Algo de historia:

El microteatro aparece como concepto a finales del año 2008 y parte de la reunión del dramaturgo Miguel Alcantud con algo más de 40 colegas artistas, los cuales querían presentar un proyecto creativo, forjando un espacio teatral en el recinto de un viejo prostíbulo de la ciudad de Madrid.

Microteatro por dinero fue el nombre con el que bautizaron el proyecto y el propósito único era crear y escenificar obras de no más de 15 minutos para una audiencia de solo diez personas. No tenía una cartelera fija, las

Las obras se representaban tantas veces como tuviera audiencia dentro de un límite de cuatro horas, lo que dio como resultado que algunas piezas se presentaran veinte veces por día.

Ante un éxito descomunal no previsto, Miguel Alcantud, Ana Risueño, Lola Baldrich y Verónica Larios invirtieron en el recién nacido concepto teatral, comprando su propio establecimiento y, en el 2010, apareció el microteatro como lo conocemos hoy en día: Programación breve para audiencia reducida, con obras cuyas temáticas cambian por temporadas.

Una clave fundamental para el éxito de este concepto reside en que el formato teatral obliga a la audiencia a interactuar con la obra.  Tanto por la cercanía e intimidad del espacio, como por los diálogos de los actores con el público.

«A mí nadie me considera», con dramaturgia y actuación de la veterana actriz Laura Guzmán Sirí. (Fuente externa).

Microteatro Santo Domingo acaba de finalizar su temporada adoptando una temática sobre la vida de la mujer en el sentido más amplio que se pueda imaginar.  La cartelera incluía una variada oferta, de las cuales dos de ellas me llamaron poderosamente la atención: «A mí nadie me considera», con dramaturgia y actuación de la veterana actriz Laura Guzmán Sirí, y «La mujer perfecta sí existe», con actuación y dirección de Johanny [Nanny] García y dramaturgia de la talentosa Robeliza Pérez.

«La mujer perfecta sí existe», con actuación y dirección de Johanny [Nanny] García.

Robelitza Pérez y Johanny García solo necesitaron 15 minutos para enfrentarnos a la desgarradora realidad de la crisis de identidad y la alienación que carcome la vida moderna. Si el texto dramático que da origen al montaje es impecable, la actuación de Nanny García es inmejorable.  Su fluidez escénica, su actuación orgánica, su enorme capacidad comunicacional para llevar a la audiencia por la madeja de emociones que transmite el texto, es monumental.  Durante 15 minutos, el público se olvida de que está frente a una actriz que interpreta un corpus teatral, para asomarse, como a una ventana, y desde allí ver la decadencia social, la doble moral, la insatisfacción humana, la crisis de la esperanza y el descalabro de la felicidad a la que todos aspiramos.

Para que conozcan un poco más a la dramaturga Robelitza Pérez, aquí les dejo una entrevista que le hice, todavía bajo el eflujo del asombro.

1. ¿Quién es Robelitza Pérez?

R.P. Soy un alma llena de sueños, que tiene el inmenso placer de hacer arte en la República Dominicana. Me dedico al teatro y al cine, donde juego a escribir, dirigir y actuar. Además, soy docente universitaria.

2. ¿En qué circunstancia surge el texto La mujer perfecta sí existe?

R.P. Surge de la necesidad de hablar de un tema que he visto en las redes sociales y que me preocupa mucho: la idealización de la perfección de la mujer. He visto increíbles cuentas en Instagram donde algunas mujeres exhiben lo bien que hacen todo en su vida: buen trabajo, parejas e hijos perfectos, casas ordenadas y estabilidad financiera. Yo misma me he visto corriendo para alcanzar un ideal que es muy difícil. Este texto pretende invitar a la reflexión sobre la autoexigencia femenina y a detenernos, porque estamos agotadas.

3. ¿Por qué apostar por una dramaturgia sobre la autenticidad, cuando el mercado impulsa temas más banales y mercuriales?

R.P. Creo que el teatro es una invitación a mirarnos, y desde ahí suelo crear. Me parece muy válido todo el teatro que se haga en el mundo, pero yo prefiero hablar de cosas que me atraviesan como ser humano.

