El cierre de la mayoría de las bases militares históricas de Francia en África occidental refleja un cambio profundo en las prioridades estratégicas del país, justo cuando empresas militares privadas reclutan —entre otros— a exsoldados franceses, codiciados por hablar francés y su profundo conocimiento del terreno. Un reportaje de Franck Alexandre, periodista de RFI. 

En el contexto global de la invasión rusa a Ucrania, cuando los ejércitos no descartan la posibilidad de un conflicto de alta intensidad, la lucha en el Sahel contra el yihadismo ha pasado a un segundo plano. El ejército francés, que ha tenido que afrontar en África una ola de desinformación proveniente de Moscú a través del grupo Wagner, ha cambiado por completo la organización de su presencia militar, así como la comunicación en África.

Las bases militares francesas históricas en Chad y en Costa de Marfil, en particular, fueron retrocedidas a comienzos de 2025. Las grandes operaciones militares, como la denominada Barkhane, forman parte ahora del pasado. Francia ha cerrado el capítulo de las bases militares permanentes y de una presencia visible en el terreno. El ejército francés, que ha entablado varias asociaciones militares, no se muestra en primera línea. Esta discreción reivindicada le permite no ser el blanco de campañas de desinformación ni de influencias extranjeras, en particular dirigidas desde Rusia.

El próspero negocio de las empresas militares privadas

Pero la reducción de efectivos franceses dejó un vacío que no tardó en ser llenado. Empresas militares privadas rápidamente propusieron sus servicios a los Estados que deseaban externalizar una amplia gama de misiones, desde el apoyo logístico, la seguridad de las explotaciones y el adiestramiento hasta la protección de personalidades.

A diferencia de la Alianza de Estados del Sahel, fundada inicialmente como un pacto de defensa mutua entre Malí, Níger y Burkina Faso el 16 de septiembre de 2023, que utiliza los servicios de fuerzas auxiliares rusas -el grupo Wagner y luego Africa Corps-, muchos países han recurrido a otras empresas militares privadas. Por ejemplo, la empresa china Beijing DeWe está asegurando la construcción de la línea ferroviaria Mombasa-Naivasha en Kenia, y los mercenarios de Sadat, una consultora turca internacional de defensa, desempeñan un papel cada vez más importante, al menos en Libia.

En África Occidental, las empresas militares privadas multiplican sus contratos. Las empresas anglosajonas, con su sólida experiencia en este campo, gozan de cierto éxito. Desde hace décadas, el Reino Unido y Estados Unidos subcontratan un gran número de misiones, tanto para optimizar los presupuestos militares como, sobre todo, para reducir la huella de sus fuerzas armadas en escenarios extranjeros. Una legislación muy liberal en materia de tenencia y uso de armas permite llevar a cabo un amplio abanico de tareas. Este saber hacer suscita un gran interés en los países de África Occidental, preocupados por su soberanía y enfrentados a una situación de inestabilidad frente a la presión yihadista.

Los ex soldados franceses son muy codiciados

Los ex soldados franceses son muy apreciados por su profundo conocimiento de los escenarios africanos, donde a menudo han estado desplegados. El idioma también es un elemento importante. "El mundo es pequeño", dice Peer de Jong, coronel de las tropas de marina francesas, actual director de Themiis, una empresa de servicios, seguridad y defensa (ESSD) que opera en Mauritania.

"Los ex militares franceses tienen una excelente reputación. Sobre todo, los anglosajones no hablan francés, lo que es determinante para trabajar en África. El número 2 de Bancroft [un grupo de seguridad privada] es de nacionalidad francesa, se llama Richard Rouget. Aquí lo llamamos 'coronel Sanders'. Es un antiguo paracaidista. Si Bancroft quiere trabajar en República Centroafricana, dice : ‘Ok, entonces contratamos a franceses'".

La contratación de franceses se acelera. Hay muchas empresas entre las que elegir: Bancroft Global Development (Estados Unidos), G4S (Reino Unido, especializada en la gestión de instalaciones sensibles y transporte seguro), The Development Initiative (Reino Unido, con sede en Bermudas, especializada en servicios de retirada de minas), Relyant Global LLC (Estados Unidos, con sede en Tennessee, que ofrece servicios logísticos y de retirada de minas), Erinys (Reino Unido, especializada en gestión de riesgos y prestación de servicios de seguridad en zonas de conflicto)… Todas estas empresas británicas y estadounidenses han contratado a antiguos militares franceses en África.

Se ha confirmado la presencia de mercenarios franceses empleados por empresas militares privadas anglosajonas en Benín, Malí, Burkina Faso, Costa de Marfil, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Guinea y Somalia.

Estas empresas militares privadas, cercanas a los círculos de decisión, permiten a Washington y Londres evitar una exposición directa en África. Sobre todo, al subcontratar sus misiones a "contratistas" franceses ("mercenarios"), estas empresas desvían hacia París los riesgos de críticas o campañas de desinformación que podrían interpretarse como injerencia o neocolonialismo.

Una herramienta de influencia muy eficaz

En el Estado Mayor de los Ejércitos en París, las empresas militares privadas anglosajonas se han convertido en una fuente importante de preocupación. "La presencia de compañías militares privadas extranjeras que emplean a antiguos militares franceses puede percibirse como una presencia militar francesa no oficial y no reconocida, lo cual puede alimentar la idea de una agenda oculta, de una presencia militar encubierta o de un intento de manipulación por parte de las autoridades francesas. Esto puede, en efecto, entorpecer la comunicación oficial de Francia y de las autoridades de Benín sobre la ausencia de bases francesas en territorio beninés", señala un general del Ministerio de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, la dinámica de las empresas militares privadas en África no sorprende a Peer de Jong: "En Francia, no contamos con esa herramienta. Nunca privatizamos y vamos con retraso. La teoría de la huella mínima ha tenido dificultades para imponerse. Hoy en día, los rusos, los chinos, los turcos y los anglosajones dominan este mercado en expansión. El ejército francés se retiró del Sahel bajo los embates de los rusos. También hay un enorme deseo de soberanía por parte de los Estados africanos. Ya no quieren al ejército francés. Quieren prestadores de servicios, hombres de civil. Los militares franceses consideran que esta competencia es desleal, y la Dirección de Inteligencia y Seguridad de la Defensa [DRSD, un servicio de inteligencia francés] sigue preocupada por el hecho de que antiguos militares franceses se integren a estas empresas militares privadas".

RFI

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