Marcio Veloz Maggiolo, con su inconfundible estilo narrativo, nos presenta una colección de cuentos que explora diversos aspectos de la realidad social, emocional y cultural de la República Dominicana[1]. A través de una estructura que oscila entre lo realista y lo onírico, Veloz Maggiolo logra transmitir las complejidades de la existencia humana y las tensiones que definen a la sociedad dominicana.
Uno de los elementos más destacados de este texto es la profunda reflexión que hace sobre las relaciones humanas, las injusticias sociales y el dolor de las mayorías. En este sentido, se observa que el autor tiene una mirada crítica hacia la realidad que lo rodea, pero también una capacidad de ver más allá de la superficie, en busca de una verdad más profunda. En varios de los cuentos, como en «Volare», Veloz Maggiolo se interna en una zona onírica, envuelta en poesía, donde la figura de René del Risco Bermúdez aparece como un símbolo de la época y la concepción del mundo que marcaron tanto al autor como a la sociedad.
La mención de René del Risco Bermúdez en el texto resalta su influencia sobre los escritores contemporáneos como Veloz Maggiolo. Del Risco, conocido por su poesía de corte social y existencial, es evocado en «Volare» como un referente que contribuyó a la visión crítica y poética de la realidad que caracteriza a muchos de los cuentos de este autor. La inclusión de un fragmento de su poesía en el texto, cargado de imágenes sensoriales y simbólicas, subraya la conexión entre las luchas sociales y la necesidad de un cambio de conciencia que ambos autores parecen compartir.
«¡Qué fragancia en, tus muslos! ¡Qué color asombroso de miel que se derrite lentamente y me llena de primavera los labios! Son muchos los que defienden y dicen defender el planeta, pero pocos los que lo hacen. Ese viento suave con el que soñó René del Risco Bermúdez diciendo que era frío, va rumbo al Norte. Huye de su propia soledad» (Fragmento del cuento Volare, Veloz Maggiolo p. 159)
Un ejemplo de esta intertextualidad se puede observar en la cita de René del Risco Bermúdez, que resuena profundamente en el contexto de la obra de Veloz Maggiolo. La poesía de Del Risco no solo introduce una reflexión sobre la condición humana, sino que también dialoga con la realidad de la República Dominicana.
«Nos elevamos lentamente, como si un viento inventado por Domenico Modugno tomara nuestras manos y cálidamente nos dijera: no hay peligro, solo los helicópteros y los aviones caen abatidos por su propio ruido, nosotros estamos volando sobre palabras de colores, y la palabra, ensoñadora, siempre sube, jamás desciende» (Veloz Maggiolo, 1997, p. 159).
Miguel Collado (2003), se adentra en la historia de la literatura infantil dominicana, trazando su evolución desde sus inicios hasta la producción literaria de principios del siglo veintiuno. A lo largo de su obra, Collado no solo documenta la cantidad de obras y autores que han dedicado su labor creativa a la literatura infantil, sino que también subraya la relevancia de estos trabajos para la educación y formación de los niños dominicanos[2].
Un punto clave en el análisis de Collado es su crítica a la percepción de que en la República Dominicana ha existido poca producción literaria dirigida al público infantil. Con una exhaustiva investigación bibliográfica, Collado demuestra que existe una significativa cantidad de literatura infantil de calidad, escrita por autores dominicanos que, con frecuencia, han sido subestimados o ignorados. A través de este trabajo, el autor reivindica la valía de estos escritores, muchos de los cuales han explorado no solo historias infantiles, sino también la construcción de una identidad cultural nacional.
La figura de René del Risco Bermúdez ocupa un lugar importante en la obra de Collado. El autor menciona a Del Risco dentro de la lista de escritores cuyos textos han sido fundamentales en la literatura dominicana, particularmente en lo que respecta a la poesía para niños. Collado destaca la relevancia de «Oda de la mañana infantil», un poema de Del Risco Bermúdez que aparece en la colección Cuentos y poemas completos (1981), al igual que otros textos que, aunque no están necesariamente dirigidos a niños, incluyen temáticas y elementos que dialogan con el universo infantil. La obra de Del Risco se caracteriza por un lirismo que, en muchos casos, puede conectar con los jóvenes lectores, abriendo puertas a la reflexión sobre temas universales y de la naturaleza humana.
