Sospecho que este país ya casi llega a la plena modernidad. Créanlo. Porque recientemente se me perdió la cédula, y empecé a enloquecer con solo pensar que tendría que pasarme un día, turno tras turno, en la Junta Central Electoral. Pero no. Pues sucedió que de pronto me topé con una oficina de esa Junta en un centro comercial, a la que me acerqué a indagar cuál sería el trámite para obtener un duplicado. Y sepan lo que sucedió: el empleado me pidió el número de la cédula perdida, y ahí mismo hurgó en la computadora y…(¡créanlo, no les miento!)…me tomó una foto, y en menos de diez minutos me entregó el duplicado. Definitivamente nos estamos civilizando.

Ramón Colombo

Periodista

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

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