Al explorar los poemas de Jacques Roumain, nos damos cuenta de que este deja de ser poeta para convertirse en representante de un pueblo que no tiene voz, de un pueblo oprimido, rechazado, abusado y explotado. Roumain representa al pueblo afroamericano, el cual ha sido desde siempre un símbolo de esclavitud y pobreza, sin embargo, ha demostrado ser uno de los más trabajadores, dedicados y capaces de levantarse en alto y luchar por sus derechos y su libertad.
Roumain hace un llamado al cese de la esclavitud del pueblo afroamericano y le invita a levantarse y luchar por lo que le corresponde, a no dejarse maltratar, y a mantener su frente en alto. Destaca el valor que representa la negritud y da a demostrar que este no es un color de esclavos, es un color de fortaleza y de crecimiento.
Al leer el poema “Sucios negros”, se identifica una actitud de rechazo, de cansancio y de desafío del pueblo negro hacia sus opresores, donde gritan a voces que ya es suficiente y que no están dispuestos a sufrir más maltratos, a seguir siendo marginalizados y rechazados como si ellos no tuviesen el derecho de ser llamados persona, es suficiente seguir oprimiendo su cultura, ocultando la belleza de su pueblo y de su gente.
Que éramos
que no seremos más
se acabó ya verán.
Este poema es un grito al mundo que Roumain levanta en nombre del pueblo haitiano, como una señal de que ellos no están solos, que tienen gente dispuesta a levantarse a su favor y lograr su libertad. En su palabra vital, el poeta menciona todas esas clases que se han creído dueños de los negros solo por tener más posición social que ellos, aquellos que se han hecho llamar amos y señores, maestros y comandantes, resaltando la manera en que han abusado de su poder y de igual manera han utilizado al negro como objetos para cumplir con sus propósitos, para seguir exaltando su ambición, donde los negros son quienes producen todo tipo de productos con los que ellos se hacen cada día más ricos, y sin embargo los negros, los sucios negros, no tienen derecho ni siquiera a probar, donde ellos con sus manos alimentan al pueblo blanco y en cambio sufren precariedades y hambre sin compasión alguna.
En el poema “África”, Roumain describe todos los tesoros que les fueron arrancados a los afroamericanos, a través de metáforas y símbolos que resaltan la pureza que representaba esta nación. Una nación que hoy es tratada como animal, tu tiara solar hundida a culatazos hasta el cuello y convertida en carcan. Una nación que hoy sufre las consecuencias de aquellos que penetraron sus tierras y las traspasaron de lado a lado, volviéndolas hasta inabitables para sus habitantes sin poder ellos hacer nada para defenderla, viviendo así el cruel destino de ser esclavizados en su propia tierra.
Así no estuvieras tu para conjurar el espacio
sino el espacio de tu nombre irritado por la sequía.
hozadero, hozadero,
tierras horadadas de hozadero
zapadas
tatuadas
En “Madera de Ébano”, Roumain pone en alto la importancia del negro desde el inicio de los tiempos, reconoce que todo lo que hoy conocemos como estructuras de las grandes civilizaciones contienen sudor negro, manos negras y sangre negra, demuestra que aunque nadie reconoce al negro como persona, es imposible que pasen por un lugar donde no haya obrado un negro, resalta la ignorancia de aquellos que se consideran fuertes pero que no son capaces de hacer nada por si solos, que necesitan someter a otros por la fuerza para luego adueñarse de sus esfuerzos y hacerlos suyos sin remordimiento alguno.
Te acuerdas de cada palabra el peso de las piedras de Egipto
Y el arrebato de tu miseria levanto las columnas de los templos
Como un sollozo de savia en el tallo de los juncos.
Roumain se convierte en guardián de la historia del pueblo afroamericano, un cuidador de sus valores, de su belleza, de su memoria, de su dolor, de su silencio, sin embargo, aunque guardara su silencio, no permanecería callado, gritaría a los cuatro vientos que el negro también es persona.
África he guardado tu memoria África
Estas en mí
Como la astilla en la herida
Como un fetiche tutelar al centro del pueblo
Haz de mi la piedra de tu honda
De mi boca los labios de tu pena
De mis rodillas las columnas rotas de tu deshonra…
Poemas escritos con sangre y dolor negro, es lo que pone a nuestra disposición Jaques Roumain, invitándonos a reflexionar sobre la visión y el pensamiento erróneo sobre el color de piel, demostrando que eso no los hace menos importantes, ni menos persona, resalta que los negros no son hijos bastardos de Dios, aunque ellos mismo lo hayan pensado en un momento de desesperación y agonía. El negro es símbolo de fuerza, de resiliencia, de poder, de libertad. Por tanto, hace un llamado a estos y les motiva a no quedarse callados, a no dejarse oprimir, a levantarse contra aquellos que quieren subyugarles, a reclamar su libertad y poner en alto su grandeza.
Reconstruiremos
Copan
Palenque
Y los Tiahuanaco socialistas
Obreros blancos de Detroit peón negro de Alabama
Pueblo innumerable de las galeras capitalistas
El destino nos alza hombro con hombro
Y renegando el antiguo maleficio de los tabúes de sangre
hollaremos los escombros de nuestras soledades
Si el torrente es frontera
Arrancaremos al arroyo su abundante
Cabellera
Si la sierra es frontera
Romperemos la mandíbula de los volcanes
Afirmando las cordilleras
Y la llanura será explanada de auroras
Donde unir nuestras fuerzas divididas
Por la astucia de nuestros amos.
Con estos versos culmino este hermoso recorrido por los poemas del inmenso poeta Roumain, con el mensaje claro que nos deja, de que la distancia no debe ser un motivo para separar nuestros lazos, que no permitamos que nada nos impida permanecer unidos frente todo aquel que pretenda violar nuestros derechos y quiera hacer de nosotros su voluntad, suprimiendo nuestras vidas para poder construir las suyas a base de nuestra sangre y sacrificio.
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