Ya nadie Habla de "La aldea global", "El medio es el mensaje", "La galaxia de Gutemberg", "Medios fríos", "Medios calientes". O el hallazgo de concebir los medios como "una prolongación de los sentidos humanos". Por los años setenta del siglo pasado el pensamiento estremecido era Marshall Mcluhan, el núcleo duro de las ideas de la época corrió a favor o en contra de sus propuestas sobre el papel de los medios en el mundo moderno, y la novedosa sagacidad de sus ideas terminaron por imponerse en un mundo convulso. Si los años setenta del siglo pasado fueron convulso, desde la perspectiva del papel de los medios en la interactuación social, el soberbio impacto de la tecnología en el siglo XXI, dejó sin certezas a todo el pensamiento de la época. ¿Qué pensaría Mcluhan de los conflictos existenciales del mundo de hoy?

Un pequeño libro de Byung Chul Han nos podría dar una idea de la dimensión del desconcierto. "La agonía del EROS", cuyo título de inmediato pone alerta el andamiaje conceptual sobre el que se sustenta la vida. ¿Cuál es la naturaleza de esa agonía? ¿Qué significado alcanza en la condición humana? ¿De qué forma medir las inestimables consecuencias del fallecimiento del EROS, o del modo como la cultura occidental se ha cobijado bajo sus leyendas y mitos? Alain Badiou, el prologuista, introduce sus juicios justificando el objetivo del autor.  Lo que Byung Chul Han atestigua vigorosamente en este libro es que el amor, entendido en el sentido fuerte que una larga tradición histórica le otorga, está amenazado, tal vez muerto, o en todo caso bastante enfermo. Y después se pregunta “¿Quién es ese enemigo bajo cuyos golpes el verdadero amor sucumbe?” La pregunta procede porque Chul Han se afilia a la idea platónica del alma, que lleva a la idea, y si la idea decae, la batalla del espíritu es un esfuerzo condenado al fracaso de antemano. ¿Acaso no escribió Byun Chul Han La sociedad del cansancio? Manifiesto furioso contra una sociedad neuronal, cuya expansión desgasta los resortes del amor. Para el filósofo coreano, Chul Han, “La verdadera esencia del amor consiste en renunciar a la conciencia de sí mismo, en olvidarse en otra mismidad “.

El Eros es la piedra de toque, la aspiración, el cemento invisible que reúne al sujeto plural de la vida en sociedad. Y, por lo tanto, La agonía del Eros es de naturaleza estructural. Más aún, es imprescindible para el pensamiento, sin el Eros, el pensamiento no repuja la idea de la verdad, la duda o el dolor. La peligrosidad de la agonía consiste en que destruye el pensamiento. Negarse al amor y desplegar el individualismo del mundo de hoy, es la forma inconsciente de claudicar. El amor es imprescindible para la existencia, tal como lo es para el pensamiento, y se puede afirmar que es lo más apegado al viejo discurso humanista del enciclopedismo del siglo XVIII. La única forma de reconocerse en el otro, parece decirnos Byung Chul Han, es en la sobrevivencia del EROS. Por eso nos alerta, por ello pone ideas en circulación.   

Andrés L. Mateo

Escritor

Escritor, novelista, poeta, educador, critico literario, ensayista, investigador y filósofo. Ganador del Premio Nacional de Literatura 2004. Estudió Filología en la Universidad de La Habana. Actualmente es Decano de Estudios Generales, de la Universidad APEC. autor de las novelas Pisar los dedos de Dios,1979. La otra Penélope, 1982. La balada de Alfonsina Bairán, 1992. El Violín de la Adúltera, 2007.

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