La artista Noa Batlle, que ganó Mención de Honor con la obra Pendientes en la 31.ª Bienal Nacional de Artes Visuales Dominicana, renunció a ella formalmente tras conocer que el Ministerio de Cultura "invalidó y contradijo la decisión de los jurados" al anular el premio otorgado al artista David Pérez Karmadavis, por su obra Lo que no se saca de raíz, vuelve a crecer.
Noa Batlle (María Battle, su antiguo nombre), que en 2013 participó por primera vez en la Bienal Nacional con una pieza sobre la inclusión de personas sordas, comunicó su decisión de renuncia al logro que cosechó en la edición de 2025 en una carta que remató expresando que el honor de compartir una bienal con Karmadavis "es la mejor mención para mi".
"La coherencia con la libertad artística y la dignidad de lxs artistas está por encima de cualquier reconocimiento individual", expresa en esa carta de renuncia a su Mención de Honor.
La anulación del premio otorgado al artista David Pérez Karmadavis en la 31.ª Bienal Nacional de Artes Visuales Dominicana "pertenece a ese tipo de decisiones que hieren no solo a un creador, sino a toda una comunidad artística", escribió Plinio Chaín en Acento, en una de las muchas censuras que está recibiendo la decisión ministerial.
"Anular un premio sin consultar al Comité Organizador ni convocar a una discusión pública es una forma de romper el pacto de confianza que sostiene cualquier certamen cultural. Y lo grave no está solo en el hecho, sino en el modo: en la manera opaca, administrativa y vertical con que se procedió, sin la transparencia que exige un evento de la envergadura de la Bienal Nacional", criticó Chaín.
La carta íntegra de Noa Batlle
Jueves 30 de octubre, 2025
Carta de Renuncia a Mención de Honor de la 31.ª Bienal Nacional de Artes Visuales Dominicana.
Dirigida a: la Comisión de la 31.ª Bienal Nacional de Artes Visuales Dominicana; Jurado de Selección; Jurado de Premiación.
El arte yo no lo aprendí en las academias. Tuve la mejor educación: aprendí viendo a Karmadavis, Regina, Sayuri, Fermín, Jorge, Belkis, Raquel, Pascal, Raúl…
Honestamente, no sé qué hubiera sido de mí en este país sin ese grupo. Me enseñaron, sin saberlo y sin proponérselo, a pensar, a reflexionar; me enseñaron a ser, simplemente siendo quienes son.
Yo les miraba y pensaba que si el país algún día despertaba sería por gente así, dispuesta a perderlo todo por la verdad. Por el bien colectivo. Por amor al arte, literalmente.
Había quienes se escandalizaban con este grupo de artistas. La gente les decía “radicales”. Yo quería ser como ellxs. Así mismito, radical.
Vivimos en un país donde lo verdaderamente radical son las barbaridades que el arte intenta hacernos ver. El autoritarismo. Niñas embarazadas. El racismo y la explotación constante contra las personas haitianas. La violencia de género. La discriminación contra las personas con discapacidad. La exclusión de las personas LGBTQ+. Y cuando alguien se atreve a nombrarlo, quieren borrarle. O ridiculizarle.
La Bienal Nacional de Artes Visuales del 2013 fue mi primera. Mi pieza seleccionada fue un performance con una instalación sobre la inclusión de personas sordas. Logramos que mis compañerxs de la escuela en La Romana, con quienes desarrollé tantos proyectos, pudieran venir a Santo Domingo a visitar el Museo de Arte Moderno (MAM).
Fue la primera vez que el MAM y la Bienal recibieron a estudiantes Sordxs y a intérpretes de lengua de señas. Después realicé una investigación en la Escuela Nacional de Sordos para identificar oportunidades de mejora en el sistema educativo.
La gente dejó de considerarme “artista”. “Artista es quien pinta ocho horas mínimo”, me dijo un galerista. “Es que tú estás en muchas cosas menos en el arte”, me dijo otro.
Curadores internacionales me han insistido en que todo lo que he hecho forma parte de mi práctica artística: desde un dibujo hasta la creación del Departamento de Inclusión en la Alcaldía. Me costó entenderlo, sanarlo y aceptarlo, precisamente por situaciones como la que vive hoy Karmadavis.
Cuando pienso en lo que soy y en lo que hago, no puedo separar mi práctica artística de lo que aprendí de ese grupo. Todo lo que hago lleva su huella.
Dicho todo esto, y con el respeto que merecen tanto la Comisión como ambos jurados de la 31.ª Bienal Nacional de Artes Visuales, luego de conocer la respuesta del Ministerio —que invalidó y contradijo la decisión de los jurados—, comunico de manera formal mi decisión de renunciar a la Mención de Honor que se me otorgó.
La coherencia con la libertad artística y la dignidad de lxs artistas está por encima de cualquier reconocimiento individual.
El jurado sostuvo que la mención serviría de motivación, y así fue.
Es un honor compartir una bienal con Karmadavis. Esa es la mejor mención para mi.
Noa Batlle
Artista participando en la 31.ª Bienal Nacional de Artes Visuales Dominicana
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