Si de comer con cerrados se trata (langosta a la Termidor…filete Mignón…Pollo a la pimienta Dijón…filete a la Chautebriand); si probar con fruición inigualable un bocatto di cardenale se pretende (cordero al horno…rabo encendido…paella a la valenciana); si se quiere llegar a los niveles supremos del placer gastronómico (raviolis tres quesos…bistec a la milanesa…espagueti a la carbonara); si lo que se busca es un manjar concebido para dioses (perdiz al vino…pescado al limón…mole poblano)…No hay que darle más vueltas al asunto: si lo que se desea es tener una experiencia estética que nada le sea equiparable, ¡un buen pan de agua con aguacate no tiene madre!
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.