Mientras la productividad laboral se ha triplicado desde el 2000, el salario real de los trabajadores privados se ha mantenido en un 8.3% por debajo del poder de compra. (“Radiografía del Trabajo y los Salarios en RD 2024”, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES) de la UASD y Fundación Juan Bosch).

El estudio estimó en US$21.89 en 2023 el producto interno bruto (PIB) por hora trabajada, mientras el crecimiento promedio anual del salario real fue de apenas 0.8 %, al pasar de RD$10,665.0 en 2007 a RD$11,836.5 en 2023. “El poder adquisitivo de la media del ingreso laboral aumentó apenas RD$1,171.5 en 17 años”.

La fuerza de trabajo es la única mercancía cuyo precio solo se reconoce dos años después de haber reducido su poder adquisitivo. Los autores consideran que los aumentos de los salarios mínimos deben incluir el crecimiento de la productividad, más el alza de la inflación durante el período.

La productividad se calcula dividiendo la cantidad producida, entre las horas de trabajo empleadas en el año. Constituye el principal indicador de eficiencia, y se logra al producir una mayor cantidad de bienes y servicios, empleando las mismas horas de trabajo durante el mismo período.

Elevar la productividad es el objetivo central de toda actividad económica para reducir el costo promedio de los bienes y servicios y obtener un mayor excedente. Lejos de compartirlo, el afán de lucro desmedido induce a su apropiación total excluyendo a los trabajadores y/o mediante una repartición desbalanceada, generando tensiones y demandas sociales.

Otro signo positivo es que, según señaló Laura Peña Izquierdo, presidenta de COPARDOM, “los empresarios presentarán un análisis macroeconómico que examina el aumento de la inflación en los últimos dos años, la evolución del índice de productividad laboral en la última década y el impacto en la informalidad en la economía”.

Habrá que esperar los cálculos del movimiento sindical para evaluar los enfoques de cada sector hacia la búsqueda de una solución equilibrada, justa y sostenible. La práctica de reajustar el salario mínimo cada dos años no se corresponde con el esfuerzo continuo de los trabajadores para situar al país en la cima del crecimiento sostenido de nuestra economía.

El ajuste del salario mínimo basado solo en el aumento del índice de precios al consumidor (IPC) apenas restablece el poder adquisitivo erosionado por la inflación de los trabajadores de menores ingresos. Esta práctica, deja de lado su participación en el aumento de la productividad y excluye al resto de los trabajadores.

El progreso compartido crea mejores condiciones para el desarrollo sostenible

En esa misma dirección se enmarcan las observaciones del Lic. Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, al señalar que durante décadas se ha registrado un lento avance del salario real en relación al crecimiento económico, recomendando “derramar” los frutos del progreso económico.

Pero la disposición de un reajuste bianual y sólo de los salarios mínimos fomenta la inequidad y la desigualdad social. Primero, porque la inflación es permanente y erosiona el nivel de vida de manera continua, y segundo, porque su impacto corrosivo también afecta a los demás trabajadores reduciendo su capacidad real de consumo.

Hace dos años, el presidente Luis Abinader concertó un aumento de los salarios mínimos de los trabajadores no sectorizados, superando por primera vez en mucho tiempo, el índice de precios al consumidor. El resultado fue un aumento del 28% en tres etapas, elevando el poder adquisitivo de los trabajadores de bajos ingresos. Esperamos que ahora se repita.

Con un espíritu de justicia, y para realmente reducir las desigualdades sociales en el país y derramar el progreso, lo justo sería que todos los servidores públicos también sean beneficiados con estos ajustes anuales ya que, al igual que los trabajadores privados, también son víctimas de la inflación anual.

La Fundación Seguridad Social para todos (FSSPT) apoya las justas demandas de un aumento anual de los salarios para compensar la inflación y compartir la productividad. Un reajuste que no solo incluya a los trabajadores con salarios mínimos, sino a todos los empleados públicos y privados.

Arismendi Díaz Santana

Economista

Economista especializado en seguridad social en España. Dirigió el equipo técnico que diseñó el Sistema Dominicano Seguridad Social (SDSS) y redactó la Ley 87-01. Primer manager General del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS). Ha sido Consultor de la OPS/OMS, BID, PNUD y la OISS en seis países de América Latina. Ha realizado decenas de consultorías para las ARS y PSS del país, públicas y privadas. Autor del libro “Cómo se diseñó y concertó la ley de Seguridad Social”.

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