La jueza de distrito Allison Burroughs ordenó a la Administración del presidente Donald Trump revertir los recortes por más de 2.000 millones de dólares a Harvard y declaró ilegal el bloqueo de los fondos, impuesto como represalia tras la negativa de la institución a implementar reformas en sus políticas internas, en medio de la cruzada del Gobierno federal contra centros de estudios acusados de promover "antisemitismo". La Casa Blanca anunció que apelará la decisión.

Nuevo capítulo en la batalla de Donald Trump contra Harvard.

Una jueza federal dictaminó el miércoles 3 de septiembre que el Gobierno del presidente Donald Trump canceló de manera ilegal cerca de 2.200 millones de dólares en financiación federal y subvenciones destinadas a investigación a la Universidad de Harvard.

La decisión es vista como una victoria —al menos temporal— para la casa de estudios con sede en Cambridge, Massachusetts, que demandó a la Administración por los recortes y congelación de recursos.

La decisión de la jueza de distrito Allison Burroughs también revierte todos los recortes y congelación de fondos federales a Harvard impuestos desde el 14 de abril, y prohíbe al Gobierno federal efectuar futuros recortes que violen los derechos constitucionales de la universidad —más antigua y rica del país— o entren en conflicto con la ley federal.

El pasado abril, la Administración canceló cientos de subvenciones otorgadas a investigadores de Harvard con el argumento de que la escuela no hizo lo suficiente para abordar el acoso a los estudiantes judíos en su campus.

Las críticas de Trump hacían referencia a la ola de protestas propalestinas y contra la guerra en la Franja de Gaza que se masificaron un año antes, desde abril de 2024, en los campus estadounidenses, especialmente contra el bombardeo indiscriminado por parte de Israel y costo de vidas del conflicto: tres cuartas partes del total de muertos, que a la fecha superan los 64.000, son mujeres y niños. 

“Una revisión del expediente administrativo dificulta concluir algo distinto a que (el gobierno) utilizó el antisemitismo como cortina de humo para un ataque selectivo e ideológico contra las principales universidades del país”, escribió la jueza Burroughs en un fallo de 84 páginas. El país debe combatir el antisemitismo —continuó— pero también debe proteger el derecho a la libertad de expresión.

La Casa Blanca reaccionó y anunció que apelaría el dictamen: “Para cualquier observador imparcial, está claro que la Universidad de Harvard no protegió a sus estudiantes del acoso y permitió que la discriminación plagara su campus durante años”, afirmó Liz Huston, portavoz de la Casa Blanca. “Harvard no tiene derecho constitucional a recibir dinero de los contribuyentes y sigue sin poder optar a subvenciones en el futuro”.

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“Un buen comienzo”: estudiantes e investigadores reaccionan con optimismo

En un mensaje a la comunidad del campus, el presidente de Harvard, Alan Garber, afirmó este jueves 4 de septiembre que el fallo valida los “argumentos en defensa de la libertad académica de la Universidad, la investigación científica crítica y los principios fundamentales de la educación superior estadounidense".

Alexi Stavropoulos, estudiante de la escuela de medicina de Harvard, considera que la decisión de la jueza Burroughs fue "un buen comienzo", incluso si la administración Trump decide apelar.

"Gran parte de ese dinero se destina a investigaciones que salvan vidas y promueven la investigación sobre el Alzheimer y el cáncer. Se destina a buenas causas, y los avances que se están logrando en Harvard no son aislados, sino que ayudan al público en general", señaló Stavropoulos a la agencia de noticias AP.

La estudiante de primer año Siya Patel afirmó que estaba feliz de que el sistema judicial la "esté defendiendo". Patel, estudiante de bioingeniería con especialización en informática, también dijo que se sentía aliviada y esperaba que la reversión la ayudara a lograr sus objetivos de investigación en la creación de terapias con células madre personalizadas para enfermedades cardíacas.

"En mi caso, que no se recorte la financiación es una fuente de financiación para mi proyecto, para mis objetivos. Y espero que, en el futuro, este objetivo se haga realidad y llegue al mercado", afirmó.

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¿Por qué están enfrentadas la Administración Trump y Harvard?

Desde enero, cuando asumió como presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha arremetido contra un grupo selecto de universidades y centros de estudio, a las que ha acusado de fomentar ideologías anti estadounidenses, marxistas y de “izquierda radical”. 

Las universidades forman parte de lo que en el país se conoce como la ‘Ivy League’: todas son instituciones privadas, con sede en el noreste de Estados Unidos, y consideradas de vanguardia, con excelencia académica, procesos muy selectos de ingreso y admisiones y cierto elitismo. La ‘Ivy League’ está integrada por las universidades de Brown, Columbia, Cornell, Dartmouth, Harvard, Pensilvania, Princeton y Yale.

El presidente también dijo en varias ocasiones que estas universidades albergaban expresiones y manifestaciones de antisemitismo y el 29 de enero firmó un decreto en el que declaró oficialmente al combate “vigoroso” del antisemitismo como una política del país.

El 11 de abril, el Gobierno Federal envió una carta a Harvard, en la cual le pidió implementar una serie reformas, en su cruzada contra las políticas de diversidad, equidad e inclusión (conocidas como DEI), así como a su declarada lucha contra antisemitismo en el país. De no cumplirlas, la Administración amenazó con cortar más de 9 mil millones en financiamiento y acuerdos con agencias del gobierno.

El gobierno pedía Harvard: reducir el poder de los estudiantes y miembros de facultades, reportar a estudiantes ante agencias policiales por faltas en conducta, cesar las políticas de contratación basadas en diversidad e inclusión, compartir con la Casa Blanca toda la data de admisiones y reformar sus políticas de disciplina.

La Universidad desafió a Trump y anunció el 14 de abril una demanda a la administración republicana, argumentando que la administración Trump estaba tomando represalias contra ella en violación de sus derechos de libertad de expresión

“Ningún gobierno —independientemente del partido que esté en el poder— debe dictar lo que las universidades privadas pueden enseñar, a quién pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir”, expresó el presidente de Harvard, Alan Garber, anunció que la universidad no cumpliría las demandas de la administración.

Garber también describió los cambios propuestos como intrusivos y dijo que impondrían “un control sin precedentes e impropio sobre la Universidad”. En la demanda, Harvard afirmó que la Primera Enmienda protege la libertad de expresión frente a las injerencias gubernamentales, que buscan imponer el equilibrio ideológico y prohíbe al gobierno utilizar sanciones legales u otras medidas coercitivas para suprimir las expresiones que no le gusten.

“Las consecuencias de la extralimitación del Gobierno serán graves y duraderas”, dijo. “Recortar indiscriminadamente la investigación médica, científica y tecnológica socava la capacidad de la nación para salvar vidas estadounidenses, fomentar el éxito estadounidense y mantener la posición de Estados Unidos como líder mundial en innovación”

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Con Reuters, AP, AFP, EFE, y medios locales

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