Probablemente las cosas no sean como algunos comunicadores y comentaristas en las redes sociales están diciendo sobre los problemas financieros que supuestamente existen en el Banco de Reservas de la República Dominicana (Banreservas).
Indican con seguridad, pero sin presentar prueba alguna, que la institución bancaria gubernamental tiene un déficit financiero que podría desestabilizar en los próximos días la banca nacional dominicana.
¿Qué se busca? Crear un masivo retiro de fondos bancarios por parte de los ahorrantes y provocar con ello un caos en el sistema financiero dominicano, especialmente en esta institución bancaria propiedad del Estado dominicano.
Como los denunciantes no sustentan con pruebas esas informaciones, sospecho que no es más que una campaña politiquera peligrosa contra el gobierno del presidente Luis Abinader y su partido, el Revolucionario Moderno (PRM).
El presidente Abinader enfrenta serios cuestionamientos sobre actos de corrupción cometidos por algunos exfuncionarios de su gobierno —hoy en la justicia— y congresistas del partido oficialista pedidos en extradición por los Estados Unidos al vincularlos al tráfico de sustancias narcóticas prohibidas.
Aprovechando todos estos escándalos, es que personas interesadas quieren aprovechar la situación para colocar al presidente dominicano dentro de un horno encendido, al igual que se cocina una arepa sobre un fogón, dándole candela por arriba y por abajo.
Por las denuncias que a diario se escuchan de ahorrantes sobre fraudes bancarios en sus cuentas de ahorros y tarjetas de crédito, se hace urgente de las autoridades monetarias y del gobierno una aclaración al respecto que evite que los dominicanos pierdan la confianza en el sistema bancario dominicano.
Los “hackers” son grupos de maleantes que con facilidad penetran en un sistema informático vía internet.
Banreservas se ha consagrado como la institución dominicana de mayor reconocimiento internacional en 2025 en el renglón de seguridad y funcionalidad en el entorno digital.
Las nuevas tecnologías de la inteligencia artificial están facilitando aún más las operaciones fraudulentas de estos ciberdelincuentes que operan clandestinamente desde cualquier lugar.
Lo hacen a distancia instalando en los equipos electrónicos de la víctima escogida un software malicioso llamado “Malware”, con el cual roban información y destruyen sistemas informáticos.
Pero esta modalidad de los ciberdelincuentes no ocurre solo en República Dominicana; es una actividad que se realiza en todos los países.
Los hackeadores cibernéticos son tan hábiles que pareciera que sus operaciones fraudulentas son producto de un vínculo con algún personal bancario, algo difícil de ocurrir, pero no imposible que pueda suceder.
Banreservas se ha consagrado como la institución dominicana de mayor reconocimiento internacional en 2025 en el renglón de seguridad y funcionalidad en el entorno digital.
La revista neoyorquina Global Finance Magazine reconoció dicha institución bancaria como la entidad más segura de la República Dominicana.
¿Por qué entonces hay tantas denuncias de fraudes contra sus ahorrantes?
El Banco Popular Dominicano, uno de los más grandes y con gran reputación en la República Dominicana, también es víctima de estas denuncias.
Indican con seguridad, pero sin presentar prueba alguna, que la institución bancaria gubernamental tiene un déficit financiero que podría desestabilizar en los próximos días la banca nacional dominicana.
Las investigaciones de los expertos concluyen en su gran mayoría que muchos clientes bancarios son víctimas de los ladrones cibernéticos porque facilitan sus datos personales y número de cuentas bancarias a compañías fantasmas, “hackers” que venden artículos a bajos precios y otros servicios vía internet.
Los ciberdelincuentes también suplantan la identidad de sus víctimas a través de un malicioso programa cibernético llamado “phishing” que distribuyen por correo electrónico a computadoras y teléfonos celulares donde están registradas informaciones sensibles de los propietarios.
Es por ello por lo que hay que estar siempre alerta de no realizar intercambio de información electrónica sin estar seguro de la realidad de la existencia de la empresa con la cual se pretende realizar una transacción comercial.
Documentos personales como cédulas de identidad, pasaportes y tarjetas bancarias deben estar siempre resguardados en lugares seguros dentro y fuera del hogar para evitar que alguien pueda usarlos sin su autorización.
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