Como en todos los países del mundo, República Dominicana no es la excepción cuando se trata de tragedias que causan decenas de muertes. Hace dos años, 38 personas murieron en una explosión en San Cristóbal. En 2005, 136 reclusos fallecieron en un incendio en una cárcel de Higüey.
La explosión del polvorín en Villa Duarte, en la Base Naval 27 de febrero en julio de 1964, causó 12 muertos y má de 120 personas heridas.
Y no hablamos de las tormentas tropicales que han cobrado miles de vida. San Zenón cobró la vida de unas 2 mil personas. El Huracán David y la Tomento Federico también causaron más de 2 mil muertes y 200 mil perdieron sus hogares.
Pero la tragedia ocurrida en la discoteca Jet Set, mientras la gente disfrutaba de una fiesta con Rubby Pérez, gloria del merengue, fue algo que causó un impacto descomunal en el pueblo dominicano. La cifra ya alcanza más de 200 fallecimientos y decenas de heridos hospitalizados y aún no han terminado de retirar todos los escombros.
Primero, el lugar estaba abarrotado de gente, unas 500 personas o más, probablemente superando su capacidad. Segundo, un lugar donde se reunían personas de todas las clases sociales con más de 50 años de historia. Y tercero, un lugar donde el ruido generaba una onda de choque que movía los cimientos de la estructura de la discoteca, algo que quizás nunca se tomó en cuenta.
Habrá muchas versiones de los hechos, incluyendo la idiotez de poner una planta eléctrica en el techo con varios equipos de aires acondicionado. Otras denuncias afirman que desde el techo hacia un tiempo que caía polvo y materiales que fueron vistos por personas que habían estado en otras actividades festivas.
En fin, hay que investigar y conocer mejor que sucedió en el JET SET y eso requerirá tiempo.
Es difícil encontrar a un dominicano que no tuviera entre los fallecidos y heridos a un familiar, a un amigo, un médico de cabecera, un cliente, un profesor o un vecino.
Monte Cristi está de luto. Se dijo que la gobernadora de la provincia, fallecida en el trágico incidente, llamó al presidente Abinader a la una de la madrugado pidiendo auxilio debajo de los escombros. La asistencia de las autoridades fue rápida y efectiva demostrando que ya somos un pais mejor preparado para enfrentar cualquier desgracia.
La familia Grullon perdió a varios de sus miembros, mayormente jóvenes, que celebraban un cumpleaños. José Najri perdió a su hija y mi médico, el gastroenterólogo Yulino Castillo, perdió a su madre que se encontraba junto a su esposo disfrutando la fiesta.
Haina también está de luto ya que Rubby Pérez era oriundo de ese municipio y tenía miles de seguidores que no se perdían sus presentaciones. Varios murieron en el derrumbe de la discoteca.
Mis hijos perdieron a varios de sus amigos y mi chofer, Julio Marcano, me dijo que le dio clases de tenis por 10 años a Alexandra Grullón, hija de don Alejandro y doña Melba Grullón. Sus palabras fueron: “quería mucho a esa niña que comenzó a jugar desde los 8 años. Era muy inteligente, adorable y simpática con todo el mundo y su madre una verdadera dama”.
En fin, que Dios acoja en su santo seno a esas víctimas inocentes y les dé a sus familiares la suficiente fortaleza para superar su perdida. Oramos por su alma. Amén.
PD: COMENCEMOS A REVISAR NUESTRA INFRAESTRUCTURA PARA QUE COSAS ASÍ NO SE REPITAN, RECORDÁNDOLE A TODOS QUE ESTAMOS EN UNA ZONA SÍSMICA Y PROPENSA A SER GOLPEADA POR FUERTE HURACANES TODOS LOS AÑOS.
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