El grupo armado M23, que se apoderó a finales de enero de la ciudad de Goma, en la disputada región de Kivu del Norte, en el este de la República Democrática del Congo, expulsó a Ruanda a más de 300 civiles presentados como ruandeses sin documentación el sábado. Nuevas mediaciones de paz se organizarán en Togo este fin de semana.

En buses, el grupo armado congolés M23 expulsó el sábado 17 de mayo 360 civiles considerados como ruandeses que permanecían en República Democrática del Congo sin documentos por el mismo grupo rebelde, afirmó el portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

El M23, grupo formado principalmente por los tutsis, comunidad que sufrió el genocidio ruandés en 1994 y apoyado por Ruanda, controla la ciudad de Goma, en la provincia de Kivu del Norte, en el este del país africano, desde finales de enero.

El sábado por la mañana, “360 personas” montaron en autobuses procedentes de Goma, declaró a la AFP Eujin Byun, portavoz de Acnur.

Acnur subrayó que “el retorno de los refugiados a su país de origen debe ser seguro, voluntario y digno, de conformidad con el derecho internacional y el principio de no devolución”, añadió.

El convoy cruzó la frontera hacia la ciudad de Rubavu, en el oeste de Ruanda, según constató un corresponsal de la agencia de noticias AFP.

“Vamos a hacer todo lo posible para reintegrarlos en la sociedad, para que tengan las mismas responsabilidades y los mismos derechos que los demás ruandeses”, declaró, por otro lado, Prosper Mulindwa, alcalde del distrito de Rubavu.

Lucha entre el M23 y las FDLR

El lunes, el M23 había mostrado a la prensa a 181 hombres presentados como “ruandeses en situación ilegal” por su portavoz militar, Willy Ngoma, en un estadio de la ciudad fronteriza de Goma.

Los presuntos ciudadanos ruandeses estaban en posesión de documentos de identidad congoleños, papeles falsos según el M23, que los quemó en el estadio, observó un periodista de AFP.

Centenares de mujeres y niños, familiares de los detenidos, se juntaron a ellos en el estadio, en camiones del M23.

El M23 acusa a Kinshasa (capital de la RD Congo) de apoyar a las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), grupo armado creado por antiguos dirigentes hutus ruandeses del genocidio tutsi de 1994.

Han justificado su ofensiva en el este de la República Democrática del Congo por la necesidad de neutralizar a este grupo.

La mayoría de las familias expulsadas por el M23 son del municipio Karenga, considerado un bastión de FDLR. Se les había impedido regresar a su pueblo después de que el M23 tomara la ciudad de Goma, según fuentes humanitarias y de seguridad.

Estas familias vivían en un centro de acogida para desplazados en Sake, localidad situada a unos veinte kilómetros de Goma, según las mismas fuentes.

Asimismo, uno de los presuntos ruandeses detenidos, llamado Eric, declaró el lunes a la AFP que era originario de Karenga.

A principios de marzo, veinte presuntos combatientes de las FDLR, vestidos con uniformes de las Fuerzas Armadas Congolesas, fueron entregados a las autoridades ruandesas por el M23.

Kinshasa rechazó este hecho, calificado de “grosera invención” destinada a desacreditar a su Ejército.

Una nueva reunión de mediadores de paz prevista este fin de semana

El este de la República Democrática del Congo está hundido desde casi tres décadas en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).

Los ataques se reactivaron de manera más intensa hace cuatro años, bajo el accionar del M23.

Este fin de semana en Togo, se organizará una reunión de los mediadores de paz designados por la Comunidad de África Oriental (EAC) y la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC) para poner fin al conflicto.

Las perspectivas de lograr la paz en el este del país africano se reactivaron el pasado 25 de abril, cuando Ruanda y la República Democrática del Congo firmaron en Washington un acuerdo para iniciar negociaciones de paz.

En un mensaje publicado en su cuenta de la red X la pasada noche, Massad Boulos, asesor de Donald Trump sobre África, indicó haber conversado con el jefe del Gobierno de Togo y mediador de la Unión africana en el conflicto, Faure Gnassingbé. Reiteró su esperanza de que se pacte pronto una paz duradera en la región.

“Acabo de hablar con el presidente togolés Faure sobre los importantes avances logrados tras la firma de la Declaración de Principios entre la República Democrática de Congo y Ruanda”, afirmó el asesor de Trump, cuyo gobierno también actúa de mediador en el la crisis.

El pasado jueves, ya confirmó que Estados Unidos había entregado a los gobiernos de la República Democrática del Congo y Ruanda un primer borrador de acuerdo de paz entre el M23 y Kinshasa.

“Hemos presentado a ambas partes el primer borrador del acuerdo de paz y trabajaremos con las partes para perfeccionarlo y alcanzar un consenso” aseguró.

Más de 6 millones de personas han muerto como consecuencia de los diferentes conflictos que azotan a la República Democrática del Congo desde 1998, según la ONG Amnistía Internacional.

Con AFP y EFE.

France24

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