He de citar mil veces la frase que plasmó Constantinos C. Markides, en su libro, “En la estrategia está el éxito”: “Diseñar una buena estrategia no es una ciencia, es un arte, el arte de hacer preguntas inteligentes, de explorar posibles respuestas, de experimentar con posibles soluciones y de volver a iniciar todo el proceso de pensar, cuestionando las respuestas a las cuales se llegó hace uno o dos años”.
Ha llegado el tiempo de repensar la estrategia y descifrar el famoso acertijo de qué vino primero, si el huevo o la gallina. Pudiésemos durar cien años discutiendo el tema, sin embargo, estamos seguros que tanto el huevo como la gallina son importantes, y que uno sin el otro no han de existir. Lo mismo pasa con la anunciada necesidad de nuevas conexiones aéreas para nuestro destino con el objetivo de poder incrementar la cantidad de turistas que nos visitan. Si no se aumenta la demanda, no se concretizarán nuevos vuelos.
Nuestra isla ha sido, hasta ahora, uno de los destinos mejor conectados de todo el Caribe, y si estas opciones de conexión han disminuido, sería interesante cuestionarnos ¿por qué?, y actuar en consecuencia.
Si el interés es tan sólo incrementar las conexiones aéreas ya existentes, entonces lo correcto sería definir en qué mercados necesitamos implementar nuevas estrategias o redirigir las que ya existen, con el objetivo claro de incrementar la demanda.
Estados Unidos es el mercado número uno de emisores de turistas hacia República Dominicana, seguido por Canadá, y apoyado por nuevos mercados sudamericanos que sorprenden agradablemente por el incremento en la demanda.
Los mercados europeos, por el contrario, que han sido por muchos años nuestros principales mercados emisores, han reflejado en los últimos años una caída drástica, convirtiéndose ya en una preocupación para los principales actores del sector turístico nacional.
Vemos con preocupación como mercados tradicionales como España, Alemania, Francia, Bélgica, Holanda e Italia han pasado a ser mercados secundarios, esto es debido a algunos factores externos, tales como la situación económica de algunos de esos mercados, los conflictos bélicos que acaecen en la zona, y por otro lado la necesidad de una presencia más agresiva de la marca en los mercados.
En el marketing para destinos turísticos, es importante distribuir porcentualmente la inversión en acciones de promoción en los mercados proporcionalmente a su desempeño, reforzando sobre todo aquellos que necesiten una mayor atención, y Europa necesita apoyo de manera urgente.
Las líneas aéreas, como empresas lucrativas que son, responderán a la demanda existente en el mercado, y a pesar de que no todas tienen la disponibilidad necesaria de aviones en cualquier momento, sabemos que muchos de estos mercados han surgido y se han desarrollado gracias a la planificación de su producción contando con aviones alquilados, lo que ha sido por mucho tiempo el llamado negocio de los charters, por lo tanto, no es tan solo lograr mayores vuelos comerciales, sino además, negociar con esos operadores la posible planificación de vuelos charters al destino.
En Europa es necesario además que abracemos la sostenibilidad. Los destinos competidores cercanos han aprovechado el momento para destacar la ventaja de la cercanía geográfica para evitar la afectación al medio ambiente. Muchos ambientalistas llaman a no viajar en vuelos de larga distancia, sobre todo por el impacto que producen las emisiones de gases que afectan a la capa de ozono.
Que el destino haya estado ausente por varios años en los medios de comunicación tradicionales internacionales ha afectado directamente la productividad de los mercados. Si queremos que las líneas aéreas y turoperadores aumenten sus vuelos al destino, tenemos que definitivamente incrementar la demanda y utilizar estrategias mercadológicas que promuevan la sostenibilidad (como pueden ser los programas existentes de compensación de las huellas de carbono), y estoy segura que las líneas aéreas actuarán en consecuencia. Exactamente la misma dinámica del huevo y la gallina.
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