La economía dominicana comenzó lenta en el 2025 y con altas y bajas que no permiten mostrar una clara tendencia. En enero crecimos 2.2%, en febrero caímos a 0.7%, en marzo subimos a 5.4%, en abril volvimos a caer a 1.7% y en mayo aumentamos en 3.1%.

Un crecimiento errático que da como resultado un crecimiento en los primeros 5 meses del 2025 de un 2.6% y de 3.1% interanual.

¿Cuál es la razón de este comportamiento? Hay factores internos y externos. El resultado acumulado en el período refleja una moderación en el ritmo de expansión de la economía, asociada a una desaceleración de la demanda interna, particularmente de la inversión, componente propenso a reaccionar ante cambios en las expectativas de los agentes económicos, las cuales han sido afectadas por las condiciones de incertidumbre imperantes en el entorno internacional.

La variable clave ha sido la tasa de interés que se mantienen alta antes las expectativas de que la inflación vuelva a repuntar. Igualmente, el débil gasto de capital del gobierno respecto al monto presupuestado hasta junio del 2025.

El Marco Macroeconómico de Republica Dominica revisado en marzo del 2025, proyectaba un crecimiento del 4.5%. La misma cifra usada por el FMI.

Sin embargo, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo ha revisado a la baja su estimación más reciente (junio 2025) y proyecta un crecimiento de 3.5% para la economía dominicana.

Aun así, estaríamos entre los primeros 3 países con mayor crecimiento de Latinoamérica y El Caribe, que la Cepal estima  en un 2% promedio. Estados Unidos estaría en 1.4%, La Unión Europea en 1.1% y China 5%.

Esta cifra de 3.5% parece mucho más racional siempre que haya un empujoncito para crecer algo más el 4% en los próximos meses.  En efecto, el 13 de junio de 2025, la Junta Monetaria (JM) autorizó al Banco Central de la República Dominicana (BCRD) a liberar recursos del encaje legal por RD$50 mil millones, un 2.4 % del pasivo sujeto a encaje legal.

Estos recursos, más la prórroga por 6 meses de RD$17,000 millones de facilidades de liquidez rápida, le quita presión a los bancos, que también podrán utilizar otros RD$14,000 millones del encaje legal disponible aprobada en el 2024.

Las condiciones seguirán siendo las mismas. Préstamos a tasa del 9% anual y plazos de hasta dos años, para sectores económicos de amplio impacto en la actividad productiva.

Solo faltaría que el gobierno apriete el acelerador en el gasto de capital para que ambas medidas logren levantar la economía. Ayudaría mucho comenzar el desmonte a los subsidios a los combustibles como sucedió el pasado viernes con algunos derivados, aunque excluyó la gasolina.

Sin embargo, podrían presentarse situaciones favorables o desfavorables en el 2025 que alteren estas cifras. Los precios del petróleo y del oro serán determinantes, como lo es el arancel de 10% a las exportaciones a Estados Unidos o el impuesto del 1% a las remesas.

Finalmente, también hay que esperar los datos de crecimiento e inflación en Estados Unidos para el segundo semestre que determinaran el curso de las decisiones de la FED sobre las tasas de interés y el rendimiento del bono del tesoro a 10 años (el desempleo bajó a 4.1% en junio).

Otra caída del PIB de Estados Unidos, como la ocurrida en el primer trimestre, tendría repercusiones en nuestra economía, aunque no tendría mucho sentido con un nivel cercano al pleno empleo.

 

 

José Lois Malkún

Economista

Economista dominicano. Trabajó como consultor de varios organismos internacionales, como el BID y el Banco Mundial. Fue director de la Comisión para la reforma del Sector Salud, Ministro de Finanzas y Gobernador del Banco Central, en el período 2003-2004.

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