"Verse morir es más difícil que estar muerto, pues quien está muerto, ya no ve ni percibe ni oye, ni siente el dolor de estarse muriendo." “El miedo a la muerte y el amor a la vida” Basilio Belliard. (Acento 25-04-2025)
Dios no conoce lo imposible. La poesía, tampoco. Alejandro Santana desdibuja lo dibujado y al mismo tiempo lo retrata.
Nos atormenta y nos dice en voz alta lo que todos sabemos, pero que ignoramos. Esto lo hace perfecto, porque es la base de la imperfección humana.
Hemos muerto o quizás no. El poeta pone en duda todo, pero sin dudarlo. "Cielo invertido" (Editorial Santuario, enero 2024), rearma una acción que pudo haber pasado, pero donde no te das cuenta de inmediato si eres o vas a ser. Si fuiste o alguna vez has sido:
" En tanto que Dios se regocijará en sí mismo y estará feliz de ver
que en ti se ha cumplido el designio mortal de su sentencia
pronunciada bajo el influjo de su enfática y colérica pasión,
una tarde de catártico sol, allá, en el inmemorable Edén,
donde una vez que nunca fue, érase que era una vez el paraíso”. (Pág. 22)
Sucumbe a lo sabido. Nuestro poeta, quien siempre ha explorado lo onírico en su poesía, despierta de la realidad a la realidad, conectando el mundo exterior con lo más profundo de los sueños, sus sueños. En Alejandro, la poesía no ha muerto, quizás el poeta, pero nunca los versos. Pero eso lo sabe de más:
"Siempre lo supe, aún en los sueños encontramos realidades" (Pág. 76)
Santana, presenta una reflexión provocadora sobre las preguntas existenciales, ofreciendo una respuesta que desafía las expectativas y abre un abanico de interpretaciones sobre la naturaleza de la vida y la búsqueda de significado. Es un rebelde, una voz de protesta frente a las cuestiones que, por siglos, los seres humanos hemos buscado en vano una respuesta que satisfaga nuestra necesidad de conocimiento. Pero su desafiante desinterés relega a un segundo plano esa incontestable pregunta:
"¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? Preguntaste. No sé, ni me interesa saberlo". (Pág. 46)
Y a veces parece encontrar lo que buscaba:
"Preguntarás por el último sorbo de café
que quedó sobre la mesa junto a un libro
y entonces dirás de la vida nadie sabe nada,
la muerte es la única verdad que lo revela todo". (Pág. 26)
Un verso poderoso que utiliza una imagen sensorial intensa para transmitir un sentimiento de desesperación y anhelo es el siguiente. La ambigüedad del verso permite múltiples interpretaciones, lo que lo hace aún más evocador. Pero es asfixiante y a la vez liberador. Es una metáfora de la desesperación que impera en el poema, pero que es imposible dejar de desearlo:
"Dan ganas de atragantarse con la sed" (Pág. 72)
¿Que es la vida sin memoria? El poeta, medita sobre la memoria, el tiempo y la profundidad de la experiencia humana. Combina imágenes sensoriales y un lenguaje maravilloso que crean un efecto poderoso y duradero que permanece en la memoria del lector como un reflejo de lo que pudo ser y que ya no es:
"Volverás a recordar contra todo posible olvido, que solo dispones de un instante, de un solo y mísero instante
para inquirir acerca del húmedo temblor de aquel atávico recuerdo…" (Pág. 24)
Lo transitorio insiste. La vida no es más que el paso a otro estado de las cosas. Solo sabemos que volveremos al mismo elemento del que fuimos creado. Pero el autor no se muestra resentido sino completamente conforme con el destino que le espera. Estos alusivos versos nos dicen en la cara la más cruda de las realidades:
" …pero es tiempo de que definitivamente sepas que estamos aquí de paso y si hay algo cierto en esta vida, es que al final, regresaremos al polvo para siempre, de donde nunca debimos haber salido”. (Pág. 47)
Al recitar los poemas de "Cielo invertido", las palabras van pintando imágenes vívidas y sensorialmente ricas de momentos de belleza intensa y cálida, experimentando una cualidad que roza lo embriagador o lo extraordinario. Las combinaciones de conceptos disimiles crea una sensación única y memorable que hace del disfrute de cada verso una experiencia especialmente hermosa:
" A veces viajo entre borrachos esplendores de auroras tibias". (Pág. 71)
La búsqueda de la identidad en un entorno complejo o confuso ocupa activamente al sujeto-autor. Esta búsqueda no es pasiva, sino que requiere un esfuerzo consciente. La memoria, con su necesidad apremiante, se activa y se conecta profundamente a través de la experiencia del otro, específicamente a través del sentido del tacto.
Podríamos interpretar que la identidad se encuentra o se reafirma en la conexión con los demás, que el reconocimiento del yo pasa por el reconocimiento del otro a través de una experiencia sensorial tangible. La memoria, quizás fragmentada o latente, se despierta y se une a la sensación física del encuentro con la alteridad.
La fuerza con que don Alejandro compone estos versos radica en su imaginería sensorial y en la manera en que explora la relación entre la identidad, la memoria y la conexión con el otro. Existe en él una sensación de anhelo y de descubrimiento que resuena profundamente:
" Alargarás la mano para buscar tu nombre en la espesura y tu hambrienta memoria se volverá uncida al nervio que en la otredad se funde con el tacto". (Pág. 25)
"Si quieres, en tu furor que es mi desconsuelo, ráeme de tu libro y concédeme tan solo las dos cosas
que desesperadamente siempre deseé pero que nunca tuve:
El destierro inexpugnable del légamo de tu memoria
y el más ominoso de todos tus olvidos”. (Pág. 42)
"La eternidad siempre me resultó un tanto absurda…"(Pág. 68)
Santana, destacado poeta, ensayista y crítico de arte, nos regala, en este libro, una verdadera joya que, como señala en el prólogo el maestro Nan Chevalier, confluyen el lirismo sosegado con matices narrativos e inusuales y combinaciones sintácticas que lo hacen una obra de gran valor que enriquece su legado poético cultural.
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