Aristy, del historiador y sociólogo Orlando Objío, es una minuciosa radiografía del afamado escritor y político criollo que de simple bodeguero intelectual ascendió a la cúspide burocrática de la tiranía, para finalmente descender de manera brusca al patíbulo, aportando insondables versiones en torno a su inesperada ejecución.
Compartir esta nota