Cada período es único en la historia y deja aportaciones y huellas que otros períodos no dejan porque obedece a unas circunstancias singulares propias de los procesos dialécticos, donde nunca se puede repetir lo mismo. Sin embargo, cada aporte de hoy servirá al futuro y lo que existe ahora ha estado influenciado de una u otra forma por el pasado.

A continuación, vamos a destacar aportes a la educación dominicana durante la Segunda República, que son muchos y, en mi opinión, en muchos casos superiores a los de la primera república.

La Segunda República Dominicana es un período de nuestra historia comprendido entre el 15 de julio de 1865, con la retirada del gobierno español de Santo Domingo, y el 15 de mayo de 1916, con la entrada de tropas estadounidenses al país y el inicio de la ocupación militar estadounidense, la cual terminó con el establecimiento de la Tercera República Dominicana en 1924.

La educación como motor de transformación social fue uno de los pilares más sólidos de la Segunda República

Se sucedieron varios gobiernos y varias constituciones. Personajes como Buenaventura BáezIgnacio María González y Ulises Heureaux dominaron la política de la primera parte del período, y más tarde lo hicieron Horacio VásquezJuan Isidro Jiménez y Ramón Cáceres.

Durante la Segunda República Dominicana (1865–1916), se realizaron importantes avances en el ámbito educativo que marcaron el desarrollo del sistema escolar del país.

Creación de instituciones educativas: Se fundaron nuevos recintos escolares y bibliotecas, con el objetivo de expandir el acceso a la educación en distintas regiones del país.

Instituto de Señoritas: Fundado por Salomé Ureña de Henríquez, este instituto fue clave en la formación de las primeras maestras dominicanas, como Luisa Ozema Pellerano y Mercedes Laura Aguilar.

Escuelas Normales: Introducidas por Eugenio María de Hostos, estas escuelas promovieron una educación laica y profesionalizada para los docentes, estableciendo estándares modernos de enseñanza. Este ha sido un aporte fundamental que dura hasta nuestros días, y que formó generaciones en toda la geografía nacional.

Educación laica y progresista: Se impulsó una visión educativa centrada en la transformación social, con valores como el trabajo y la solidaridad, y se reconoció la libertad de cátedra.

Participación femenina: Las mujeres comenzaron a tener un rol más activo en la educación, tanto como maestras como líderes intelectuales, lo que representó un cambio significativo en la sociedad dominicana.

Pensadores influyentes: Figuras como Pedro Francisco Bonó y Ulises Francisco Espaillat promovieron ideas educativas avanzadas, vinculadas al desarrollo nacional y la formación ciudadana.

Estos avances sentaron las bases para el sistema educativo moderno en la República Dominicana, aunque también enfrentaron desafíos como la falta de presupuesto y el limitado interés político en fortalecer la educación pública.

Una de las figuras a destacar es Eugenio María de Hostos, una persona clave en la transformación educativa de la Segunda República. Su legado no solo marcó la pedagogía dominicana, sino que también dejó huellas profundas en la formación de una ciudadanía crítica y progresista.

Hostos y su impacto en la educación dominicana

Hostos llegó al país en 1875, invitado por el gobierno de entonces, y rápidamente se convirtió en un referente intelectual y moral. Su misión: reformar el sistema educativo dominicano desde sus raíces.

En 1880, Hostos fundó la primera Escuela Normal en Santo Domingo, dedicada a la formación de maestros con una visión científica, ética y laica. Este fue uno de sus mayores aportes, ya que profesionalizó la docencia y elevó los estándares educativos. Se debe destacar que este enfoque fue muy revolucionario para la época, en la que primaba la enseñanza religiosa y dogmática en la escuela dominicana.

Educación moral y cívica: Para Hostos, la educación debía formar ciudadanos conscientes, responsables y comprometidos con el bien común. Introdujo la enseñanza de la moral como base para el desarrollo social.

Promotor de la educación femenina: Defendió el derecho de las mujeres a recibir educación formal, algo revolucionario para la época. Su pensamiento influyó en la creación de instituciones como el Instituto de Señoritas fundado por Salomé Ureña.

