Lo primero que se percibe en la portada de este libro es que la autora, Jeanne Marion Landais, hace alusión a cantidades. “Casi cien años” y “números largos” son parte de su extenso título. Y es cierto, el personaje central, José Manuel Armenteros Rius, vivió entre 1925 y 2024.  Como se indica: “Casi cien años”.  Sin embargo, esta amplitud no vino solo en cantidad de años, sino, más que nada, en la incidencia que llegaron a tener sus acciones en cada uno de esos años.  Hay personas que viven largas vidas con poco que contar. Don José Manuel acumuló muchas décadas, pero cada una de ellas estuvo marcada por experiencias muy significativas.

Leyendo su biografía, los lectores podrán apreciar que fue un hombre sabio, prudente, lleno de templanza, justo y, sobre todo, genuinamente humano. Un ser humano a carta cabal que estuvo involucrado con energía y elegancia en los principales acontecimientos dominicanos de los últimos cien años.

Además, las causas de la migración de sus padres y abuelos fueron muy representativas de la situación de España a principios del siglo pasado.  Su historia familiar es una ilustración adicional de la de los abundantes inmigrantes españoles que salieron de un país empobrecido. Entre 1880 y 1930, a pesar de una tasa de natalidad de una media de cinco hijos por mujer, la población se mantuvo constante en alrededor de 18 millones de habitantes, puesto que muchos se dirigían principalmente a las Américas, pero también, en mucho menor número, a Filipinas y al norte de África.

Los abuelos, padres y tíos de don José Manuel constituyeron un grupo de más de veinte personas que salieron de Fermoselle, pueblo al noroeste de España, hacia Cuba.  “Azucre” es una novela del año 2021 de la española Bibiana Candía que relata las condiciones en que podían llegar a viajar algunos de esos migrantes. Desde República Dominicana también se ha escrito sobre esa migración, especialmente Manuel García Arévalo.

Fue exitoso en su cruzada por la preservación y buen uso del agua, integrando comunidades y organizaciones en favor del medio ambiente

Un hecho que sale a la luz en esta obra es que el movimiento de Cuba a República Dominicana por parte de su abuelo estuvo incentivado por Andrés Brugal Montaner, a quien los dominicanos asociamos con Puerto Plata. Resulta que el fundador de la Casa Brugal tuvo su primera destilería en San Pedro de Macorís.  Y durante esa niñez en “la sultana del este”, vemos que don José Manuel es sobrino de César Iglesias, el fundador de la célebre fábrica, y que fue atendido médicamente por el Dr. Georg, sobre quien Bernardo Vega habla en el libro Nazismo, fascismo y falangismo en RD”. También se resalta que él conocía la gastronomía y el inglés de los cocolos.

Más tarde, América Latina registró otro pequeño pico migratorio de españoles.  En República Dominicana, este movimiento poblacional estuvo provocado por los acuerdos entre Francisco Franco y Rafael Trujillo.   Vicente Llorens, uno de esos exiliados republicanos, recogió en “Historia de una migración” cómo él y otros experimentaron estas vicisitudes.  En las artes plásticas y en la música, como sabemos todos, el país fue altamente beneficiado. Es el caso de los legados de Vela Zanetti y Gausachs en la pintura y de Enrique Casal Chapi y Juan de Urteaga en la música, formando la orquesta y el coro nacional respectivamente.

Más allá de nuestro país, también hay relatos que nos cuentan sobre este tipo de experiencia de exilios resultantes de la Guerra Civil española: “Me llevo la canción”, de Macu Tejera, cuenta sobre la migración a México y “Largo pétalo de mar”, de Isabel Allende, recoge una experiencia de migración a Chile. José Manuel Armenteros, que iniciaba sus estudios de ingeniería en la Universidad de Santo Domingo, fue estudiante de algunos de ellos y hubo uno en particular, Antonio Valenciano, que aleccionó a su familia a que lo enviaran a terminar la carrera en Madrid.

