La sanción que aceptó el tenista italiano se vence justo a tiempo para brillar en casa, en el Abierto Italiano en Roma que se inicia este 7 de mayo. Durante su ausencia, no hubo amenazas a su posición como líder del escalafón mundial, y varios de sus principales rivales, como Carlos Alcaraz y Alexander Zverev, vivieron en el mismo periodo un colapso personal. La suspensión pactada resultó tan inofensiva como se esperaba.

Jannik Sinner accedió a una pausa de tres meses, como parte de su acuerdo para que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) retirara el recurso que había interpuesto contra él ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS). Esa apelación se produjo en medio de las objeciones por el tratamiento percibido como preferencial que recibió tras su positivo por Clostebol, un esteroide anabolizante.

Aunque validó la explicación de Sinner de que la sustancia había llegado a su organismo como resultado de una contaminación durante una sesión de fisioterapia, la AMA esperaba que el jugador se hiciera responsable por las acciones de su equipo de trabajo. Ese fue el origen de su recurso ante el TAS y la posterior sanción.

La suspensión de Sinner lo dejó sin opciones de defender los puntos ganados en el mismo periodo de 2024, cuando se coronó en el Masters 1000 de Miami y el Abierto de Rotterdam (un torneo ATP 500), además de llegar a semifinales de Indian Wells y Montecarlo. Sin embargo, no comprometió su participación en ningún torneo de Grand Slam.

 

En el intervalo, Alcaraz y Alexander Zverev pudieron haberle arrebatado el sitial de honor del tenis mundial, como le sucedió a Iga Swiatek mientras descontaba una suspensión de un mes. El de la polaca fue otro caso de dopaje de un jugador élite en el que la Unidad de Integridad del Tenis (ITIA) estuvo de acuerdo en validar la versión de contaminación.

Pero ni Alcaraz ni Zverev hicieron suficiente por aprovechar la oportunidad, y en los tres meses en los que Sinner se mantenía fuera del circuito, solo dos jugadores tuvieron avances significativos, aunque sin menoscabo del liderato del italiano: el británico Jack Draper y el argentino Sebastián Báez.

Ausencia sin dominios claros

Durante los tres meses que Sinner estuvo fuera del circuito, ningún jugador tomó el testigo de la hegemonía que había mostrado el italiano, ganador del Abierto de Estados Unidos, el de Australia, el Masters 1000 de Shanghái, la Copa Davis y las Finales de la ATP en los meses posteriores a su resultado adverso.

La superioridad competitiva de Sinner quedó más que clara con la increíble estadística de los resultados obtenidos desde que se reveló su positivo hasta su suspensión: 36 partidos ganados y uno solo perdido, la final de Beijing ante Alcaraz.

Ese legado quedó a salvo durante su ausencia. Los siete ATP 250, los seis ATP 500 y los cuatro Masters 1000 que se disputaron durante las semanas en las que estuvo inactivo tuvieron campeones diferentes, salvo Montecarlo y Rotterdam, ambos ganados por Alcaraz.

Con su victoria en Indian Wells y sus semifinales en Doha, Draper ha escalado al segundo lugar del ranking Race o escalafón de la temporada, que arroja los clasificados a las Finales de la ATP, como se conoce al torneo entre los ocho mejores del año. Allí el británico desplazó al tercer lugar a Zverev y al cuarto a Sinner, que incluso habiendo jugado apenas un torneo en 2025, luce sólido en su camino a Turín.

El argentino Báez se impuso en el ATP 500 de Río de Janeiro, y llegó a finales de dos torneos con calificación 250, Santiago y Bucarest, pero su ranking (20 en la semana anterior al retorno de Sinner) no representa una amenaza para el liderato del tenis.

Los escoltas del italiano en el ranking ATP, Zverev y Alcaraz, no hicieron mayores méritos para desbancarlo de la cima.

Después de caer ante Sinner en la final de Australia, el alemán ganó el ATP 500 de Múnich a mediados de abril, pero no fue capaz de pasar de los cuartos de final en ninguno de los otros eventos en los que participó.

