Tulio-Manuel-Cestero-Leiva-Una-vida-una-obra-entre-dos-siglos-a

 Es importante volver sobre los Escritos de Tulio Manuel Cestero, en Eds. ONAP, Santo Domingo (1986), donde podemos encontrar detalles de la historia política e institucional de la primera mitad de siglo XX. Nuestro escritor, como se sabe, vivió en Chile como diplomático hasta su muerte ocurrida el 27 de octubre de 1955 en Santiago de Chile, donde se encuentran sus restos mortales. Pero hasta hace poco no se sabía dónde específicamente se encontraban. Había duda sobre si estaban en Chile o fuera de Chile.

La historia del lugar de los restos de este escritor y diplomático dominicano designado como Ministro Consejero (en 1926 hasta 1930) y posteriormente Embajador dominicano en Chile en 1944, donde formó familia y finalmente falleció ha sido un enigma. El nuevo Ministro Consejero designado en la actual gestión en Santiago de Chile, Dr. Homero Luciano, inició una investigación que merece ser conocida, con el fin de ubicar dónde exactamente reposan los restos mortales de Tulio Manuel Cestero Leiva. La pieza de investigación resulta de gran significación para aclarar ese laberinto de sus restos sepultados en el Cementerio Central de Recoleta de Santiago de Chile. El doctor Luciano ha constituido una investigación mediante una práctica de guía indiciaria, para obtener datos y conocimientos sobre los restos mortales de nuestro escritor. De ahí la publicación reciente del libro Tras el velo del olvido (1925).

La investigación del Consejero Homero Luciano se inscribe en una visión de rescate de los restos del eminente escritor, a propósito de su deceso ocurrido en Chile en 1955. La odisea para dar con los restos del escritor dominicano ha tenido muchas peripecias, movimientos y obstáculos para el doctor Luciano, como ya hemos señalado, ha llevado a cabo un trabajo exhaustivo para informar y establecer los datos sobre su muerte y dónde están los restos Cestero Leiva estuvo designado, primero en 1926 como Ministro Consejero hasta 1930 y luego en un segundo nombramiento, en 1944 como Embajador en Chile en la gestión del Presidente Trujillo.

Así las cosas, este libro del Dr. Luciano es un documento valioso sobre la última década de vida del ilustre escritor dominicano en Santiago de Chile, así como la ubicación exacta de sus restos, a los fines de traerlos al país y darles merecida sepultura en su lar nativo.  Toda su travesía narrada en esta obra aporta y va aclarando aspectos sobre la casuística y estado de sus restos olvidados en nichos de algunas familias chilenas que asumieron sus restos en el Cementerio Nacional de Recoleta de Santiago de Chile.

Las ocurrencias deben ser atendidas en este caso y con arrojo para no perder el objeto sobre una disciplina deseable, en base a un logro específico de investigación de dicho caso.

Como lo narra el Consejo Luciano, así se escucha a don Américo Cáceres Rivera, “un amigo y buen hombre peruano de mi nueva cosecha, quien, como yo, es amante de retos asumidos con el espíritu de las imaginarias aventuras”, subraya, a propósito de aquella información que parecería la última posibilidad de búsqueda:

“Don Homero, dice don Américo Cáceres Rivera, según el mapa que tenemos de la administración, esta es la última tumba que nos falta por chequear, por eso las fotografías del subterráneo. Si no es esta hemos fracasado nuevamente! Ya no hay más donde buscar.”

En efecto, el proceso estuvo conformado por operaciones sobre el detalle de búsqueda y datos que puedan avalar la pesquisa. Ver, Tras el velo del olvido).

En esa observación del señor Américo Cáceres Rivera, pensó el doctor Luciano lo siguiente:

“He hecho mío un refrán que siempre he oído decir: “Aunque resulte impropio, es bueno ser curioso”.

Siguiendo la costumbre del método indiciario, el doctor Homero Luciano insistió en revisar y comparar los datos fotográficos realizados en el Cementerio Central de Recoleta de Santiago de Chile y organizar dichos datos. De ahí surge la información que aclara el objeto de investigación:

“Me acomodé los lentes y poco a poco fui deteniéndome en cada detalle, con rara nitidez, por la poca iluminación del lugar y por el grado de dificultad con el que supuse para reconocer aquella imagen. Logré leer el primer nombre: Teresa Guzmán Echeverría, quien imaginé familiar directo de los propietarios de la tumba; correr el cintillo fotográfico para detener cada toma a escasos intervalos tratando de que no se me escapara ningún detalle; hacía zoom y captura de pantalla hasta que en una de las paredes vi grabada una fecha: veintidós de julio de mil novecientos ochenta y uno y de manera inmediata recordé la fecha del fallecimiento de Jaime Mariano Cestero Escobar, hijo de Don Tulio y esa impactante noticia me hizo sentir que tenía en mis manos una excelente señal de probabilidad de la ruta cierta hacia la lápida que guardaba los tan buscados restos mortales de don Cestero”.

Veamos cómo narra el Dr. Luciano el hallazgo de los restos del escritor. La pista se iba aclarando en lo tocante al hallazgo:

“Después visualicé otra placa grabada con los apellidos Morel Escobar con el temor de volver al zigzag de cada paso de avance precedido de la involuntaria marcha de retroceso. Volví a la dinámica trazada de accionar y detener las imágenes, hasta que casi al final de la última toma… Allá al fondo del subterráneo, lejana y casi imperceptible, se devela ante mí otra placa: Tulio M. Cestero Leiva.

Inevitablemente emocionado, y sin reparar en el auditorio (sic) repetí en alta voz:

¡Cestero!

¡Eureka!

¡Lo hemos encontrado!”

Hasta aquí hemos caracterizado un proceso “indiciario” que completa una investigación de importancia histórica, biográfica y bibliográfica para establecer la sepultura de los restos mortales del escritor, político y diplomático don Tulio Manuel Cestero Leiva llevada a cabo por el doctor Homero Luciano, Consejero de la Embajada Dominicana en Chile.

Así las cosas, el libro Tras el velo del olvido es el trabajo y proceso de una pieza intelectual lúcida y testimonial indicadora de un hecho desconocido de la vida de nuestro escritor. Este libro aclara los datos desconocidos hasta ahora  de un escritor de alta significación en nuestro país y en América Latina. El mismo presenta algunos datos sobre cómo vivió el escritor dominicano en sus últimos años de vida y una copiosa escogencia de fotografías, de eventos familiares y actos diplomáticos, reuniones y encuentros, cartas y comunicaciones de dominicanos ilustres, familiares cercanos al escritor y diplomático, así como actas de nacimiento y de matrimonio; la fotografía del escritor con su hijo Jaime M. Cestero y toda una documentación útil para la historia diplomática dominicana en la que TMCL fue un protagonista de valor para el sistema de la Diplomacia Dominicana y de gran parte de la América continental y europea.

Odalís G. Pérez

Escritor

Miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua

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