En Pekín, China celebra con gran pompa los 80 años de la capitulación de Japón al final de la Segunda Guerra Mundial. Este 3 de septiembre se celebra un desfile militar gigante en la Plaza de Tiananmén, en presencia de varios líderes extranjeros, entre ellos Vladimir Putin y Kim Jong-un.
Con las corresponsales Nerea Hernández y Clea Broadhurst
Pekín reúne este miércoles en la Plaza de Tiananmén a grandes líderes amigos en una gran demostración de poder político, militar y diplomático. El desfile militar en conmemoración del 80 aniversario de la victoria de China frente a la agresión japonesa en la Segunda Guerra Mundial pone el broche final a unos días de reuniones de alto nivel y significativo valor geoestratégico.
El presidente chino, Xi Jinping, encabezó la comitiva de líderes, flanqueado por el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente norcoreano, Kim Jong-un. Frente a una plaza abarrotada y decorada con motivos del Día de la Victoria china, Xi pronunció un discurso, destacando la “gran contribución del pueblo chino para salvar la civilización humana y defender la paz mundial”.
“¡La paz vencerá!”
También advirtió que la humanidad vuelve a enfrentarse hoy a la disyuntiva entre “la paz o la guerra, el diálogo o la confrontación”. Apostando firmemente por el camino del desarrollo pacífico, Xi subrayó la inquebrantable determinación de las fuerzas armadas chinas para defender la paz.
El simbólico desfile reunió todas las formaciones de defensa nacional y presentó al mundo sus armas de última tecnología: vehículos de combate, cazas y submarinos no tripulados; aviones de fabricación nacional; así como misiles hipersónicos o el novedoso misil balístico intercontinental de combustible líquido Dongfeng-5C.
Tres helicópteros abanderados de las fuerzas aéreas portaban tres pancartas en lo alto del cielo de Pekín: “¡La justicia vencerá!”, “¡La paz vencerá!”, “¡El pueblo vencerá!”.
Construcción de un nuevo orden mundial
El desfile militar desbordó su cariz histórico, para convertirse en un escenario cuidadosamente representado de una alianza estratégica regional del Asia-Pacífico, con sus líderes desde la tribuna, que lanza un mensaje firme y directo a la hegemonía y las políticas de Trump: no nos dejaremos intimidar, defendemos la construcción de un nuevo orden mundial.
El evento provocó la respuesta del presidente estadounidense Donald Trump, quien acusó a los líderes chino, ruso y norcoreano de conspirar contra Estados Unidos. “Envíen mis más cordiales saludos a Vladimir Putin y Kim Jong-un, mientras conspiran contra Estados Unidos de América”, escribió en su plataforma Truth Social. El Kremlin respondió que espera que Trump estuviera siendo “irónico”.
“Siento un orgullo sincero”
Pero para la mayoría de los chinos, el desfile se vivió frente al televisor. Algunos se reunieron en una pequeña lavandería del centro de Pekín, transformada durante una mañana en una sala de proyección improvisada, constató nuestra corresponsal Clea Broadhurst.
“Es extremadamente importante, solo cuando el país es fuerte el pueblo puede vivir en paz. Un desfile militar no es solo un espectáculo para el público: tranquiliza a los ciudadanos de a pie e inspira a las generaciones más jóvenes a continuar con nuestra misión y construir un país aún mejor. Como veterano, siento un orgullo sincero desde lo más profundo de mi corazón”, expresa con orgullo un veterano de rostro marcado.
A su lado, una anciana se mantiene erguida en su silla. Se siente tranquila ante este espectáculo: “Creo que esto muestra al mundo entero que China ahora es fuerte, que estamos muy unidos y que nuestro ejército es poderoso. Pero eso no significa que queramos la guerra, es para que todo el mundo sepa que podemos protegernos y que no tenemos miedo de que nos intimiden”, explica.
La generación más joven también se identifica con este desfile: “Me ha parecido bastante impresionante, sobre todo al ver todas esas formaciones tan bien organizadas y esos equipos tan sofisticados. Me ha dado la sensación de tener una misión, como si yo también tuviera que aportar mi granito de arena al país. Siento orgullo y un sentido de la responsabilidad”.
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