Señor, hoy estamos cercados
por la cultura de la post verdad.
Es más difícil encontrar personas,
instituciones y contextos
que defiendan y asuman la veracidad
como valor y eje rector.
A pesar de la certeza de la verdad,
es bien escaso;
y no olvidamos el llamado que nos haces
a ser testigos de ella.
Demos testimonio de lo que implica
encarnar la verdad,
abrazar el proyecto de Jesús con transparencia,
ser fiel a su palabra sin vacilar,
adherirnos a su voluntad con libertad ilimitada
y vivir una relación filial integral.
Hemos de ser portadores sinceros
de la Buena Noticia,
blasón de la autenticidad,
bandera de la nitidez,
estandarte de la franqueza.
Señor, tú eres la Verdad.
Fortalece nuestra capacidad para entenderla.
Orienta nuestra voluntad para sostenerla.
Danos tu espíritu para vivirla.
¡Queremos ser testigos de la verdad!
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