4. ¿Qué tan ventajoso es para los dramaturgos exponer su trabajo escénico en un formato tan reducido en tiempo y audiencia?

R.P. El microteatro es una poderosa herramienta y un gran ejercicio, porque permite comprobar el texto cada vez que se pone en escena. El teatro no está hecho para leerse, sino para habitar cuerpos y ser escuchado. En ese sentido, creo que el microteatro es un ejercicio que la dramaturgia necesita y que le hace mucho bien a quienes se dedican a la escritura teatral.

5. ¿Cómo se da el junte para que seas interpretada por Nanny García? ¿Por qué ella y no otra actriz?

R.P. Con Johanny (Nani) había trabajado en una obra infantil en Teatro Cúcara-Mácara. Además, la conozco desde hace un tiempo porque es una persona muy activa en el oficio teatral. Pensé en ella para interpretar a Martha, la mujer que habla en este monólogo, debido a que es madre, trabajadora y una fajadora en todo el sentido de la palabra. Recuerdo haber pensado que el texto resonaría con ella. Ha sido un viaje muy lindo crear juntas porque Nani conoce mucho el lenguaje teatral y siempre trajo importantes aportes para enriquecer la puesta en escena.

6. ¿Has pensado que La mujer perfecta sí existe puede ser la materia prima para un documental?

R.P. No lo había pensado, pero me seduce mucho la idea.

7. ¿Qué otras propuestas creativas tienes en carpeta actualmente?

R.P. Recientemente realicé una maestría en guion para cine y tengo un largometraje escrito al que quiero dedicarle mucho cuidado el año que viene. En el ámbito teatral estoy escribiendo dos obras: una que aborda la temática de las relaciones entre madre e hija, y una obra infantil sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

8. ¿Qué dramaturgos dominicanos o extranjeros lee Robelitza Pérez?

R.P. Tengo referencias muy dominicanas. Dramaturgas contemporáneas y amigas como Ingrid Luciano, Liselotte Nin y Clara Morel. También disfruto la dramaturgia de Richarson Díaz, Isen Ravelo y Rafael Morla.

9. ¿Cuál es tu opinión sobre el teatro que se escribe y se escenifica en la República Dominicana?

R.P. Creo que es un teatro que refleja nuestra sociedad, nuestras formas de hablar y de sentir la vida. Siento que sigue creciendo porque teatristas más jóvenes están interesados e interesadas en la escritura. Hay más libertad de lenguajes y formas, además de más espacios para la exploración de esas piezas.

10. ¿Quiénes fueron o son tus mentores como dramaturga y escritora?

R.P. Tendría que mencionar a Haffe Serulle, quien ha sido muy importante para mí, pues es la primera persona que me hizo sentir parte de la comunidad teatral. Mi amiga Ingrid Luciano, que lee lo que escribo y me alienta a seguir. Reinaldo Disla, que fue uno de mis primeros profesores de dramaturgia. Mis profesores Frank Báiz y Belén Orsini, quienes, en el ejercicio de la docencia, con mucha paciencia, han corregido y apoyado mi escritura. Mucha de mi dramaturgia está atravesada por haber sido criada en Las Matas de Farfán, un pueblo del sur del país. Me alimento mucho de lo que veo. También la narrativa, la poesía latinoamericana y la antropología forman parte de mi aprendizaje como dramaturga.

César Sánchez Beras

Poeta y narrador.

César Sánchez Beras. Poeta y contador de historias. Doctor en derecho por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y licenciatura en pedagogía por Framingham State College. Ha publicado poesía, cuentos, teatro y novela; gran parte de su obra ha sido traducida al inglés y al italiano. Sus reconocimientos incluyen dos premios por dramaturgia, tres por literatura infantil y ocho por poesía. Es colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española [ANLE], miembro de la Sociedad de Honor de Merrimack College, Poeta Laureado de Cambridge College, Lawrence, MA. y miembro de la Unión de Escritores Dominicano [UED].

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