La cuaresma era el tiempo de volar chichiguas, ir a la playa, asistir a la iglesia y sin necesidad de paraguas porque no llovía.

La circulación atmosférica nos regaló un diciembre que no dejó sentir la brisa navideña por las frecuentes lluvias y una temporada de cuaresma sin chichiguas y con playas sucias.

Observando la lluvia, una señora me dice que esta es una cuaresma hembra en la cuaresma varón no llueve. La cuaresma hembra significa en el conocimiento popular que la cuaresma anuncia si el año será bueno o malo para la agricultura. Si el suelo se llena de monticulos de tierra humeda y brotes de la flor de color rosa llamada moco de pavo es un anuncio de un año bueno. Esta creencia popular coloca entonces a la mujer como la creadora de la lluvia en el momento preciso. Y me pregunto ¿es la lluvia que hoy nos moja un anuncio de esperanza?

La lluvia siempre es bienvenida. Las celebraciones de bodas y cumpleaños con lluvia se catalogan bendecidas. Los jardines no sufren la sequía. Los tanques y pozos se llenan de agua. Ya no hay que esperar a las lluvias de mayo para que los mangos maduren y nos deleitamos en la lluvia de mayo que va a caer.

La naturaleza perfecta del clima de cada estación nos brinda la certeza de un mundo en equilibrio. La lluvia tiene su tiempo, la sequía también y el cambio climático como el que vivimos de lluvias en cuaresma hacen que la alarma se encienda.

La región de Centroamérica, de la cual la República Dominicana comparte fenómenos meteorológicos, experimenta una sequía desde noviembre hasta abril ¿Entonces a qué se debe que llueva? ¿Es normal esta lluvia? No, no es normal y en realidad es el calentamiento global responsable de las lluvias ya que el vapor de agua en la atmósfera cae en forma de lluvia.

Esta lluvia no es la que nuestros antepasados veían como esperanza de una buena cosecha. Esta lluvia de hoy es la voz del desastre ecológico que trae temperaturas más altas de lo normal. Por ejemplo, la República Dominicana experimentó cambios significativos en el incremento de temperatura. De 2022 a 2023 subió de un  promedio  de  24.59 a 23 grados celsius.

El aumento en las temperaturas atmosféricas que provocan las emisiones de gases como el dióxido de carbono y el metano entre otros gases han desbalanceado la naturaleza. La producción y consumo de electricidad, las industrias de cemento y varillas, las minas, la deforestación, la basura y los plásticos en los océanos y ríos son los responsables de la debacle  ecológica.

El capitalismo y su preámbulo colonizador han destruido el planeta con deforestaciones masivas y uso de  petróleo y carbón de las industrias, barcos, trenes, aviones, carros y despojo inescrupuloso de sustancias no biodegradables.

Esta isla que goza de su crecimiento turístico contribuye a la desaparición de especies como los pajaritos de Bayahibe, las estrellas de mar que los turistas asesinan en las piscinas marinas y la basura extrema que no se sabe a dónde va a parar. La mayoría de los restaurantes de las playas y ríos del país usan vasos y platos desechables de plástico, foam y otros materiales no biodegradables.

Ahora hay que tener cuidado en la orilla de la playa porque una manta raya te puede picar. La fauna marina se ahuyenta del calor de las aguas y viajan hacia las orillas buscando confort.

Las emisiones de gases venenosos  de las cementeras acaban con los limones y otros cítricos criollos y con nuestros pulmones.

La contaminación de las minas envenenan las aguas de los ríos Las explosiones de las minas de caliche destruyen nuestra herencia cultural taína como es el caso del Pomier.

El desastre de la playa Palenque que provocó la industria eléctrica Punta Catalina nos dejó sin playa

El pobre se hace más pobre como los campesinos de Cotuí desplazados por la mina  de oro Barrick Gold. O los seres humanos de los barrios marginados víctimas de la inundaciones

La esperanza de la cuaresma hembra, el equilibrio natural de las estaciones, los ríos y playas limpias está desahuciada.

En mi terca cabeza yo todavía  anhelo el ayer de las chichiguas, las procesiones del Cristo crucificado y las playas de aguas azules y transparentes como solía ser Cocolandia y Palenque.

Milagros Ricourt

Investigadora social

Dominicana, investigadora en Lehman College. Graduada en la Universidad Autonoma de Santo Domingo; M.A., y Ph.D., City Univ. of New York. Algunas de sus publicaciones publicados son los siguientes: Hispanas de Queens: Latino Panethnicity in a New York City Neighborhood, Ithaca: Cornell University Press. Power from the Margins: Dominicans in New York City, New York: Routledge. “Price-Mars et son antithèse dominicaine” in Jean Price-Mars Ainsi parla l’oncle suivi de Revisiter l’oncle, Montreal: Mèmoire d’encrier, 2009. “La identificación étnica y la transdonicanidad en Nueva York”. Global: La revista de la Fundación Global Democracia y Desarrollo. Volumen 5, No. 20, 2008: 36-42. “Reaching the Promised Land: Undocumented Dominican Migration to Puerto Rico.” Centro Journal, Vol. XIX, No. 2 2007: 324-343. Nombrando La Esperanza: Mujeres Dominicanas hablan de violencia doméstica. Centro de Desarrollo de la Mujer Dominicana, Washington Heights, New York City, 2006. “From Mamá Tingó to Globalization: Dominican Peasant Women.” Women’s Studies Review, Lehman College, CUNY, 2003.

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