Anoche soñé que este país hacía frontera con Dinamarca. Y que Dinamarca era un país muy pobre, donde la gente solo tenía desesperación, abandono, olvido e incertidumbre. Y que los habitantes de Dinamarca poblaban como jornaleros nuestras tierras labrantías. Y debo decir, para complacencia de los racistas que alientan el "gran problema fronterizo", que todo era bien lindo. Infiero de mi sueño una solución al caso: mandar a los haitianos o irnos nosotros para Dinamarca, o traer a los daneses para esta isla. Que los daneses escojan. (Creo que el único problema práctico a resolver sería convencerlos de que mudarnos de país nos conviene a los tres).

Ramón Colombo

Periodista

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

Ver más