La comunicación digital está transformando al mundo. Entre los sectores más impactados figura el turistico. El surgimiento de las plataformas de alquileres vacacionales, por ejemplo, ha expandido la oferta de alojamiento en todos los destinos. Aquí ya el inventario de habitaciones disponibles en la pionera Airbnb, la más conocida plataforma, sobrepasa la oferta hotelera, ambas llegando a unas 220,000 como oferta total. Y ahora Airbnb anuncia que ofrecerá otros bienes y servicios a sus clientes. Cuando el MITUR elabore las normativas de estas plataformas, la resultante derrama económica multiplicara los beneficiarios locales.
A nivel mundial, la oferta de los alquileres vacacionales de Airbnb creo al principio una fuerte oposición de parte de los hoteleros. Alegaban que era una competencia desleal carente de seguridad y, entre otros argumentos, pidieron que los propietarios de las viviendas fueran regularizados y pagaran impuestos. Eventualmente, esa oferta se ha consolidado y hoy representa el mayor volumen de habitaciones disponibles en el mundo y en nuestro país.
Pero la oposición a la existencia de los alquileres vacacionales esta provocando graves repercusiones. Como dolores del parto basta citar la reciente prohibición en España de 65,000 anuncios ilegales de ofertas de Airbnb. También en Málaga acaban de prohibir, por considerarse ya saturados, la existencia de la oferta de alquileres en 43 de los barrios de la ciudad (limitando al 8% la proporción de viviendas destinadas al uso turístico en cada barrio). Y acaba de proponerse un proyecto de ley en España para subir el impuesto a las viviendas y apartamentos vacacionales a un 21%.
En nuestro país Airbnb ha experimentado un vertiginoso crecimiento en los últimos años y el inventario de habitaciones roza ya las 125,000. Las cifras del primer trimestre de este año revelan la penetración de este tipo de alojamiento. “Entre enero y marzo del 2025 llegaron 2,320,555 extranjeros no residentes a RD vía aérea. De estos, 1,734,467 se alojaron en hoteles tradicionales y 586,088 en “otros” como la renta corta, es decir, el 25.2 % del total.” De acuerdo a las últimas estadísticas, en la RD ya hay 6,890 inmuebles listados en Airbnb, con una ocupación promedio de 53% y una tarifa diaria promedio de US$63 por inmueble. Las áreas más populares para el alquiler vacacional incluyen Santo Domingo, Punta Cana, Santiago, Puerto Plata y Cabarete. Se reporta que de cada 3 dominicanos no residentes que visitan al país 2 prefieren las opciones de las plataformas de alquiler.
De cualquier modo, la tarea de la regularización y de la carga impositiva debe agilizarse al máximo. Esto así no solo porque ya una cuarta parte de los turistas (de vía aérea) prefieren el alojamiento de las plataformas, sino también porque la regularización generaría seguridad y evitaría fenómenos adversos como los citados para España. También es justo que, tanto las plataformas como los propietarios de los inmuebles listados cumplan con una carga impositiva. Parece conveniente que la tasa impositiva de los primeros cinco años no pase del 5% para inducir un masivo cumplimiento.
Nuestro país, sin embargo, todavía no ha regularizado ni gravado la oferta de alquileres vacacionales. Lo que ha trascendido más recientemente en la prensa es que el MITUR esta ultimando los detalles de la normativa que regirá para esta oferta de alojamiento. Sorprendentemente, se reporta que el MITUR y ASONAHORES están teniendo “los diálogos finales” para crear la normativa adecuada para los alquileres de renta corta. Pero resulta inadecuado que a quien MITUR consulte sea a ASONAHORES cuando ese gremio es un contrincante desafiante de las plataformas de alquiler. Deben ser los propietarios de los inmuebles que, mediante una representación adecuada, participen en esos diálogos. ASONAHORES no defendería sus intereses como lo harían ellos mismos. Hace falta que se congreguen en un gremio que pueda ser el interlocutor relevante del MITUR.
Desde hace algunos años Airbnb ha estado ofreciendo, además de los inmuebles del alojamiento, las opciones de “experiencias” en el destino. La prensa local reporta: “Algunas de las experiencias con mejor puntuación son: la ruta de senderismo por la cascada del Tabernáculo, en Los Cacaos, San Cristóbal; el tour en catamarán por la Isla Saona; el taller de ‘Chocolate del Grano a la Barra’; el tour por el mundo submarino de Sosúa; la exploración de las dunas de arena y arrecifes en Baní; y la cabalgata en playa Madama. La compañía mantiene un estricto control de calidad sobre sus experiencias, verificando que cada una cumpla con altos estándares de autenticidad, relevancia local y satisfacción del usuario. Y evalúa continuamente a los anfitriones, tomando en cuenta su conocimiento del destino, la originalidad de la propuesta y los comentarios de los participantes.”
La buena noticia es que Airbnb acaba de anunciar la incorporación de otros servicios a su oferta local. “La compañía fundada en 2008 por Brian Chesky, Nathan Blecharczyk y Joe Gebbia en su casa de San Francisco se lanza ahora a conquistar toda clase de servicios relacionados de un modo u otro con el turismo. Desde su completamente renovada aplicación, se podrá contratar un cocinero, un corte de pelo, un masaje, entrenamiento personal, sesiones de fotografía, una visita guiada, una cata de vinos y otros servicios y experiencias de un catálogo que se irá ampliando.” La diversidad de la nueva oferta que está ya disponible para 260 ciudades se muestra en la aplicacion de Airbnb. Obviamente, los suplidores de estos servicios serán mayoritariamente locales, por lo que con esto se expande grandemente la derrama económica del turismo en nuestro pais.
La importancia de que no se dilate más la atención al subsector de las plataformas es trascendental. No es solo que representan una variada y cuantiosa oferta de alojamiento que complementa la oferta hotelera. Es también que permite que la parte de la población que posee viviendas, villas y apartamentos adecuados participe en la industria turística. Eso es de suma trascendencia porque cerca del 95% de las habitaciones hoteleras existentes son propiedad de empresas extranjeras, lo cual implica que anualmente se producen cuantiosas repatriaciones de utilidades a sus países de origen. En el caso de las plataformas la gran mayoría de los propietarios son locales y sus utilidades se quedarían en el país. MITUR debe, en consecuencia, equilibrar su atención al asunto con las consultas a los propietarios y no sesgar su gestión a fin de no aparentar que favorece más a los inversores extranjeros.
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