Las inteligencias artificiales

Las inteligencias artificiales es el lema central del V Congreso Iberoamericano de Ciencia y Tecnología, y plantea de entrada el desafío de pensar este campo desde una perspectiva plural. No se trata solo de una cuestión terminológica, sino de una invitación a comprender y abordar la complejidad de un ámbito en constante expansión y transformación. Hablar de inteligencias artificiales —en plural— permite reconocer la diversidad de tecnologías, enfoques, contextos y efectos involucrados, y abre un espacio para reflexionar críticamente sobre sus múltiples dimensiones: técnicas, sociales, éticas, culturales y políticas.

Este espacio de pluralidad surge en un contexto marcado por tensiones políticas, guerras comerciales y disputas por el control del territorio y del ciberespacio a nivel planetario. La tecnociencia —ese entrelazamiento vertiginoso entre conocimiento, innovación y los sistemas relacionales de control cibernético y humano— se sitúa en el centro de profundo conflicto de intereses político y ciberpolítico.

Esto se debe a que el desarrollo y la transformación de la tecnociencia están siendo bloqueados por sectores enquistados en el poder ultraderechista, que recortan presupuestos estratégicos, deslegitiman la innovación disruptiva y buscan controlar el flujo del saber y limitar su autonomía.

Lo transido de esto es que el sentido que se erige desde el poder y lo poderoso no es un faro, no es Ancla de la esperanza, como expreso en el texto Cibermundo transido: Enredo gris de postpandemia, guerra y ciberguerra (2023). El discurso de lo humano ha sido corroído por el humo de la posverdad, arrastrado en una espiral descendente, un vértigo entre ruinas.

Es por eso por lo que muchos de los discursos que desprecian la tecnociencia y su filosofía alimentan la posverdad, promoviendo más la ciencia ficción que la propia tecnociencia. A lo largo del tiempo, la ciencia ficción se ha nutrido de la construcción de relatos, como los de la “supercomputadora HAL 9000”, “A.I. Inteligencia Artificial” o “Yo, robot”, que presentan visiones altamente dramatizadas y, en muchos casos, profundamente distorsionadas de lo que podría ser las inteligencias artificiales.

Estas narrativas tienden a alimentar una dualidad simplista y no compleja: por un lado, glorifican la IA como una entidad superior, casi mesiánica, capaz de resolver los grandes problemas de la humanidad; por otro, la demonizan como una amenaza existencial, destinada a subyugar o incluso destruir a sus propios creadores.

Este enfoque tiende a desviar la atención de los verdaderos desafíos contemporáneos relacionados con el desarrollo de la IA, como los sesgos algorítmicos, la concentración del poder tecnológico en manos de pocas corporaciones o la opacidad de los sistemas automatizados en la toma de decisiones.

Al enfocarse en la figura de la máquina autónoma y consciente, estas ficciones refuerzan una fantasía tecnodeterminista que sobreestima las capacidades actuales de la IA y minimiza el papel de las decisiones humanas, políticas y económicas en su desarrollo y aplicación.

En lugar de fomentar una comprensión crítica y responsable del avance tecnológico, muchas de estas películas perpetúan la ciencia ficción como si fuese ciencia. Esto no significa que aquella no tenga su valor en muchos de sus escenarios, pero no se puede confundir con la tecnociencia, ya que desvía la atención de las verdaderas preguntas que deberíamos hacernos desde la filosofía tecnocientífica y de todo lo que se deprende de la revolución 4.0.

Estas preguntas no se reducen a lo espectacular, muchos menos a la chabacanería, sino que emergen de campos filosóficos como la epistemología, que nos interroga sobre cómo se construye y valida el conocimiento científico; la ética, que examina las implicaciones morales de la innovación y el pensamiento crítico, que nos permite analizar con profundidad y autonomía los discursos tecnológicos y cibernéticos en la sociedad.

