"En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia." – Miguel de Cervantes

Nelson Liriano, licenciado en Psicología, es conocido como Tío Nelson, un cuentacuentos que siempre te contará historias llenas de diversión. Va recopilando cuentos para todos, y escucharlo es, sin duda, una experiencia encantadora. El asombro que provoca es sorprendente. ¡Cuántas risas y cuánto conocimiento en su sabia e inusual manera de narrar! Su pasión por los libros y su deseo de compartirlos le fascinan.

Tío Nelson lleva cinco años con su proyecto registrado, y desde entonces el aprendizaje fluye en cada presentación: es más que inspirador. Narra con el propósito de entretener tanto a niños como a adultos. Personas, animales y lugares geniales saltan y juegan en sus relatos. De su voz brota un mundo fantástico. Son cuentos con poderes sorprendentes. ¡Cuánto ritmo! Dan ganas de dramatizar al compás de su narración.

Lo que más le emociona son las muestras de afecto que recibe tanto de los pequeños como de los adultos que escuchan sus relatos. Tiene diversas maneras de educar y transmitir valores presentes tanto en los cuentos clásicos como en los contemporáneos. Su talento innato asombra: utiliza diversas tácticas en sus ademanes y en la modulación de su voz. ¡Cuánto estilo en sus expresiones! Gracias a estas técnicas, su actuación posee un atractivo diferente.

La oportunidad de tocar los sentimientos de otros a través de una historia y la conexión que logra con el público es un regalo invaluable para él. Es un gran planificador: hay orden y pulcritud en los espacios que utiliza. Cada sesión con él es sumamente amena, y siempre logra involucrar a los participantes. Para Tío Nelson, ser narrador y contar historias es un compromiso profundo. Cree firmemente en lo que cuenta y considera un privilegio poder compartir esa dicha con los demás.

Honra los textos literarios que utiliza, así como al público que los recibe. Es admirable su capacidad para conectar con la audiencia y su habilidad en la comunicación oral. ¿Y a quién no le gusta un buen cuento, una historia que atrape? Su voz, tono y entonación hacen que los personajes cobren vida, vuelen y se llenen de una energía especial.

Tío Nelson se acompaña de un instrumento al que llama “El Susurrador”, que despierta la curiosidad y el interés del público por conocer cómo funciona. Este recurso invita al disfrute y a la complicidad entre el narrador y quienes participan de la experiencia. La trama se despliega con fuerza ante nuestros ojos expectantes, y los niños encuentran en ella una nueva forma de felicidad.

Cuando él cuenta una historia, la vive como si fuera real. Siente las emociones de los personajes y deja fluir las sensaciones que le provocan. Las historias le dan plenitud, y en el momento en que narra, se convierten en lo más importante para él. Los cuentos son parte sustancial de nuestra existencia. Están por todas partes: en libros, teatro, televisión, cine, internet, revistas… ¡Y hasta en nuestros propios diálogos!

Un cuentacuentos es un extraordinario aliado para acercar a los niños —y por qué no, también a los adultos— al libro y al placer de la lectura. La meta de un cuentacuentos es que absolutamente todos se recreen, se relajen y disfruten. Recrea, recupera y divulga historias que reflejan la cotidianidad y nuestros orígenes, hablándonos de multiculturalidad.

Tío Nelson fomenta el amor por la literatura. Tiene un canal en YouTube con una gran variedad de cuentos que lo acompañan en sus andanzas literarias y narrativas. Ha viajado por países como Cuba, México y Chile, llevando su alegría y su arte. Ha sido invitado a diversos programas educativos y de entretenimiento, y ha participado en ferias del libro y festivales.

Escuchar cuentos tiene enormes beneficios para los niños: mejora su imaginación, su razonamiento y su memoria. Por eso es tan recomendable fomentar esta actividad. Les aporta creatividad y despierta su curiosidad por aprender. Para Tío Nelson, la literatura infantil es un medio para crear mundos maravillosos que abordan temas sociales vinculados a la niñez y sus realidades. Ofrece un universo en el que los niños pueden soñar y vivir otras vidas.

Algunos cuentacuentos se auxilian de libros; otros narran oralmente cuentos folclóricos o leyendas que pasan de generación en generación. Algunos utilizan decoraciones, máscaras, vestuario o instrumentos para dar más vida a sus relatos. Tío Nelson, por su parte, utiliza su voz llena de matices y gesticulaciones que trasladan a su público a un mundo mágico.

Los niños impulsan la fantasía. El viaje es único cuando entramos al universo sorprendente de Tío Nelson. Para él, los niños representan alegría, juego, inocencia, libertad, esperanza y autenticidad. Son seres sensibles y creativos, capaces de vivir lo que imaginan como si fuera real. Hay un arte encantador en sus narraciones, donde se proyectan lugares, héroes, villanos y toda una multiplicidad de personajes.

