Cuando el presidente de Estados Unidos emite una opinión, un comentario, un chiste o hasta un estornudo en público, se convierte de inmediato en titular de primera plana en todos los medios de comunicación estadounidenses, y es muy posible que sea igual en casi todos los medios informativos del mundo.
Es por ello que decenas de periodistas nacionales y extranjeros, autorizados a estar cerca del presidente, siempre están alerta de todo cuanto diga o haga el gobernante.
Fue muy penoso que República Dominicana resonara de forma negativa a nivel mundial después que Donald Trump se refiriera al fallido intento de robo que protagonizaran en Nueva York dos delincuentes indocumentados de origen dominicano.
Los protagonistas de esa bochornosa y reprochable acción fueron los nombrados Miguel Francisco Mora Núñez, de 21 años, y Christian Aybar Berroa, de 23.
En el hecho delictivo, un agente de 42 años, miembro del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) resultó con un disparo en el rostro y el hombro derecho mientras se encontraba cerca de las 11:00 de la noche descansando en un parque frente al río Hudson, en Manhattan.
Tan pronto el presidente Trump fue informado de lo ocurrido, no perdió tiempo en calificar de “monstruo” al que apretó el gatillo contra el agente del ICE en el Fort Washington Park, en Manhattan.
La noticia corrió por el mundo de inmediato, ante los calificativos de Trump contra estos malhechores. Lo malo es que eran dominicanos indocumentados, con un historial delictivo espeluznante.
Este hecho le brindó la oportunidad a Trump de afianzar su política anti-inmigrante, especialmente contra todos los indocumentados que se encuentran en Estados Unidos.
Aprovechando la coyuntura, arremetió de inmediato contra la administración de Joe Biden, por supuestamente convertir a Nueva York en una “ciudad santuario” para indocumentados de toda índole, al llevar a cabo una política de fronteras abiertas sin control migratorio, lo que fue aprovechado por miles de extranjeros para ingresar de forma ilegal a EEUU.
Según reportó Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, entre 2022 y 2023 un total de 47,273 dominicanos se aprovecharon de esta permisividad migratoria para cruzar la frontera méxico-estadounidense para establecerse en diferentes estados de la Unión Americana, especialmente la ciudad de Nueva York.
“Los demócratas han inundado nuestra nación con invasores criminales y ahora todos deben ser expulsados o, en algunos casos, procesados inmediatamente, ya que no podemos arriesgarnos a que puedan regresar. ¡Así de malvados y peligrosos son!”, escribió Trump en su red Truth Social.
Y no es para menos. El historial delictivo de Miguel Francisco Mora Núñez, el alegado gatillero de 21 años, es terrible, siendo el robo, secuestro, e intento de homicidio su modus operandi.
Lo peor de todo es que, en 2023 habían sido apresados varias veces en Nueva York e igualmente puestos en libertad sin fianza durante la administración Biden.
Mora Núñez y Christian Aybar, con su mala acción, empañaron la buena imagen de la mayoría de los dominicanos que han venido a EE.UU. y otras regiones del mundo a trabajar de forma honrada, para crecer económicamente entre familia y conquistar logros positivos que enaltecen la tierra que los vio nacer.
El salvajismo con que actuaron estos jóvenes le da más derecho a Trump de endurecer su política de persecución irracional contra todos los inmigrantes indocumentados dentro de Estados Unidos, muchos de los cuales trabajan ocultos respetando las leyes de este país, y esperanzados de lograr conseguir la residencia definitiva o “Green Card”.
Ambos jóvenes salieron de sus guaridas sobre una motocicleta como lobos hambrientos a buscar dinero fácil mediante el robo, con intenciones claras de hacer daño letal a sus víctimas, si fuere necesario.
Pero su trabajo delictivo utilizando un arma de fuego ilegal les salió mal, y todo quedó grabado por cámaras de vigilancia instaladas en lugares estratégicos del parque de recreación.
Ahora la comunidad dominicana en Nueva York está preocupada por la posible venganza que el ICE pueda ejecutar contra sus integrantes en la gran urbe.
En el Alto Manhattan, las conversaciones de taxistas, peluqueros, venduteros, empleados de supermercados y tiendas giran sobre lo ocurrido y con el temor de que una oleada de agentes del ICE inicien una operación sistemática de revisión de documentos en todo el condado neoyorkino en busca de dominicanos indocumentados para deportarlos.
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