“El afán del día no entra en conflicto con dedicar algunos minutos para mejor comprender dónde estamos y qué somos”.

Conocer sobre los átomos y sus combinaciones en moléculas es esencial para entender el mundo y a nosotros mismos pues nos constituyen; pero sumamente interesante es conocer el llamado mundo subatómico.

De ese mundo subatómico se ha tratado lo básico y en su intención de forma simple en relación con el electrón y el núcleo atómico en torno al cual “orbitan” los electrones. De ese núcleo se sabe además que está formado de partículas de carga eléctrica positiva llamadas protones y partículas sin carga eléctrica llamadas neutrones.

Impresionante es agregar a lo dicho que la ciencia ha demostrado que los protones y neutrones están a su vez constituidos por otras partículas llamadas quarks.

El descubrimiento de los quarks primero solo a partir de ecuaciones matemáticas y luego comprobado experimentalmente es uno de los capítulos más fascinantes de la ciencia y la tecnología.

Ya para las primeras décadas del siglo XX se había confirmado la existencia del núcleo atómico y así inclusive aun antes de los electrones; pero parecían presentarse desde entonces cientos y hasta miles de supuestas partículas “elementales” del análisis de los llamados rayos cósmicos que llegan  a la Tierra desde el espacio y que eran captados en su dispersión  a partir de equipos de detección a ciertas alturas; luego también mediante colisionadores acelerando   partículas subatómicas  hasta velocidades cercanas a la luz para hacerlas chocar y producir otras partículas, generando también una enorme cantidad de partículas que tampoco  se podían explicar plenamente.

Como expresión del desconcierto se le calificaba como un “zoológico partículas”.

El descubrimiento de los quarks contribuyó por lo tanto a explicar la estructura del átomo desde la racionalidad de solo algunas partículas elementales como constituyentes, superando así aquel desconcierto.

Evidente es que conocer de los quarks es conocer mejor al átomo.

Dentro de las características más fabulosas de los quarks está el llamado confinamiento, lo que quiere decir que permanecen invariablemente dentro de protones y neutrones. Sorprende además que tienen cargas eléctricas fraccionarias (¡?!); también con denominaciones muy peculiares en la intención de facilitar su comprensión -hasta de tintes literarios- se identifican seis tipos de quarks: arriba, abajo, encanto, extraño, cima, fondo; así como otras tres características de la denominada color:  rojo, azul y verde.

Sin ser libres y desde ese confinamiento, qué tanto contribuyen los quarks a entender el átomo, el mundo y la vida. Más que razones para merecer algunos clics adicionales si se desea ampliar su fascinante comprensión.

Ramón Morrison

Consultor en Desarrollo Organizacional

Profesor de ciencias de primaria, secundaria y universitario ya jubilado, con la misma pasión de entonces.

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