Si ustedes pensaban que estos latidos que "lato" semanalmente son "algo enredados" o que me patina "el coco", con este podrán despejar toda duda al respecto.

¿Qué es esta vaina? Y me refiero a todo, ¡toda! ¡Todita! Las cosas que somos y pensamos ser…

Un cuerpo formado "matemática y 'exaticamente' bien" por millones de "cosas raras" que no sabemos cómo lograron formarse y acoplarse para desarrollar este cuerpo.

Luego, el ambiente que habitamos, compuesto de veinte mil vainas más que escapan a la mente del mejor escritor y sus creaciones locas.

Entonces viene lo más inconcebible, ¡usted! "¿Qué piensa?" o "cree pensar", y se hace otras veinte mil pendejadas que intentan darle sentido a todo esto.

Una luna callada que nos mira en las noches, burlándose del misterio. Un sol echando chispas e inagotable. Podemos sentir su calor, pero además, ¡podemos verlo prácticamente sobre nuestras cabezas! Ahí está echando fuego, mientras nosotros confiamos en que no nos caerá de golpe.

¡Mientras seguimos indiferentes a "esta locura"! Construimos vainas que nos permitan "vivir mejor", trenes, hospitales, aviones, edificios y todas esas creaciones que nos entretienen de "pensar", en todas estas maravillas que nos rodean y hacen posible la vida en la tierra.

Por cierto, esa es otra vaina increíble, una bola de tierra que pesará una fortuna y encima, flotando en el espacio, y este que es oscuro y vibrante.

Si la hazaña de Cristóbal Colón la encontramos fascinante, imagínese navegando en el espacio en busca de "nuevas vidas". Un universo increíblemente infinito donde se guardan todas las melodías y secretos de esta vaina…

Usted se da una dosis de hongos y saldrá volando con una carita de amor hacia "esos lugares" escondidos y extraños que, cuando "logra regresar de la nota", se da cuenta de "lo insignificante" que somos.

Tratando de encontrarle un sentido a esta vaina, regresamos más perdidos y absolutamente convencidos que este ego y vanidad que mostramos es nada ante lo inconmensurable del universo.

Millones de árboles que nos dan alimento; pareciera que los pusieron ahí con la finalidad de que aguantáramos hasta que nos muramos, y esta es la otra vaina rara…

Una muerte que caduca a "cierta edad" y nos convierte en fantasmas, o almas, o… quién sabe qué carajo cosa, mientras "pensamos" en "tocar" las puertas de "la eternidad".

Estamos llenos de lagartos y cucarachas y millones y millones de vainas más que nos pasan por los pies y a veces se nos suben encima haciéndonos pegar gritos de terror, porque nadie quiere "morirse" y, en verdad, no sabemos si siquiera estamos vivos o es una "manipulación" o simulación…

En fin, ¿que nadie sabe qué vaina es esta? ¿Ni quién carajo la hizo? Y si alguien la hizo, ¿quién hizo al que la hizo? Y así seguimos "existiendo" sin tener claro cómo existimos ni para qué.

Conclusión: Como no entendemos esta vaina, por más vueltas que le demos, nos aferramos a "un Dios" tan misterioso como todos los misterios mencionados. En fin, que la vaina no tiene sentido por más vueltas que le demos. ¡Salud! Mínimo Vainero.

Posdata: Si usted tiene la respuesta "objetiva y perogrullada" del asunto, haga el favor de compartirla con nosotros, dejando de lado las especulaciones. ¡Salud! Otra vez.

Máximo Caminero

Artista

Máximo Caminero; artista plástico dominicano residente en La Florida. Su labor cultural navega ya por más de treinta años entre la pintura y las letras. Sus escritos tocan temas filosóficos, políticos, cotidianos, anecdóticos o como a él le gusta llamar “Todas Las Puertas”. Autor del libro “Patricio, Todas Las Puertas” novela existencialista con pinceladas de humor y realismo mágico.

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