Permítanme insistir un poco más acerca del tema de la identidad en una época de irrupción tecnológica, como la que se vive hoy. El autor de las Inteligencias Múltiples, Howard Gardner, junto a Katies Davis escribió un libro en el 2013 que fue publicado en español en el 2014 con el título: La generación APP, cómo los jóvenes gestionan su identidad, su privacidad y su imaginación en el mundo digital.
Con los años transcurridos desde entonces, no tengo la menor duda de que ambos autores han tenido la oportunidad de volver sobre el tema atendiendo a los avances que dichas tecnologías han tenido y, sobre todo, la manera como estas nos han ido impactando.
Entonces decían: “Las tecnologías digitales de la comunicación han dado lugar a una plétora de nuevos entornos y herramientas con los que los jóvenes pueden expresar y explorar sus identidades: desde redes sociales hasta plataformas de mensajería instantáneas, sitios para compartir vídeos, blogs, videoblogs y mundos virtuales”.
Hacen referencia a una obra pionera: “La vida en la pantalla: La construcción de la identidad en la era de Internet” de Sherry Turkle publicada en 1995, en el que se “presentaban los espacios en línea como espacios de juego para la identidad, que brindan al usuario la libertad de probar identidades que tienen muy poco que ver con la propia y sin que ello tenga la menor repercusión real”. Pensaba entonces.
Es decir, el “usuario” podía alterar sus propias características físicas, como el color del pelo o de los ojos, como también incluso su género, así como el peso y la talla, y alguno que otro aspecto relativos a su personalidad (su sentido del humor como su grado de extroversión). Aún más, cambiar de especie.
Estas nuevas “experiencias humanas” apenas podríamos inferir sus efectos inmediatos, sobre todo cuando las “vidas reales” parecen entretejerse con la “vidas virtuales”, apenas distinguiendo lo que podrían ser las diferencias entre ambas identidades.
Hacen referencia a Janelle, una joven de 17 años que dice: “Soy la misma persona cuando estoy en línea que cuando estoy fuera. Por lo tanto, lo que hay en línea es lo que hay fuera, y lo que hay fuera es también lo que hay en línea. No soy dos personas distintas”. Es lo que pensaba Janelle.
¿Cuáles serían las consecuencias en el desarrollo de la estructura mental y las narrativas subjetivas que se construyen en los jóvenes y su impacto en el comportamiento? Es una pregunta interesante y compleja a la vez y que debe ser analizada desde varias dimensiones.
En cierta manera, desconectados de la vida social y sumergidos en ese mundo digital, es muy probable que ello explique el fuerte arraigo del individualismo y el egocentrismo presente en la vida actual. El Otro, cada vez, cuenta menos y tiene menos valor para nuestras vidas.
Unido a esto doy un gran salto referencial al hacer algunas acotaciones del capítulo 6 del libro La era de la inteligencia artificial y nuestro futuro humano escrito por Henry Kissinger, Eric Schmidt y Daniel Huttenlocher en el 2021 y publicado en español por ANAYA en el 2023.
Reconociendo la sustitución de nuestra mano de obra en muchas tareas por máquinas es cada vez mayor, levantan algunas dudas al respecto: ¿qué constituirá entonces nuestra identidad como seres humanos? ¿Cómo conciliaremos la IA con conceptos como la autonomía y la dignidad humana?
Llegan a plantear incluso que “con el auge de la IA, cambiarán las definiciones del papel humano, las aspiraciones humanas y la realización humana”. Y por supuesto, sin dejar de preguntarse: “¿Qué cualidades humanas celebrará esta era? ¿Cuáles serán sus principios rectores?”.
Más complicado aun cuando afirman: “A las dos formas tradicionales de conocer el mundo, la fe y la razón, la IA añade una tercera. Este cambio pondrá a prueba -y en algunos casos, transformará- nuestros supuestos básicos sobre el mundo y nuestro lugar en él”.
¿En qué medida el desarrollo de la IA pondrá a prueba los principios en los que se basa nuestra autocomprensión? ¿Estaremos en la posibilidad real de ser los gestores y controladores de la IA en el futuro o, por el contrario, estaremos sujetos a sus “designios”?
Solo algunas cuestiones que puede ser interesante su debate.
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