Método científico y racional: Hostos impulsó una pedagogía basada en la observación, el análisis y el pensamiento crítico, alejándose de métodos dogmáticos o religiosos. Esto transformó la manera en que se enseñaban las ciencias, la historia y la filosofía.

Escritos y conferencias: A través de sus obras y discursos, Hostos difundió ideas sobre libertad, justicia, autodeterminación y unidad antillana. Su pensamiento trascendió el aula y se convirtió en una guía para la reforma social.

Legado duradero: Aunque regresó a Puerto Rico en 1888, su influencia perduró. Muchos de sus discípulos continuaron su obra, y hoy se le reconoce como uno de los padres fundadores de la educación moderna en República Dominicana.

Hostos no solo educó, sino que sembró conciencia. Su visión de una educación liberadora sigue siendo un faro para quienes creen en el poder transformador del conocimiento.

Avances educativos en la Segunda República

Durante la Segunda República Dominicana (1865–1916), se realizaron importantes avances en el ámbito educativo que marcaron el desarrollo del sistema escolar del país. Aquí te presento los aportes más destacados:

1. Reconstrucción tras la Restauración (1865–1870)

Se reconoció el abandono del sistema educativo durante las guerras previas.

Comenzaron los primeros intentos por establecer escuelas públicas y bibliotecas.

Se promovió la idea de que la educación debía ser un motor de transformación social.

2. Reforma pedagógica con Hostos (1870–1880)

Eugenio María de Hostos introdujo una educación laica, científica y ética. Fundó las Escuelas Normales para formar maestros con visión progresista. Se impulsó la educación femenina y la formación cívica como pilares del sistema.

3. Institucionalización y expansión (1880–1900)

Se crearon más recintos escolares en zonas urbanas y rurales. Salomé Ureña fundó el Instituto de Señoritas, formando maestras pioneras. Se consolidó la idea de que la educación debía ser gratuita y accesible.

El legado de Hostos profesionalizó la docencia y sembró conciencia crítica en generaciones dominicanas

4. Desafíos y tensiones (1900–1916)

Persistieron tensiones entre modelos educativos laicos y religiosos. La educación dependía fuertemente del tipo de gobierno en turno, lo que generó inestabilidad.

A pesar de los avances, el sistema seguía enfrentando problemas de cobertura, calidad y financiamiento.

Principios que guiaron la evolución educativa

  • Educación como derecho social: Se promovió el acceso sin importar clase social.
  •    Formación del ciudadano: Se buscaba crear individuos críticos, éticos y comprometidos.
  • Profesionalización docente: Se elevó el nivel de preparación de los maestros.
  • Inclusión de la mujer: Se abrió el camino para la participación femenina en la educación formal.

Esta evolución sentó las bases para el sistema educativo moderno en la República Dominicana, aunque la intervención estadounidense en 1916 marcó un nuevo capítulo con sus propios desafíos, los que abordaremos en otro artículo.

Francisco Ramirez

Educador

Alcancé el doctorado en ciencias pedagógicas en la Universidad pedagógica Enrique José Varona, La Habana, Cuba; Maestría en administración de la Educación concentración administración, Universidad Autónoma de Santo Domingo-Universidad de Montreal. Maestría internacional en gestión universitaria, Universidad de Alcalá, España, Especialista en educación por competencias, Universidad de Guadalajara, México, Licenciado en educación mención desarrollo agrícola y Rural, UCDEP. Me he especializado en gestión educativa. Experiencias: Exdirector del Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio, INAFOCAM, Director Regional de Educación, Director distrital, Director de escuelas maestro de primaria y secundaria. Profesor del área de educación en la Universidad Autónoma de Santo Domingo Profesor del postgrado en la UASD, PUCMMA, asesoró 241 tesis de maestría, profesor del doctorado que imparte la UASD con la Universidad Enrique José Varona, coordinador del postgrado UASD-SAN JUAN. Actualmente imparto docencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo en la Facultad de Educación.

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