En esta semana estuve mirando los distintos relatos que los intelectuales y medios de comunicación han expresado sobre la marcha en Friusa (Bávaro-Punta Cana). El supuesto objetivo de la manifestación se realizó por la cantidad de nacionales haitianos que residen en la comunidad de Friusa. La organización logró apoyo de distintos medios de comunicación y personas que dicen estar defendiendo la patria y la soberanía nacional.

Escuche atentamente cada palabra y relatos para poder realizar un análisis semiótico sobre los signos y significantes de lo que se expresaron antes, durante y después de la marcha. Así como de los vestuarios utilizados por los dirigentes (parte del engranaje simbólico), miembros de la organización y particulares que comparten la misma prédica teleológica sobre la madre patria.

La idea central de la marcha es buscar que el gobierno de turno, expulse a los haitianos del país. Esta teleología maniquea considera culpable a los haitianos de los distintos males sociales de la República Dominicana. Dicen que se visten de mal gusto y huelen mal, y así le dan trabajo. Se acusa al gobierno central de usar los bienes públicos para ayudar a los nacionales haitianos.

Lo primero que me fije como “etnógrafa de moda”, fue sobre los vestuarios de las pasarelas de Friusa. Ya que son símbolos  que muestran lo corpóreo, como un rótulo disciplinario que cumple con una función identificadora, la de lograr identificar los esfuerzos del sentido común.

Desde la perspectiva de la moda me llama la atención los vestuarios negros, las boinas al estilo militar y los Cascos Negros. Para efecto didáctico puedo detallar que los Cascos Negros son copia típica de los usados por los soldados alemanes y en especial la fuerza de asalto.

Estas vestiduras dan un toque especial a esos hombres y mujeres que desean crear la tercera república o la cuarta, no sé mucho de esto, pero imagino que ellos no son insumisos.

Estos sombreros particulares en la historia de la moda alemana, formaban parte de la indumentaria característica de los hombres que iban al combate en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. A los grupos afines, a los nacionalistas alemanes, les encantaban las revueltas callejeras con grupos rivales y organizar desfiles donde se mostraron los Cascos Negros relucientes. Imagino que lo pulían con un buen brillo, además de usarlo como armas para romper cabezas.

En 1933, los Cascos de Acero fueron usados con camisas verdes, pero los nazis decidieron agregarle un mejor color, por el gusto de los servicios de inteligencia llamado Schutzstaffel escuadrón de protección, cuya bella abreviatura es la SS. Esos muchachos esbeltos eran políticamente de seguridad, muy lindos, todos “blancos” y de muy buen tamaño, desde las dimensiones de sus rostros hasta el tobillo Ario.

Su buen gusto por los ropajes, impresionarían a una mujer de hoy. Le gustaban los colores pardos (chocolate), pero a los muchachos italianos preferían las vestiduras negras. Creo que los diseñadores alemanes critican las camisas negras italianas. Yo hubiera preferido una camisa de amarillo naranja para combinarlo con un sol radiante.  Pero los muchachos que viajaron a Friusa combinaron el Casco Negro alemán con los ropajes negros de los seguidores de Mussolini. Buena combinación para tales menesteres de alta política.

Esos muchachos de buen gusto con sus vestuarios, les encantaba irse a pelear como golfos en las calles de Berlín. Cosas de la época. Por eso impresionaban a las mujeres y adolescentes. El efecto de tales ropajes, le daba un aire de poder, por el estilo regio de los uniformes de la calle.

No estuve en la marcha de Friusa. Yo hubiera aprovechado y tomado mi grabadora para preguntarle,  ¿por qué eligieron un vestuario negro? Pienso que el Vintage es una ilustración de la estructura densa del campo cognitivo de los diseñadores de moda de la organización. Tal vez querían fusionar los Casco de Acero y combinarlo con  camisas y pantalones negros. Desconozco el nombre del diseñador, tal vez consultaron con la firma de moda Hugo Boss, no lo sé, pero es muy “fashion”.

Me encantaría conocer el diseñador para percatarme, si las camisas tenían bordados interiores y si los sellos eran trabajados artesanalmente para resaltar la negritud de la piel. No son resentidos con su color de piel. También preguntaría si los cascos eran de acero o de silicona. El brillo es importante, denota fuerza y le acomoda con el sol del Este.

Estas vestiduras dan un toque especial a esos hombres y mujeres que desean crear la tercera república o la cuarta, no sé mucho de esto, pero imagino que ellos no son insumisos.

Ahora, no puedo entender, porqué ellos llamaban “morenos” a los nacionalistas haitianos. Todos en su mayoría eran negros y vestidos de negros. Creo que el diseñador trató de  resaltar esa belleza dominicana con el sol. Tampoco sé, porqué le prohibieron la marcha, ni las causas por la que usaron bombas lacrimógenas contra ellos, por intentar pasar el límite acordado con las autoridades.

Todos me parecieron personas pacíficas. Ellos no pertenecen a la vieja Liga Fascista de la República de Weimar. Creo que las autoridades han confundido “las buenas intenciones” de la organización que predica volver a los ideales de la primera república. Yo, como etnógrafa, creo que los diseños de moda de ellos son preciosos. Ya que asumen  una crítica basada en viejos argumentos del siglo XIX, contra la cultura occidental, que se inscribe en los impactantes tiempos de la modernidad líquida, aquella que planteó un tal Bauman.

A decir verdad, ellos relataron algunas cosillas, tales como: “a los traicioneros de la patria hay que castigarlos”, “a los traidores que se preparen”, “vamos a negarle el estado de paz”, “produciremos un escarmiento” y otros. Todos escuchamos estos discursos, pero aclaro, perdonen a esos muchachos, estaban bajo los efectos alterados de conciencia. La química de ajíes con pimienta, dos de los componentes alucinógenos de las bombas lacrimógenas , provocaron una reacción en cadena del sin sentido y , además a esto, se le agrega un torrente de agua fría. Por tal situación se dio un espectáculo de viejas calles que cobran vida con las correderas entre el bueno y el malo.

Yo entiendo que los patriotas de la primera república, por razones prácticas tenían que salir corriendo. Tienen derecho a sentirse ofendidos, por mojar su vestuario de tan buen gusto en combinación y proporcionalidad. Lo que no entiendo, porqué esta gente linda, que se guía por la ética y la construcción de una patria eficiente, todavía tiene tantas inseguridades con los “morenos” haitianos.

Fátima Portorreal

Antropóloga

Antropóloga. Activista por los derechos civiles. Defensora de las mujeres y los hombres que trabajan la tierra. Instagram: fatimaportlir

Ver más