En este sentido, Collado resalta cómo la poesía de Del Risco Bermúdez, como en «Oda de la mañana infantil», se articula como un puente entre la literatura universal y la particularidad cultural dominicana. Este tipo de obras, a pesar de no estar exclusivamente pensadas para niños, poseen una sensibilidad que puede acercar a los más jóvenes al arte literario, dándoles herramientas para pensar sobre su entorno, su historia y su identidad.
Oda de la mañana infantil 1964. (Fragmento)
Cerca de las verdes aguas,
bajo los cándidos, poderosos almendros
macizos y maduros;
a saltos, por los senderos florecidos
y oyendo la canción de juveniles madres
en los patios, en las tranquilas casas.
Era la luz franca y abierta,
la mañana infantil
de las cerezas…
¿Recordaré, tal vez,
las doradas abejas,
la paila de encendido cobre antiguo
y la voz de aquel Tío
que iba a la playa por las tardes…?
El texto de Miguel Collado (Obras recomendables de la literatura dominicana: Guía preliminar de lectura para maestros y estudiantes, 2006) se presenta como una herramienta de selección literaria, pensada principalmente para educadores y estudiantes dominicanos. Su propósito es guiar a los lectores en la elección de obras significativas de la literatura dominicana, facilitando la tarea de seleccionar textos valiosos en términos tanto literarios como educativos. Collado establece que la selección de obras debe responder a diferentes criterios, como la calidad literaria, la importancia histórica y el impacto en la cultura popular[1].
En este contexto, René del Risco Bermúdez es incluido como uno de los autores recomendados, reflejando su relevancia dentro de la tradición literaria dominicana. Su obra se asocia con una literatura que refleja las preocupaciones sociales y humanas de su tiempo, y la inclusión en esta guía es indicativa de su papel fundamental en el panorama literario del país. Las dos obras mencionadas, En el barrio no hay banderas (1973) y El viento frío (1970), están seleccionadas no solo por su calidad literaria, sino también por su capacidad de reflejar las tensiones sociales y políticas que marcaron la época.
La obra de René del Risco Bermúdez, particularmente en estos textos, destaca por su enfoque en las problemáticas de la sociedad dominicana, usando un lenguaje potente y una estructura narrativa que no solo atrae al lector, sino que lo invita a reflexionar sobre las realidades del contexto histórico en el que fue escrita.
«La literatura contribuye a refinar la expresión, a elevar el nivel cultural y a hacer fluir el pensamiento de manera más coherente y efectiva. Entonces, si el educador tiene como herramienta de trabajo el discurso que estructura desde la lengua, es un crimen que el mismo ignore todo lo que la obra literaria puede poner a su disposición» (Collado, 2006, p. 14).
Este fragmento resalta la importancia de la literatura como una herramienta poderosa en el desarrollo del pensamiento crítico y la expresión cultural, un concepto que se aplica al incluir obras como las de René del Risco Bermúdez en el currículo educativo.
En su libro: En torno a la literatura dominicana: Apuntes literarios, bibliográficos y culturales (2013), Miguel Collado realiza un análisis que ilumina la figura de René del Risco Bermúdez como una de las voces más influyentes en la literatura dominicana del siglo veinte, especialmente en la generación de los 60. A través de sus escritos y su personalidad, René no solo aportó una visión literaria profunda, sino también un modo de vida que marcó a sus contemporáneos.
Collado, destaca la influencia crucial de René del Risco en la literatura de su época, mostrando cómo su obra y su «modus vivendi» impactaron profundamente a escritores de su generación. Uno de los aspectos más relevantes del texto es, cómo René representa la dualidad entre lo literario y lo vital, entre el compromiso con la literatura y la rebeldía ante los sistemas sociales y políticos[2]. Collado pone de relieve, cómo el propio René, como figura intelectual, fue un faro para otros escritores y artistas, particularmente para Enriquillo Sánchez, quien lo describe como un maestro de la «ceremonia» literaria, quien vivió con «certeza» y pasión, desafiando las convenciones y buscando siempre la pureza del azar.
