El toque de tu amor es el génesis del aliento de vida que arrulla todo mi ser. Cada despertar alboreo es una oportunidad dichosa de transformar, suspirar, levantar y caminar con aires de libertad por los distintos parajes de lo cotidiano y lo humano, agarrado intrépidamente de la mano con la esperanza, sin que la sombra fantasmagórica del pesimismo y el desaliento tomen el control de aquellos pasos que conducen a lo trascendente.

Cada mañana es una ascesis pertinente que responde a un llamado de gracia desde lo divino, a fin de evitar que esos sueños y aspiraciones a conquistar, se desboquen ante el descontrol y lo sombrío de las fragilidades, llevando el tesoro de la existencia a vacíos que impidan alcanzar la plenitud que anhela todo espíritu sediento de felicidad. Realmente, la vida contigo no acaba en el vacío, porque contigo hay un futuro cierto que siempre brillará y que se hace verdadero en el presente.

Florece el día donde los versos renacen esparciendo polen de vida en abundancia; el sol brilla y se eleva con más luminosidad mostrando con esplendor su espíritu combativo y su capacidad resiliente de superar aquella oscuridad que una y otra vez le hizo ocultar. Asimismo, se abre con pasos gigantes la sonrisa celestial ante la corriente enfurecida y amenazante de temas desafiantes que buscan asfixiar la quietud que habita en el alma.

Vuelve a resurgir el aliento denodado de ser vencedor frente a los trastornos y desánimos que pueda depararnos la historia terrena, consciente de que lo mejor vendrá en el porvenir, gracias a tú providente misericordia. Con el toque de tú gracia la vida cobra colores primaverales; ya lo frío, gris y marchito no erosiona ni reprime mis recuerdos, porque se asoma ante mis ojos un horizonte tan extenso y claro como el cielo.

Horizonte infinito que quiero caminar de frente y con optimismo, sin miedo a no perderme en el desierto de la vida, porque el reflejo de tu amor es vitalidad esperanzadora para peregrinar más allá, siempre más allá de las incertidumbres que gravitan como aves rapaces alrededor de los pensamientos. Definitivamente, tú esperanza no defrauda, es la brújula perfecta que permite peregrinar hasta el fondo del corazón, sin temor a dejarse confundir o entrar en pánico ante los tantos laberintos y atajos oscuros que habitan en el interior de la conciencia.

He decidido que peregrino quiero ser, no un errante sin brújula que sucumbe ante la desesperación; caminar y esperar con fe y determinación atravesando las tierras áridas que hay dentro de mí, sin dejar de persistir para alcanzar ese punto de llegada, que es el oasis; donde se amansa el sol implacable de ese desierto interno con el frescor tutelar y sanador que emana de sus palmeras.

Oasis, donde me puedo arrodillar a tomar un sorbo de agua de su manantial bendito, que haga calmar la sed ocasionada por mis cansancios y agobios; lanzándome a vivir con renovadas fuerzas e intensidad cada instante y suspiro, con propósitos, detalles, sueños y acciones que haga valorar positivamente la belleza de la vida.

Este refugio como parada es una oportunidad para detenerse a respirar con actitud proactiva, ver de qué está cargada la bóveda del corazón, para decididamente vaciarla y entonces, atreverse a cambiar a una versión mejor, llenando todo aquello de lo que estás vacío.

Es allí en esa atmósfera de remanso y de disposición sensata, donde poniendo atención y escucha al silencio, recibo las respuestas a mis preguntas existenciales. Y cavilando en medio de un mar de dunas envuelto en sentimientos encontrados, entre dátiles y juncos, humedeciendo a la vez la cabeza con agua del manantial eterno, me llegó a la mente entre brumas y claridad algo que leí hace un tiempo, que dice ¨que las respuestas dan certidumbres mientras que las preguntas cuestionan; que las respuestas dicen lo que sabemos y las preguntas recuerdan lo que ignoramos; que las respuestas nos hacen sentir cómodos y las preguntas nos sacan de la zona de confort¨.

Asentí que Él conoce los anhelos más insondables de mi ADN corpóreo y espiritual. Entendí con sonidos armoniosos de jubileo que nunca Él me ha dejado con una respuesta a media. Aprendí que debo aprender a esperar en su amor, porque quien espera avanza hacia los tesoros trascendentes de la verdad inmutable.

EN ESTA NOTA

Ángel Gomera

Abogado

Director Gral. de Prevención y Políticas Ambientales, PROEDEMAREN – PGR; Ex, Director General del Sistema Nacional de Resolución de Conflictos de la PGR; Ex diputado de la República, Abogado con maestrías en Derecho Electoral, Castilla La Mancha, en Ciencias Políticas y Políticas Públicas (UASD). Con diplomados y especializaciones en Formación Política, Universidad Camila José Cela, España; Diplomado Cultura de Paz y Prevención Secundaria y Terciaria de la Violencia, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El Salvador; Nuevas Tecnologías y acceso a la Justicia, Resolución alternativa de conflictos judicializados, AECID – COMJIB, Antigua, Guatemala. He impartido docencia en la Escuela del Ministerio Público, articulista, conferencista y charlista en eventos nacionales e internacionales.

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