Es importante puntualizar que, al pensar las inteligencias artificiales de manera plural, no por ello debemos ignorar la complejidad de dicho fenómeno y seguir trabajo lo singular en cuanto IA. No se trata de una imprecisión conceptual, sino de dejar en claro que se trata de una temática compleja, que no puede ocultar la diversidad de formas, funciones, propósitos y efectos que presentan los distintos dispositivos de dicha inteligencia.

Por ello, este V Congreso Iberoamericano de la filosofía de la ciencia y la tecnología asume la importancia del discurso de inteligencias artificiales, en plural. Tal conceptualización permite visibilizar no solo la heterogeneidad de estos sistemas inteligentes, sino también sus profundas implicaciones culturales, sociales, éticas y políticas, en unos tiempos transidos y cibernéticos, caracterizados por la incertidumbre y lo que es el Cisne Negro. El impacto de lo altamente improbable (Taleb ,2015).

En el V Congreso, existe espacio para filosofar sobre cientos de sistemas distintos que, bajo el mismo concepto genérico, realizan tareas completamente diferentes, con niveles de complejidad variables y consecuencias muy diversas. Un chatbot conversacional no tiene nada que ver con un sistema de visión artificial para vehículos autónomos.

Filosofar sobre las inteligencias artificiales es una forma legítima de hacer filosofía, en tanto se inserta dentro del múltiple discurso filosófico sobre ciencia, tecnología y cibernética que se construye en su propio universo autorreferencial. Como ejercicio de cuestionamiento y reflexión, nos obliga a reconocer su pluralidad, ya que cada uno de estos sistemas es el resultado de decisiones humanas —el llamado sujeto cibernético (Merejo, 2015) — sobre qué datos utilizar, qué problemas abordar, a qué públicos dirigirse y, sobre todo, qué intereses priorizar. Ninguna inteligencia artificial es neutral ni está separada del contexto social y político en el que se desarrolla.

El V Congreso de Filosofía de la Ciencia y la Tecnología, a celebrarse del 12 al 16 de mayo, cuenta con el aval y la colaboración de destacadas instituciones nacionales e internacionales. Entre ellas se encuentra la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con una participación especial de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, la Vicerrectoría de Extensión, la Facultad de Humanidades, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, y la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de dicha institución.

Asimismo, el congreso cuenta con el respaldo del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), la Academia de Ciencias de la República Dominicana, la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Red Iberoamericana de Filosofía, la Universidad Central del Este (UCE), la Asociación Dominicana de Filosofía (ADOFIL), el Instituto Dominicano de Investigación de la Ciberesfera (INDOIC), la Sociedad Dominicana de Inteligencia Artificial (SODIA), así como con el apoyo del Banco Popular y Café Santo Domingo, entre otras entidades comprometidas con el desarrollo del pensamiento crítico, la investigación científica y la promoción del conocimiento.

Para más referencia ver: https://sites.google.com/uasd.edu.do/v-congresofilosofia/convocatoria

Andrés Merejo

Filósofo

PhD en Filosofía. Especialista en Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS). Miembro de Número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana. Premio Nacional de ensayo científico (2014). Profesor del Año de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).. En 2015, fue designado Embajador Literario en el Día del Desfile Dominicano, de la ciudad de Nueva York. Autor de varias obras: La vida Americana en el siglo XXI (1998), Cuentos en NY (2002), Conversaciones en el Lago (2005), El ciberespacio en la Internet en la República Dominicana (2007), Hackers y Filosofía de la ciberpolítica (2012). La era del cibermundo (2015). La dominicanidad transida: entre lo real y virtual (2017). Filosofía para tiempos transidos y cibernéticos (2023). Cibermundo transido: Enredo gris de pospandemia, guerra y ciberguerra (2023). Fundador del Instituto Dominicano de Investigación de la Ciberesfera (INDOIC). Director del Observatorio de las Humanidades Digitales de la UASD (2015). Miembro de la Sociedad Dominicana de Inteligencia Artificial (SODIA). Director de fomento y difusión de la Ciencia y la Tecnología, del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCyT).

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