La migración puede verse desde múltiples ángulos: desde la búsqueda de una mejor calidad de vida hasta la pérdida de talento humano en los países de origen. No obstante, a medida que más personas emigran, también aumentan los flujos de remesas, lo que contribuye a aliviar la situación de los hogares pobres y a dinamizar la economía a través del gasto de quienes las reciben.
Esta idea se traduce a US$ 174,400 millones de remesas durante el 2025, una variación de 7.2 % respecto al año anterior, o US$ 11,700 millones más; y un crecimiento de 13.8 % frente al 2023 (US$ 153,200 millones), solo en la región de América Latina y el Caribe.
Si bien se proyecta un crecimiento de 7 % en este 2025, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hace énfasis en que las monedas se deprecian un 4 %, mientras que los precios aumentaron un 3.2 %.
Para los países del Caribe también se proyecta una pérdida en la capacidad de compra de las remesas recibidas, debido a que el aumento de los precios (7.2 %) está superando las ganancias derivadas de la depreciación de sus monedas (2.1 %)
El organismo internacional señala que al combinar estos factores, se espera una disminución del poder de compra de las remesas en moneda local de 5.1 %.
En el caso de América Central, aún cuando los ahorros principales de los migrantes posiblemente se estén acabando, el banco internacional señala que posible que hayan decidido reducir sus gastos para disponer de algunos fondos para el envío de remesas.
Divisas según país
México es la nación que acapara el 35.4 % del total de las remesas, con US$ 61,810 millones. Aun así, entre 2024 y 2025 se estima un decrecimiento de 4.5 %, al pasar de US$ 64,746 millones a US$ 61,810 millones, US$ 2,936 millones menos, debido a la variación del tipo de cambio del peso mexicano y la reducción del 1.2 % de la fuerza laboral estadounidense nacida en el país azteca.
Centroamérica recibirá US$ 55,395 millones por concepto de remesas en este 2025, US$ 9,369 millones más que los US$ 46,026 millones del 2024; siendo esta región la que crecerá en doble dígito (20.4 %); mientras que la región de América del Sur tendrá US$ 3,562 millones más, hasta alcanzar los US$ 36,339 millones (10 %).
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la zona del Caribe tendrá US$ 20,883 millones, unos US$ 1,758 millones más que los US$ 19,125 millones reportados en 2024. O sea, una variación del 9.1 %.
Además, el organismo internacional destaca que la mayor parte de estas transferencias se destina a hogares que no son pobres, pero que si no las recibieran podrían serlo.
En Guatemala, el 80 % de la masa total de remesas llega a hogares que no viven en la pobreza. La cifra supera el 90 % en Colombia, El Salvador y República Dominicana.
Los hogares en condiciones de pobreza extrema reciben una proporción muy reducida del total; en algunos casos, las remesas permiten a ciertos hogares abandonar la pobreza extrema, pero en otros los montos “son demasiado reducidos, o se reparten entre varias personas”, como para alcanzar esa clase de impacto.
Estados Unidos, España y Canadá, naciones donde proviene la mayor cantidad de remesas enviadas a la región
Hasta julio de 2025, la población migrante latina en Estados Unidos alcanzó 28.5 millones de personas, lo que representa un aumento de 386,813 personas y un crecimiento de 1.4 % respecto del mismo período de 2024, según la Current Population Survey de la Oficina del Censo de Estados Unidos. Estos trabajadores latinos tienen un salario semanal promedio de US$ 938, un 5.3 % mas que el 2024 (US$ 902), que se traduce a US$ 3,752 al mes.
Esto explica, en parte, que el 73.5 % de las remesas de la región provienen de Estados Unidos en comparación con el 96 % en México. De todas maneras, Estados Unidos es el principal emisor en todos los casos, superando el 90 % en El Salvador (95.8 %), Guatemala (92 %) y Honduras (90.1 %), República Dominicana (84.5 %).
Belice (84.1 %), Nicaragua (75.3 %), Haití (62.8 %), Jamaica (61 %) y Trinidad y Tobago (57.7 %) alcanza también porcentajes elevados de remesas procedentes de Washington.
Aunque en Panamá y Costa Rica la proporción es menor, Estados Unidos sigue siendo la principal fuente de remesas, con dos tercios en ambos casos.
En el Caribe, las remesas provienen mayoritariamente de Estados Unidos (50.4 %), aunque Canadá tiene una participación del 10.2 %. Canadá ocupa el segundo lugar como origen de estos flujos en Trinidad y Tobago (21 %), Jamaica (8.6 %) y Haití (10.6 %).
En tanto, en América del Sur, el 35.7 % de las remesas provienen de la nación norteamericana, ya que el 36.2 % tiene su origen en Europa y el 19.5 % desde países de la región como Argentina (8.4 %), Chile (7.6 %) y Brasil (3.5 %).
No obstante, en Ecuador (67.8 %), Guyana (69.1 %), Perú (56.5 %) y Colombia (53.4 %) su participación es alta. En el caso de Uruguay, el 39.5 % proviene de Estados Unidos y el 32.9 % de España.
Para Paraguay, la principal fuente es España (58.6 %), mientras que Bolivia recibe la mayor parte de sus remesas desde otros países latinoamericanos (26.2 %).
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