Con una mezcla de emoción, gratitud y esperanza, concluyó en Santo Domingo la décimo cuarta versión de la Semana Internacional de la Poesía, en conmemoración de nuestra insigne poeta Salomé Ureña y el centenario de Ángel González, Rosario Castellanos, Ernesto Cardenal y Roberto Juarroz, un evento que durante seis días convirtió a la ciudad y al país entero en el punto de encuentro de voces poéticas venidas de distintos lugares del mundo. La palabra, una vez más, se levantó como un puente entre culturas, generaciones y sensibilidades, recordándonos que la poesía sigue siendo una forma de resistencia y de comunión.
Bajo la dirección de Ibeth Guzmán, y con el respaldo de Mateo Morrison, presidente de Espacios Culturales, y José Mármol, presidente de la Semana Internacional de la Poesía, esta XIV edición se desarrolló con un espíritu de fraternidad y apertura. El Comité Organizador, integrado por José Enrique Delmonte, Soledad Álvarez, Plinio Chahín, Ángela Hernández, Basilio Belliard, Jochi Herrera, Denisse Español, junto a Bileysi Ryes como coordinadora general y Pavel N. Gónzalez como encargado del apoyo logístico, trabajó con dedicación y entrega para hacer posible una semana intensa y luminosa, cargada de lecturas, encuentros y diálogos.
Los poetas invitados de esta edición, José Luis Rivas (México), Alí Calderón (México), Miguel Ángel Zapata (Perú), Dennise Vega Farfán (Perú), Esther Ramón (España), Luis Méndez Salinas (Guatemala), Fabricio Estrada (Honduras), Miguel Ángel Nater (Puerto Rico), Fakhry Ratrout (Palestina), Gian María Annovi (Italia), Silvie Kandé (Francia),Samuel Gregorie (Haití), Rei Berroa (RD-Diáspora), trajeron consigo no solo la fuerza de sus versos, sino también su calidad humana y su disposición generosa a compartir con el público dominicano. Cada lectura fue un momento de comunión; cada conversación, un espacio donde la palabra poética se volvió una forma de pensamiento vivo.
La XIV Semana Internacional de la Poesía extendió su programa a distintos escenarios académicos y culturales, reafirmando su vocación de encuentro y difusión. En la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UPHU), la Universidad Iberoamericana (UNIBE) y la Universidad UNAPEC (APEC), los poetas compartieron lecturas y reflexiones con estudiantes, profesores y amantes de la literatura. Las aulas y auditorios se transformaron en foros abiertos donde la poesía dialogó con la juventud, despertando preguntas, admiraciones y nuevas vocaciones.
El entusiasmo se extendió también fuera de la capital. En Santiago, la poesía fue recibida con fervor por los círculos culturales en el Centro Cultural León y el Ateneo del Cibao, en jornadas que mezclaron reflexión, lectura y celebración. En Baní, los versos se abrieron paso en el Centro Cultural Perelló, a cargo en la coordinación de Julia Castillo y Vitelio Mejía logrando que niños, adolescentes y comunidades enteras se acercaran al poema como a una experiencia vital. Esa expansión geográfica reafirmó que la poesía puede y debe llegar a todos los rincones del país, como una expresión de identidad y de belleza compartida.
Durante estos días, Santo Domingo respiró poesía. Los cafés literarios, los auditorios y las plazas se llenaron de voces, risas, acentos y silencios. Cada poeta aportó su mirada única, desde la intimidad del verso hasta la denuncia social, desde la contemplación del paisaje hasta la exploración de la memoria. En esa diversidad se construyó un diálogo que enriqueció tanto a los invitados como al público local.
La XIV Semana Internacional de la Poesía fue también una afirmación de continuidad. Catorce años de historia sostienen un proyecto que se ha consolidado como un referente cultural en el Caribe y América Latina. Su permanencia, gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, poetas y colaboradores, demuestra que la poesía no es un lujo ni un gesto nostálgico, sino una necesidad del espíritu, un espacio de reflexión que sigue teniendo vigencia en el mundo contemporáneo.
En palabras de Mateo Morrison, presidente de Espacios Culturales, esta edición “reafirma el compromiso con la poesía como vehículo de diálogo y de conciencia. En un mundo donde a menudo prevalece la prisa y la desmemoria, estos encuentros nos devuelven la calma y el sentido, nos recuerdan que la palabra sigue siendo un modo de unir a los seres humanos”.
El presidente de la Semana Internacional de la Poesía, José Mármol, destacó que este evento “se ha convertido en una tradición indispensable para la vida cultural dominicana. Cada año suma nuevas voces, nuevas miradas y nuevos afectos, fortaleciendo la red de escritores y lectores que sostienen la palabra poética en nuestro país y en la región”.
Para la directora de esta versión, Ibeth Guzmán, esta experiencia fue “una celebración de la sensibilidad y del encuentro. Cada poeta, cada lector, cada estudiante aportó algo esencial: la prueba de que la poesía no muere, porque se reinventa en cada lectura, en cada conversación, en cada abrazo”.
Más allá de la organización, lo que queda es la emoción. Esta XIV Semana fue un territorio de amistad, de solidaridad y de reconocimiento mutuo. Los poetas extranjeros se sintieron acogidos, los dominicanos se reconocieron en un mismo lenguaje universal, y el público fue testigo de la fuerza viva de la poesía como celebración de la vida.
La Semana Internacional de la Poesía no solo promueve la lectura, sino también la creación y el intercambio humano. En las universidades, los jóvenes participaron con entusiasmo, formulando preguntas y compartiendo sus propios textos. En los recitales, las voces se entrelazaron en un diálogo que trascendió las fronteras idiomáticas y culturales. Esa energía, esa apertura, son los mayores logros de esta edición.
En cada actividad, la poesía volvió a recordarnos su poder de transformación. Los temas abordados —la memoria, el amor, la pérdida, la justicia, la naturaleza, la identidad— resonaron en las voces de los poetas y en los oídos atentos del público. Hubo emoción, risa, asombro, y, sobre todo, una sensación de comunidad.
Al cerrar esta XIV Semana Internacional de la Poesía, el sentimiento es de gratitud y continuidad. Gratitud hacia los poetas invitados, por su generosidad y su palabra; hacia las instituciones que abrieron sus puertas; hacia los estudiantes y docentes que participaron; y hacia el público dominicano, que una vez más demostró que la poesía tiene un lugar en su corazón.
Continuidad, porque este cierre no es un punto final, sino un nuevo comienzo. La XV Semana Internacional de la Poesía ya germina desde ahora, en la memoria de quienes participaron, en los versos que quedaron resonando, en las amistades que nacieron. Como dijo uno de los poetas invitados, “la poesía no se clausura: se queda en el aire, esperando ser leída, dicha o recordada”.
Con esta despedida, el Comité Organizador reafirma su compromiso de seguir trabajando por la poesía dominicana y universal, por el diálogo entre las culturas y por la promoción de los valores humanos que solo la palabra puede transmitir con tanta pureza.
La XIV Semana Internacional de la Poesía en Santo Domingo se despide, pero deja una huella profunda en todos los que fueron parte de ella. Porque la poesía, más que un arte, es una manera de estar juntos en el mundo, una forma de afirmar que todavía hay belleza, pensamiento y emoción capaces de unirnos.
Gracias, poetas. Gracias, amigos. Gracias, República Dominicana. La poesía continúa. Hasta el próximo año 2026.
Compartir esta nota
