Uno de mis mentores laborales solía repetir constantemente: “Hay que hacer las cosas bien, aunque nadie nos vea”. Cuando se ejerce una función de dirección en el Gobierno, esta frase se vuelve una filosofía de vida, en un sector donde muchas veces lo visible y urgente suele ocupar el centro de la conversación. Hay instituciones que, por su condición técnica, trabajan día a día, sin hacer ruido, sirviendo de base a decisiones fundamentales para la mejora de la calidad de vida de millones de personas.

Esta reflexión cobra relevancia en momentos como este, en una época en la que la posverdad toma el control de la narrativa. Comunicar de forma clara y transparente es vital para las instituciones públicas. Durante más de 2 décadas, el SIUBEN ha sabido adaptarse para crear un sistema de información robusto y adaptable que sirve de sostén al sistema de protección social. En esta constante adaptación, ha pasado de un padrón limitado a las transferencias condicionadas, hasta convertirse en un referente para identificar vulnerabilidades, orientar las políticas públicas de inversión social, responder a las emergencias y aportar en la toma de decisiones basadas en evidencias.

En el último lustro este proceso se ha acelerado. Por un lado, la sociedad dominicana presenta una necesidad de transformación en términos sociales, económicos y territoriales, exigiendo a quienes le gobiernan respuestas más ágiles y equitativas. Por otro, las herramientas tecnológicas y el conocimiento científico han desarrollado una serie de instrumentos que facilitan un mayor aprovechamiento de los datos existentes, para garantizar respuestas más acordes con la realidad social.

Con este contexto, se ha trabajado en la construcción de un sistema que funciona de manera continua, que entiende la realidad social de la gente, que aprovecha la tecnología, que fortalece el talento humano y que utiliza estándares internacionales.

Desde sus orígenes, las actualizaciones del SIUBEN dependían en gran medida de grandes operativos que generaban una foto de la realidad socioeconómica de los hogares. El nuevo modelo combina los levantamientos exhaustivos priorizados, la actualización telefónica y el autorregistro ciudadano, abriendo la posibilidad de interoperar con registros administrativos que reposan en el Estado. Estos cambios buscan responder a la velocidad con la que los fenómenos demográficos afectan las dinámicas particulares de los hogares de manera permanente.

Este cambio traza una diferencia entre la metodología utilizada inicialmente y el momento actual,  que  es  esencial  entender,  antes  de  desarrollar  análisis  sobre  el  nivel  de actualización del SIUBEN, y es que esta base de datos es actualizada diariamente, no únicamente a través de operativos masivos. Al ser un sistema vivo, requiere la construcción de herramientas que permita la verificación, que generan controles automatizados de calidad y que permiten una trazabilidad de cada hogar y cada persona en el tiempo, muchas de ellas en proceso de desarrollo y prueba.

Durante el 2025 avanzamos en la actualización territorial priorizada, con el levantamiento exhaustivo de las provincias Azua, San Juan, Elías Piña, San José de Ocoa y Dajabón, así como el municipio de Villa Montellano de Puerto Plata, y los barrios capitalinos de La Ureña y Capotillo. Para 2026, se tiene en agenda la actualización del resto de provincias de la región Sur, así como Santiago Rodríguez en el Nordeste. Cada actualización priorizada en base a evidencias técnicas.

Los tiempos actuales exigen comprender la vulnerabilidad de las familias pensada en múltiples dimensiones. Para comprender esto, el SIUBEN ha desarrollado herramientas que permiten un análisis ampliado del nivel de bienestar de un hogar, como es el caso del modelo actualizado del Índice de Calidad de Vida (ICV), en el que se incluyen dimensiones vinculadas a la composición del hogar y la brecha digital.

Asimismo, se han desarrollado otras herramientas que permiten medir riesgo climático a través del Índice de Vulnerabilidad a los Choques Climáticos (IVACC), un modelo de ingresos, un índice de privaciones territoriales, entre otros. Esto es clave para medir los niveles de desigualdad que viven las familias al menor nivel de detalle posible, presentando las brechas territoriales que pueden existir, así como posibles diferencias entre hogares ubicados incluso en un mismo territorio.

Con esto, el SIUBEN identifica personas en condiciones especiales (discapacidad, envejecimiento, enfermedad, infantes), mapea riesgos territoriales, facilita información para orientas las transferencias condicionadas, apoya el diseño de programas sociales y aporta datos ante situaciones de emergencias. Entonces, ¿para qué se utiliza el SIUBEN? En definitiva, cuando una institución requiere identificar dónde están y quiénes son sus potenciales beneficiarios, pide información al SIUBEN.

Este reconocimiento trasciende fronteras: Instituciones con autoridad técnica tales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha publicado recientemente un estudio donde se reconoce al SIUBEN como un referente regional técnico en materia de registros sociales en la región. A esto se suman valoraciones de la CEPAL, el Banco Mundial, el PNUD y otras instituciones multilaterales que destacan constantemente el avance hacia un sistema preciso, inclusivo y más adaptado a responder los desafíos latentes de nuestra sociedad.

Esto no son simples elogios, son evidencias de un trabajo articulado que da fruto. Hoy el 78% de la población se encuentra registrado en el SIUBEN, y avanzamos a lograr una meta del 85% a 2028, que permita considerar la universalidad del registro, de acuerdo con las referencias vigentes. En adición a estos logros, nos encontramos atendiendo retos relativos a la actualización periódica de los hogares, la velocidad de respuesta, ampliar los canales de contacto y seguir acercándonos a los territorios con mayores brechas.

En un momento donde la opinión pública exige respuestas rápidas, es importante recordar que las instituciones sólidas no se construyen con ruido, sino con rigor. El SIUBEN actúa bajo esa filosofía: trabajar bien, aunque no siempre se vea, aunque no siempre sea tema de conversación, aunque lo urgente ocupe los titulares.

Este trabajo va brindando grandes resultados, fruto del rigor técnico, la fortaleza metodológica, las validaciones cruzadas y el trabajo ético y tesonero del equipo. Nuestra gestión tiene un compromiso con las familias dominicanas, en especial, con quienes necesitan ser vistos por el Estado, como me lo han expresado tantas personas durante las constantes visitas a campo que realizamos. En este camino seguimos: fortaleciendo el SIUBEN para que sea más técnico, moderno y cercano a la gente.

Augusto de los Santos

Augusto de los Santos. Director General del SIUBEN. Economista con una sólida formación en análisis de datos y gestión pública. Es licenciado en Economía (UASD), con especialidad en Estadística Aplicada a los Negocios (INTEC), máster en Business Intelligence & Big Data (EOI) y posgrado en Dirección Pública (Barna Management School). Cuenta con más de una década de experiencia en la Oficina Nacional de Estadística (ONE), donde ocupó roles clave. También ha colaborado en el Consejo Nacional de Competitividad como coordinador sectorial y encargado interino de Políticas Públicas. En el ámbito académico, es profesor de Economía en UNAPEC y de Analítica de Datos en programas de postgrado de la PUCMM. Ha publicado diversos trabajos a nivel nacional e internacional, aportando conocimiento en temas de estadística, economía y políticas públicas.

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