«René ha desandado sus pasos, ha vuelto por unos instantes al Arenas, ha cambiado palabras ocasionales con el vencido limpiabotas de la infancia, ha pagado la cuenta del Dragón, le ha dicho dónde piensa ir a Miñín Soto y ha encendido el motor del automóvil. Ha apurado hipogrifos y alcoholes durante la noche, erguido en la memoria rupestre del mar. Poeta, cumbanchero, René es ahora maestro de su propia ceremonia, que acaece en el mar y en las capillas vociferantes de la noche, hacia los que avanza con una certidumbre que ha sido siempre su certidumbre, su apuesta, su coartada» (Collado, 2013, p. 205).
En este fragmento, se refleja cómo René fusionó su escritura con su vida personal, creando una simbiosis que le permitió influir profundamente en los escritores contemporáneos y en las generaciones posteriores. A través de su visión y estilo, René contribuyó a la redefinición de la literatura dominicana, y su legado sigue siendo una referencia fundamental para entender los procesos literarios y culturales de la República Dominicana en el siglo veinte.
Héctor Incháustegui Cabral (De literatura dominicana siglo veinte, 2007), hace un análisis profundo de la literatura dominicana del siglo veinte, especialmente en su relación con los movimientos políticos y sociales. Uno de los temas centrales del texto es la relación entre los poetas y la política, particularmente durante la Revolución Constitucionalista de 1965[3].
Incháustegui Cabral resalta la poesía, como forma de expresión artística, que ha estado intrínsecamente vinculada a los contextos políticos y sociales del país. En este sentido, menciona que, durante la Revolución Constitucionalista, se produjo una serie de trabajos literarios que reflejaron el espíritu de la época, como el folleto Pueblo sangre y canto. Este folleto contenía poemas de varios autores comprometidos con la causa de la revolución, entre ellos René del Risco Bermúdez, cuyo poema «Oda gris por el soldado invasor» es destacado en el texto. La referencia subraya y afianza la importancia de la poesía de René del Risco como una respuesta a la invasión extranjera y la lucha por la restauración del orden constitucional en la República Dominicana.
El autor también reflexiona sobre la dificultad que representa juzgar a los poetas jóvenes y vivos y desaparecidos del plano presente, ya que sus obras están en constante proceso de evolución y no pueden ser fácilmente clasificadas o comprendidas dentro de los marcos tradicionales de la crítica literaria. Este «peligro» de los poetas vivos es una llamada de atención sobre las implicaciones que la juventud y la novedad representan para la crítica, que se ve desbordada por la frescura de su visión y el potencial de sus obras para romper con las estructuras establecidas.
En cuanto a la figura de René del Risco Bermúdez, su inclusión en este grupo de poetas revolucionarios refleja el compromiso con los ideales de la Revolución Constitucionalista y la capacidad para expresar poéticamente los sentimientos y las tensiones de su tiempo. Su poesía no solo fue un acto de resistencia, sino también una forma de arte profundamente conectada con los cambios políticos y sociales del país.
«Está compuesto así: Declaración de los artistas; Oda gris por el soldado invasor, de René del Risco» (Incháustegui Cabral, 2007, p. 277).
En su obra El fantasma de Trujillo: Antología de cuentos sobre el tirano y su Era (2006), Miguel Collado, ofrece una profunda reflexión sobre la literatura que emergió durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, así como sobre la manera en que los escritores dominicanos respondieron a ese contexto político, social y cultural. En su introducción, Collado destaca la represión política, las luchas sociales, y el miedo omnipresente que definieron el período, elementos que marcaron profundamente la creación literaria de la época.
La obra también resalta los esfuerzos de los escritores para denunciar, a través de sus obras, las atrocidades de la dictadura y las dificultades vividas por el pueblo dominicano. A través de una selección de relatos, Collado presenta los textos de varios autores claves, quienes, con su valentía y compromiso literario, se atrevieron a explorar y criticar la realidad opresiva de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo[4].