Esa campaña inofensiva incluyó el Masters 1000 de Montecarlo, donde perdió su última posibilidad de desplazar al italiano, al caer frente a un compatriota de éste, Matteo Berrettini, en segunda ronda.

Un poco menos intrascendente fue Alcaraz, que ganó en Montecarlo, y llegó a la final en el ATP 500 de Barcelona y a semifinales en Indian Wells, pero al caer en el debut en el Open de Miami se despidió de cualquier posibilidad de descontar ante Sinner.

Su retiro obligado del Open de Madrid por una rotura en el aductor derecho alejó aún más la perspectiva del relevo. Aun así, Alcaraz sigue de líder en el ranking Race de los mejores de la temporada 2025 y de tercero del mundo.

Otro protagonista habitual, Novak Djokovic, vive su propio laberinto de rendimiento, natural en un jugador de 37 años. Solo jugó cuatro torneos durante la pausa de Sinner, llegó a la final en Miami, pero en los otros tres fue eliminado en su primera aparición.

Un argentino, Francisco Cerúndolo, protagonizó la remontada más pronunciada en el ranking Race, al mejorar cuatro posiciones gracias a su llegada a semifinales en Madrid. Ahora es octavo, pero él tampoco llega a inquietar a Sinner.

Una pequeña ayuda de los amigos

Una semana antes de su retorno al circuito, Sinner concedió una entrevista al canal italiano RAI, en la que reconoció que durante los meses previos al acuerdo que derivó en su suspensión, el retiro pasó por su cabeza.

“Realmente no me sentí cómodo en el vestuario, donde estábamos comiendo. Los jugadores me miraban de otra manera”, detalló.

Efectivamente, el tratamiento recibido por Sinner durante el proceso tras su dopaje fue considerado por muchos de sus colegas como preferencial, basado en su ranking y en su acceso a buenos abogados, como lamentó Novak Djokovic.

Pero parte del éxito en preservar su posición durante la ausencia vino dado por la actuación de jugadores cercanos a él. Draper es uno de sus mejores amigos dentro del circuito, e incluso ha estado entrenando junto a él de cara al retorno.

“Creo que es importante que la gente sepa y reconozca que el tipo es muy, muy bondadoso y un gran ser humano, así que no se merece nada del odio que recibe”, aseguró Draper durante su participación en el Abierto de Madrid.

Sus compañeros campeones de Copa Davis con Italia también han hecho lo suyo para que el botín de puntos durante la suspensión de Sinner quede repartido de la forma más segura posible para él.

Berrettini eliminó a Zverev en su debut en Montecarlo, un resultado decisivo para que el número uno quedara a salvo, y también se libró de Djokovic en la primera ronda de Doha.

Lorenzo Musetti se metió a finales en Montecarlo, Luciano Darderi se adueñó de Marrakech y Flavio Cobolli de Bucarest, y Matteo Arnaldi se libró de Andrey Rublev (octavo del mundo) en segunda ronda de Indian Wells.

Todo está listo para que Sinner regrese en las mejores circunstancias posibles: sólido en la cima, con sus rivales sumidos en periodos de rendimiento irregular y en un escenario, el Foro Itálico, que lo acogerá con los brazos abiertos.

Solo una sombra lo acecha en este retorno, y es el ominoso precedente de otra gran figura que volvió de una suspensión por dopaje, Swiatek.

La polaca no ha logrado ganar un torneo desde que se reactivó en la Finales de la WTA, y ha perdido ocho de los 32 partidos que ha jugado desde entonces. Sus 32 juegos antes de la suspensión fueron 28 victorias y solo cuatro reveses, e incluyeron títulos en Roland Garros y el Abierto de Italia, además del bronce olímpico.

Sinner, el jugador más dominante de las últimas dos temporadas, tiene el desafío de seguir conjugando la historia a su favor, como ya lo consiguió incluso fuera de las canchas.

France24

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