Airbnb, la mayor plataforma mundial de alquiler de alojamientos en viviendas, apartamentos o villas particulares, está bajo fuego intenso. En algunos lugares no quieren su operación porque son competencia de los hoteles locales, mientras en otros se les objeta porque no pagan impuestos. Aquí existen unas 80,000 habitaciones ofertadas a través de este tipo de herramienta digital, casi la misma cantidad que hay en hoteles y resorts. Es pues deseable esbozar una evaluación de los pro y los contra de esta herramienta digital para establecer una política adecuada.
Según Wikipedia, “Airbnb, Inc. es una compañía estadounidense que opera un mercado en línea para alojamiento, principalmente casas de familia para alquileres vacacionales y actividades turísticas. Con sede en San Francisco, California, la plataforma es accesible a través del sitio web y la aplicación móvil. Airbnb no posee ninguna de las propiedades listadas; en cambio, se beneficia al recibir comisiones de cada reserva. La compañía fue fundada en 2008 por Brian Chesky, Nathan Blecharczyk y Joe Gebbia. Airbnb es una versión abreviada de su nombre original, AirBedandBreakfast.com.”
Su sitio web aporta otros rasgos: “Airbnb es una plataforma pensada para viajeros que buscan una forma alternativa para hospedarse en sus vacaciones. En la actualidad, millones de anfitriones y viajeros optan por crear una cuenta gratuita en Airbnb para publicar sus espacios y reservar alojamientos únicos en cualquier parte del mundo. Por ello, la plataforma también cuenta con la sección de “Experiencias”. “Las experiencias que ofrece Airbnb son muy variadas y pueden ser desde tours por la ciudad, a rutas en bicicleta, actividades culinarias, excursiones a pueblos cercanos o cualquier otra actividad que se te ocurra.”
Por supuesto, la oposición temprana a la operación de Airbnb y plataformas similares provino de los hoteleros. Vieron la plataforma como una competencia desleal. Eventualmente, ese punto de vista cambió y se recurrió al reclamo de que debían pagar impuestos por ser una operación comercial. (En algunos lugares todavía la polémica sigue abierta.) Otras oposiciones incluyen 1) conflictos de convivencia, 2) responsables de la subida de los alquileres, 3) no son reguladas como los demás establecimientos comerciales, y 4) que pueden convertir el centro urbano en un gran hotel. En su defensa, Airbnb y Google han respondido con argumentos que reportan el impacto económico por ellas generadas en el país anfitrión. Y tanto aquí como en otros países ya se están tomando medidas para responder a estos argumentos en contra.
La regulación de Airbnb y similares plataformas ya existe en muchos países del mundo. En algunos no se requiere de ningún permiso especial para operar, pero solo se permite un número de días de alquiler (Londres 90, Ámsterdam 60, Paris 120). Pero cuando se trata de alquilar una segunda vivienda en París y en Hamburgo se requiere de un permiso. En New York, por otro lado, no se permite alquilar la vivienda a menos que sea por un mínimo de 30 días. Barcelona prohibió la renta privada de alojamiento por Airbnb a menos que se trate de un apartamento y se disponga de un permiso para ello. En algunos casos no se permite operar a Airbnb porque las reglas del condominio no permiten una operación de alquiler de alojamiento y las dependencias son solo para viviendas.
La Unión Europea, por su parte, esta preparando regulaciones uniformes para todos sus países miembros. “La CE formó un pacto de intercambio de datos con gigantes del alquiler como Airbnb, Booking.com, Expedia y Tripadvisor. El acuerdo permite a la oficina de estadísticas Eurostat publicar datos sobre la venta de alojamientos de alquiler a corto plazo en las plataformas, incluida la duración de la estancia y el número de huéspedes. La Comunidad Europea estaba lista para adoptar nuevas reglas en el primer trimestre de 2023, por lo que Airbnb se ha movido para actualizar sus políticas. Su Plan de Acción de Acogida de la UE de cinco puntos busca garantizar que los beneficios de los alquileres a corto plazo permanezcan mientras trabaja con los reguladores para abordar los impactos negativos.”
En materia del pago de impuestos, ya Airbnb incorpora en sus prácticas los cobros correspondientes. “En algunos lugares, Airbnb ha establecido acuerdos con las autoridades locales para recaudar y liquidar algunos impuestos en nombre de los anfitriones.” En otros lugares, Airbnb pide “a los anfitriones que indiquen los impuestos aplicables en la descripción de sus alojamientos y en los mensajes que intercambien con los viajeros antes de que estos reserven.” Localmente, la prensa reporta que “a partir del próximo mes el Gobierno comenzará a gravar a este tipo de empresas internacionales que usan la tecnología y el internet como mecanismo para canalizar clientes que buscan inmuebles para vacacionar, trabajar o divertirse en grupo. La meta es recaudar más de 3,000 millones de pesos por impuestos a empresas extranjeras.”
Lejos de pretender obstaculizar a Airbnb y otras plataformas similares, ASONAHORES no objeta el producto y basa su conformidad con la diferencia entre este y el suyo. Lo que pide el gremio es “que entren al sistema y cumplan con las leyes para evitar que haya un tema (refiriéndose a inconvenientes con turistas) que afecte la imagen del país. ASONAHORES considera que no se trata únicamente de cobrarles un impuesto, sino de integrarlas al sector para que el servicio que ofrecen estas plataformas cumpla con los estándares de calidad que caracterizan la oferta turística del país.” Esta última preocupación de los hoteleros luce muy razonable.
Todo indica que el alquiler de alojamientos al estilo Airbnb seguirá creciendo. El hecho de que recientemente las acciones del Airbnb hayan experimentado una caída de un 45% en el valor de sus acciones en la Bolsa se debe principalmente a los temores de una recesión global. Sin embargo, los analistas de Bloomberg dicen: “Nadie puede predecir con seguridad si se producirá una recesión, ni cuándo, ni cuánto durará. Si bien una recesión podría perjudicar a Airbnb, hay otros vientos favorables que seguramente la estén impulsando, y probablemente seguirán haciéndolo. La empresa registró un fuerte crecimiento de las reservas el trimestre pasado, y la temporada estival de viajes de verano impulsará este crecimiento.”
Para un destino turístico como el nuestro la operación de plataformas de renta de alojamiento como Airbnb, Vrbo, Booking, TripAdvisor, Expedia, HomeTogo, etc. es una bendición. Esto así porque el destino se hace mas competitivo cuando el abanico de ofertas de alojamiento es más amplio, con beneficios adicionales en términos de divisas y empleo. Además, han rentabilizado inversiones inmobiliarias que eran afectadas por el poco uso. De particular importancia para nuestro país, esta modalidad de alojamiento permite a los nacionales participar en el negocio del alojamiento, el cual esta casi mayormente copado por las cadenas hoteleras de propiedad extranjera. Y con la opción de “experiencias” que Airbnb ofrece la derrama económica de la visita turística es mucho mayor y más beneficiosa para el país.
Un sector globalizado como el turístico depende mucho de la comunicación y esta, cada día más, de las herramientas digitales. De hecho, el sector está siendo arropado por un rápido proceso de transformación digital. Su éxito dependerá en gran medida de la innovación que sea posible lograr con los medios digitales. Por eso nuestro sector público del turismo debe fijarse la meta de convertir el nuestro en un “destino inteligente”. A las plataformas como Airbnb debe dársele la bienvenida, sin dejar de regularlas y cobrarles impuestos.