Y es que esta no es una simple biografía que recoge los recuerdos de una persona. Cada hecho está documentado con fuentes fidedignas que no dejan lugar a dudas de que lo que está contado es cierto.  En ese sentido, invito a los lectores a consultar las fuentes bibliográficas y sobre todo digitales que se citan al apoyo.

La construcción de embalses y presas

La lucha por la conservación y buen uso del agua fue una de las grandes pasiones de este ingeniero. Quizás eso vino como consecuencia de que a los cinco años pudo presenciar la fatalidad que traía el exceso de agua sin control y, más tarde, cuando viajó al pueblo de su madre en Cataluña, pudo comprobar lo contrario, los desastres ocasionados por la sequía.

Por ello, asumió con tanto gusto su formación en la “Escuela de Caminos” en Madrid, y quizás uno de los períodos más felices de su vida, los primeros años de ejercicio profesional en el Valle de Arán, en los Pirineos españoles, cerca de la frontera con Francia, donde se habla el aranés, una lengua que está en vías de extinción, inmerso en una comunidad que había hasta entonces mantenido poca conexión con el exterior.   Esa ubicación del Valle de Arán lo mantuvo lejos de las dos dictaduras en las cuales se enmarcaba su vida.  Allí llegó por una historia de aguas subterráneas y coincidencias inesperadas.

Cada hecho está documentado con fuentes fidedignas, lo que convierte esta biografía en una pieza de memoria histórica colectiva

Pienso que don José Manuel, además de ser el primer dominicano que llegó al valle de Arán, probablemente fuera uno de los primeros alpinistas en este país. Mientras fue director de esa obra, se construyeron 5 embalses en el valle, en cinco años.   Otro de los recuerdos no tan felices que guarda del valle es el fallecimiento de 5 de los trabajadores bajo su mando. Ese recuerdo no lo abandona y lo lleva a trabajar siempre por el mejoramiento en la calidad de la seguridad de los trabajadores bajo su mando donde quiera que estuviese.

Durante esos años conoce a su esposa, “la más bonita de la plaza de toros”, Gloria Márquez. Durante un tiempo la enamoró y ella le daba en cierto modo calabazas.  Finalmente, se llenó de valor, la llamó por teléfono y le propuso casarse.  No fueron novios, pasaron directamente a ser prometidos para matrimonio.

La protección del agua

Además del diseño y construcción de presas hidroeléctricas, se dedicó a la conservación y buen uso del agua. En los años noventa fue cofundador del Fondo Pro Naturaleza (ProNatura), una organización sin fines de lucro a través de la cual trabajó en la conservación de cuencas hidrográficas, conservación de suelos y reforestación.

Durante esos años conoce a su esposa, “la más bonita de la plaza de toros”, Gloria Márquez.

Armenteros Rius se asoció a otras instituciones dedicadas a la preservación del agua e introdujo un esquema de colaboración integrando a organizaciones públicas y privadas como aliadas, para auspiciar la transformación social y económica de las comunidades. Por toda esa dedicación fue reconocido por el Ministerio de Medio Ambiente en el año 2022.

En honor a esa pasión, comparto brevemente ciertas informaciones sobre cómo desde la creación musical también nos acercamos a la apreciación de este líquido. Existen numerosas composiciones musicales inspiradas en el agua, abarcando diversos géneros como la música clásica, el pop y el rock. Entre las obras más destacadas se encuentran la “Música acuática” de Händel, las sinfonías orquestales de Debussy y los “Juegos de agua” de Ravel.

En un terreno más popular tenemos las canciones "Como el agua" de Camarón de la Isla, "El hombre y el agua" de Joan Manuel Serrat y "Puente sobre aguas turbulentas" de Simon & Garfunkel.

En resumen, don José Manuel fue exitoso en su cruzada en la preservación y buen uso del agua. Fue también un empresario de éxito y apoyó al crecimiento comercial y fue padre de una familia ejemplar. En fin, un hombre del que vale la pena enterarse su vida larga y próspera.