Los niños se sumergen en sus cuentos, percibiéndolo como alguien que juega con las palabras y las convierte en historias maravillosas que los hacen disfrutar y soñar despiertos. Su memoria se enriquece. Recuerdan lo que más les gustó. La modulación, la repetición y las pausas ayudan a ejercitar su capacidad de recordar momentos específicos del cuento. Los cuentos también renuevan la atención, la concentración y la percepción.

Tío Nelson está convencido de que el mundo sería mejor si en los espacios de convivencia hubiera cuentacuentos que los llenaran de historias, canciones, juegos e imaginación. Una sesión amena logrará que los niños presten atención con entusiasmo y sigan el hilo del relato, además de ampliar su vocabulario. Cuando escuchan palabras nuevas, sienten curiosidad por conocer su significado. Así, aprenden de forma natural y agradable.

Los cuentos son una vía rápida y provechosa para acercarlos al placer de la lectura y la literatura. Ser cuentacuentos requiere ingenio y encanto. Es una labor que exige organización. Este arte es ancestral: fue una de las primeras formas de conexión con la literatura. A lo largo del tiempo, los cuentacuentos han tenido muchos nombres: juglares, rapsodas, chamanes…

Para Tío Nelson, ser narrador y contar historias es un compromiso profundo. Cree firmemente en lo que cuenta y considera un privilegio poder compartir esa dicha con los demás.

Grandes y pequeños han disfrutado de la magia de los cuentacuentos. Es recomendable investigar si en las bibliotecas cercanas se realizan este tipo de actividades, para compartir con los hijos un tiempo de calidad. ¡Será un momento inmejorable! Y si se hace con frecuencia, mucho mejor. Escuchar cuentos desde pequeños puede convertir a los niños en narradores en potencia. Esto fortalece su capacidad narrativa e incluso los inspira a contar sus propias historias, reales o inventadas.

¿Quién no se ha preguntado de qué hablan los peces bajo una cascada? ¿Cuántos gnomos trabajan en el día? ¿Dónde duermen los duendecillos? ¡Ven, escápate al país de Nunca Jamás! ¡Peter Pan invita con todos los gastos pagos! Y si vuelas con Mary Poppins, ella te dirá cómo resolver algunas preocupaciones. Si no lo crees, sumérgete en el encanto que nos ofrecen los cuentacuentos.

Contar cuentos va más allá de la diversión. ¡Albricias! Los cuentos son regalos que podemos darles a los niños para que aprendan a discernir el mundo que los rodea. Les enseñan que lo emocional y lo racional son herramientas para resolver problemas. Gracias a los cuentos, los pequeños desarrollan técnicas de entretenimiento y de adaptación al mundo que los rodea.

Tío Nelson nos da la clave: narrar un cuento es transformar la palabra en magia y en arte, capaz de cambiar el futuro de la niñez. Su entrega al público implica encantamiento, complicidad y disfrute conjunto. Cada presentación es un momento único, maravilloso. Sus palabras personifican los cuentos e historias, haciéndolos cobrar vida.

Creo que cada niño debería tener un duende protector, un hada con una varita que lance burbujas coloridas. Un cuentacuentos es un gran amigo y aliado. Los niños son los más beneficiados con sus historias. A Tío Nelson, los niños le hacen sonreír el corazón. Con sus risas, el tiempo vuela. Él sabe que la imaginación no tiene edad. En su interior habitan maravillas.

Escucharlo es un placer que permanece. Porque Tío Nelson es un cuentacuentos… para siempre.

¡Yupi! Es supercalifragilisticoespialidoso.

Evelyn Ramos Miranda

Poeta y narradora

Evelyn Ramos Miranda. Nació en Santo Domingo un 9 de febrero. Obtuvo una licenciatura en Educación Inicial y una maestría en Administración y Supervisión de Programas de Educación Inicial en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Catedrática de Educación en varias universidades. Ha sido funcionaria en diversas instituciones públicas como coordinadora de Educación en (MINERD, CONANI, IDSS y subdirectora de la Estancia Infantil de la UASD). Es Gestora Cultural. Labora como Coordinadora en la Casa de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Sus poemas han sido publicados en revistas culturales y periódicos e incluidos en varias antologías, destacando Al filo del Agua, del Taller Literario César Vallejo de la UASD; Sororidad, Poesía y Narrativa (2020). Y Antología: Colección Poética Lacuhe (2022), Antología (poesía y narrativa) Detrás de las máscaras (2023). Tiene dos libros publicados: Al filo del vuelo (2023) y El País de los Dulces (2023). Ha participado en diversas Ferias Internacionales del Libro en Santo Domingo, New York, Colombia y Venezuela, como conferencista y poeta. También en diferentes tertulias y recitales del país y Puerto Rico. Es miembro del grupo poético Mujeres de Roca y Tinta. Egresada del Taller Literario César Vallejo de la UASD.

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