Pude contar los nombres de 200 filósofas en este maravilloso libro. 70 de ellas mencionadas en la primera parte, que trata sobre filósofas de la antigüedad y sus escuelas; más 130 trabajadas sus ideas reflexivas y de forma artística agrupada en 26 temáticas.
Se trata de un libro cuya elaboración requirió de un esfuerzo extraordinario, que, de manera necesaria, representa un aporte invaluable a la historia grafía del pensamiento filosófico y, a la vez, merecido reconocimiento a las mujeres filósofas, que al igual que las científicas, han permanecido invisibilizadas en la historia de la filosofía.
Este libro, del filósofo Joseph Mendoza, que tenemos el privilegio y el honor de comentar, es producto de una investigación acuciosa de gran valor epistémico y cultural.
Para la creación de tan importante obra, su autor se vio obligado a imaginar el tema, lanzarse a la búsqueda de fuentes documentales, explorarlas, seleccionarlas y leerlas de manera reflexiva, además interpretarlas y organizarlas.
Debido a ello, pudo hacer una síntesis de los aportes filosóficos de cada una de las pensadoras que desfilan por dicho texto.
Todos esos pasos Mendoza lo realizó estableciendo un diálogo con la obra de cada filósofa y la historia de la filosofía.
La escritura plasmada por el autor presenta un estilo borgiano, por su capacidad, concisión, profundidad y gracia.
Mendoza trabaja los aportes de las filósofas agrupadas en 26 temáticas y, la vez, recorre una diversidad de problemas filosóficos que abarcan desde mujeres filósofas de la antigüedad y varios temas significativos. Como, por ejemplo: filosofía estética y danza, función terapéutica de la filosofía, ética médica y mirada filosófica, ética de la enfermería, fundamento del cuidar y curar, amistad y convivencia; la justicia, la soledad, así como metafísica, sueño y penumbra, discurso y diálogo filosófico.
Cada problemática es trabajada según el núcleo de las ideas que más se destacan en las filósofas. En tal sentido, al trabajar las ideas de las filósofas en la Grecia antigua, Mendoza destaca los temas siguientes: el asombro y la curiosidad como fuente del filosofar (Jeanne Hersch); Sócrates: mayéutica, muerte y justicia (Malena Lasala).
También, mucho más que poco, trata el pensamiento de los cínicos y su extraña filosofía de vida (Vanessa Lemm); el Jardín de Epicuro: entre la sabiduría y la armonía (Llaria Gaspari).
Además, también, reflexiona sobre los estoicos, su saber y ética de vida (Anna Schrieff); Saber gozar y el sentido del placer en Platón (Beatriz Bossi); los sofistas y el arte de filosofar (Barbara Cassin); Hedonistas y culto al placer (Esperanza Guisán), entre otros.
Es particularmente interesante la recuperación del sentido crítico y positivo que hace el autor de este libro sobre el papel y las ideas de los sofistas, a quienes considera pensadores “lúcidos” siguiendo, hasta cierto punto, en esta idea a Barbara Cassin.
Mendoza recomienda “leerla y releerla cuidadosamente para destruir interpretaciones prejuiciadas que, injustamente, pretenden desacreditar y desconocer la originalidad del pensamiento visionario de los sofistas.
Según el autor “eso ayudaría, en gran medida, a la comprensión de virtudes y debilidades de esos grandes maestros de la cultura y el arte de filosofar”.
Con esta defensa de los sofistas se persigue destruir prejuicios que, desde los tiempos de Socrátes y Platón, tienen gran peso en la cultura occidental y en esos pensadores, que, como sabemos, fueron presentados como embaucadores y charlatanes de la filosofía y no como crítico y demócratas del pensamiento clásico griego.
A mi modo de ver, lo más importante y destacable de dicho libro es la ardua tarea de hacer visible los aportes de las filósofas en la historia de la filosofía.
Cabría decir, no sin razón, que la filosofía occidental (desde la antigüedad hasta nuestro días), por más 2,500 años, ha relegado a un plano secundario la visión de la mujer, ocultando sus extraordinarios aportes en la esfera del pensamiento filosófico y otros ámbitos, como verbigracia: las ciencias y creaciones artísticas.
El estilo claro, preciso y conciso, sin perder profundidad y rigor, es necesario destacarlo en este importante libro, donde cada tema es abordado con mesura, naturalidad y racionalidad.
Las filósofas, sin excepción alguna, atesoran abundante sabiduría para comprender la realidad con suma claridad
Por eso, trascienden dificultades y desafíos de la vida, al tiempo que saben descodificar el lenguaje de la realidad y, a vez, forjar, con reposada calma y espíritu crítico, un concepto explícito sobre la compleja relación que seda entre ser y no ser, lo conocido y desconocido.
Gracias a la sabiduría, las filósofas orientan su quehacer por senderos de comprensión y libertad de razón.
De ahí que pudiesen crear ideas novedosas y tener representaciones certeras, no sólo sobre la realidad, sus diversas manifestaciones y totalidad de sentidos, sino de conocimientos de diferentes ámbitos de las ciencias, la tecnología y la cultura en general.
Cabría decir, con sobrada razón, que la obra” Mujeres filósofas y sabiduría para el buen vivir” es, además de valioso aporte a la cultura nacional(no solo por ser la primera obra sobre mujeres filósofas escrita en nuestro País, sino por la riqueza de su deslumbrante contenido) contiene filósofas todos los continentes. (Asiático, africano, europeo, americano, oceánico, así como de algunos países colindantes con la Antártida).
Por esas y otras razones, es, sin el menor asomo de duda, la obra más completa que existe en el espacio- tiempo del presente contexto epocal.
Diríase que cada filósofa analizada, el autor la presenta con una escritura placentera, que además de informar, incita a la reflexión filosófica de los grandes temas que comprende el filosofar.
Sin lugar a dudas, “Mujeres Filosofas y Sabiduría para el Buen vivir”, es una obra que puede servir de lectura para cursos académicos de filosofía; así como para iniciar a los interesados (estudiantes, docentes y público en general) en la reflexión filosófico de manera didáctica.
En definitiva, “Mujeres filósofas y sabiduría para el buen vivir” es una valiosa obra para ser leída una y otra vez y comprender, sobre todo, las ideas, conceptos y pensamientos de las filósofas acerca de diversas temáticas de carácter gnoseológica y existencial.
Ello, sin duda alguna, permitiría apreciar la sabiduría de las filósofas de distintos contextos epocales, y, por tanto, usarla, en la medida de lo posible, en la solución de los grandes problemas que afectan drásticamente el mundo de hoy.
Habría de ser así y no de otro modo, porque la sabiduría filosófica de las mujeres es, ciertamente, fundamental para interpretar y entender, con claridad meridiana, no solamente acontecimientos pasado, sino también del presente siglo.
Como se ha de saber, este tiempo se caracterizado, entre otras cosas, por la proyección de certezas, incertezas, desavenencias, incertidumbres, contrariedades, malquerencias, conflictos, desacuerdos, soplos de progresos, avances de la tecnociencia, el cibermundo, la cibercultura y la inteligencia artificial, cuyos ímpetus parecen indetenible. Y lo peor: amenazan, en gran medida, la lógica racional de este aquí y ahora.
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