¿Está considerando Donald Trump presentarse a un tercer mandato como presidente? En una entrevista con NBC News, dijo que no estaba “bromeando” cuando repitió que estaba considerando presentarse a un tercer mandato como presidente. Sin embargo, esto está prohibido por la Constitución estadounidense. ¿Qué dice exactamente la Constitución? ¿Existe alguna forma legal de eludir esta prohibición? Entrevista con Sébastien Natroll, experto en cuestiones jurídicas de Estados Unidos.
Por Achim Lippold
RFI: ¿Qué dice la 22ª Enmienda de la Constitución estadounidense sobre el número de mandatos presidenciales?
Sébastien Natroll: La 22ª Enmienda es una consecuencia directa de los cuatro mandatos del Presidente Franklin D. Roosevelt, que murió al principio de su último mandato. Como consecuencia, el Congreso aprobó una enmienda constitucional que estipula que un presidente sólo puede ejercer dos mandatos, sucesivos o no. A diferencia de la Constitución francesa, que prohíbe más de dos mandatos sucesivos, la Constitución estadounidense prohíbe pura y simplemente un tercer mandato. Por ello, la idea propuesta por Donald Trump plantea interrogantes. Constitucionalmente, no puede presentarse a un tercer mandato. La Constitución es muy clara en este punto y no hay lugar para la interpretación. En su entrevista con NBC News, Donald Trump dio a entender que la cuestión sigue abierta en cuanto a las modalidades de un tercer mandato o de su permanencia en el poder. Por lo tanto, parece estar explorando otras estrategias para conservar la Casa Blanca.
NBC News se refiere a un escenario en el que el vicepresidente J.D. Vance se presentaría como candidato a la presidencia y, una vez elegido, entregaría las riendas a Donald Trump. ¿Es este escenario plausible y coherente con la Constitución?
Constitucionalmente, este escenario parece complicado. Podríamos imaginar un “ticket” presidencial con un candidato a la presidencia y Donald Trump como compañero de fórmula. Sin embargo, la 22ª Enmienda prohíbe a Donald Trump presentarse a un tercer mandato y la 12ª Enmienda especifica que un candidato no elegible para la Presidencia no es elegible para la Vicepresidencia. Otra posibilidad, más compleja, sería que un candidato presidencial, como J.D. Vance, eligiera a un compañero de fórmula distinto de Donald Trump. Una vez elegido, este compañero de fórmula podría dimitir, lo que permitiría al Presidente nombrar Vicepresidente a Donald Trump. Sin embargo, esta estrategia se vería obstaculizada por la 25ª Enmienda, que estipula que tal nombramiento debe ser aprobado por la mayoría de ambas Cámaras del Congreso.
¿Es posible modificar la Constitución para permitir un tercer mandato?
La vía más coherente con el Estado de Derecho para permitir a Donald Trump presentarse a un tercer mandato sería derogar la 22ª Enmienda mediante una nueva enmienda constitucional. Sin embargo, este procedimiento es extremadamente complejo. Un proyecto de ley constitucional debe ser aprobado por dos tercios de cada cámara del Congreso y luego ratificado por al menos tres cuartas partes de los estados. Tal y como están las cosas, esto parece muy poco probable.
Donald Trump ya ha mencionado la posibilidad de un tercer mandato, aunque sin precisar los detalles. ¿Cómo debemos interpretar sus comentarios?
Donald Trump es un personaje difícil de definir. Cabe imaginar que piense sinceramente en un tercer mandato y que busque la manera de conseguirlo. También es posible que sepa que este objetivo es casi inalcanzable, pero que utilice esta retórica para mantener su influencia política. Un presidente al final de su segundo mandato suele ser percibido como un “Lame duck” (pato cojo), con una pérdida gradual de poder. Donald Trump trata de evitarlo sugiriendo a sus partidarios que podría continuar. Esta estrategia mantiene su imagen de líder incansable que siempre está “al 200%”. Esta comunicación forma parte de un culto a la personalidad. No hay que olvidar que, en política, las alianzas suelen ser oportunistas. J.D. Vance, joven y popular, podría preferir hacerse él mismo con el poder antes que permanecer a la sombra de Trump. Por tanto, el futuro político de Trump dependerá también de las ambiciones de su propio bando.
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