Uno de los escritores más representativos de este período es René del Risco Bermúdez, cuyas obras encarnan el testimonio literario de la era trujillista. En la página 57 de su antología, Collado se refiere al cuento «En el barrio no hay banderas», un texto que aborda las condiciones de opresión y desarraigo bajo la dictadura, explorando cómo la gente común vivió y luchó contra las injusticias del régimen. Esta obra ofrece una ventana a los sentimientos de miedo, lucha y resistencia que dominaron la vida cotidiana durante aquellos años.
A través de la figura de René, Collado subraya la importancia de la literatura como una herramienta de resistencia y un vehículo para la memoria histórica. El autor dominicano, al igual que otros de su generación, usó la ficción no solo como una forma de arte, sino también como medio para preservar la memoria colectiva y para hacer frente a las injusticias del poder autoritario. El trabajo de Del Risco Bermúdez es fiel testimonio de cómo los escritores de la dictadura no solo reflejaron la realidad de su tiempo, sino que también ofrecieron críticas literarias que desafiaban la realidad política y social que vivían.
Cassá, R. (2007). En «Los orígenes del Movimiento 14 de Junio» menciona la figura de René del Risco Bermúdez, quien, junto a otros activistas como Guido D’Alessandro y Julio Escoto, participó activamente en las reuniones y decisiones estratégicas de expansión del movimiento. Su inclusión en estos encuentros no solo resalta su compromiso político, sino también su capacidad organizativa, ya que se trataba de un momento crítico en el que la organización debía sortear obstáculos legales y de seguridad. La referencia a del Risco y su participación en la estructuración del movimiento también, es un indicio de su conexión con la resistencia contra el régimen, así como su posicionamiento dentro de la trama política y social de la época.
La inclusión de René[5] en estas discusiones de expansión política, no solo lo presenta como un escritor comprometido con la causa, sino como un activista crucial en la creación de una red clandestina que abarcaría todo el territorio nacional. La creación de una oficina de abogados, liderada por Luis Gómez, como punto de encuentro seguro para los miembros de la organización, simboliza el esfuerzo por mantener la clandestinidad y proteger las comunicaciones y contactos del movimiento.
«En diversos encuentros entre los promotores del Sur y algunos del Cibao se examinaron problemas prácticos, acudiendo a ellos Guido D’Alessandro, René del Risco Bermúdez, Julio Escoto, Efraín Dotel y Mario Read Vittini» (Cassá, 2007, p. 158)
Esta cita resalta la participación activa de René del Risco Bermúdez en la formulación de estrategias clave del Movimiento 14 de Junio, subrayando su papel dentro de la organización y su compromiso con la lucha contra la dictadura de Trujillo.
El texto de Cassá, R. (1999) Los orígenes del Movimiento 14 de Junio: La izquierda dominicana I, ofrece una perspectiva detallada sobre los orígenes del Movimiento 14 de Junio y la expansión de la izquierda dominicana en la época. El análisis se enfoca en la colaboración y el trabajo de diferentes grupos regionales, destacando figuras claves que fueron fundamentales en la organización clandestina y en la lucha contra la dictadura de Trujillo.
[1] Collado, M. (2006). Obras recomendables de la literatura dominicana: Guía preliminar de lectura para maestros y estudiantes. Santo Domingo, República Dominicana.
[2] Collado, M. (2013). En torno a la literatura dominicana: Apuntes literarios, bibliográficos y culturales (Vol. 190, Serie Arte y Literatura No. 65). Banco Central de la República Dominicana.
[3] Incháustegui Cabral, H. (2007). De literatura dominicana siglo veinte. Santo Domingo, República Dominicana.
[4] Collado, M. (2006). El fantasma de Trujillo: Antología de cuentos sobre el tirano y su Era. Santo Domingo, República Dominicana.
[5] Cassá, R. (2007) Los orígenes del Movimiento 14 de Junio. Comisión Permanente de Efemérides Patrias.
[1] Veloz Maggiolo, M. (1997). Cuentos para otros milenios: Antología personal (José Alcántara Almánzar, Presentación). Santo Domingo, República Dominicana: Editora Cole.
[2] Collado, M. (2003). Historia bibliográfica de la literatura infantil dominicana (1821-2002). Banreservas. Santo Domingo, República Dominicana
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