En este segundo y último artículo sobre Hábitos nocturnos que favorecen la salud cerebral profundizaré los aspectos que tienen que ver con la gratitud y los hábitos que deberíamos asumir previo a irnos a dormir.

Según hemos comprobado los especialistas en higiene y salud mental, expresar gratitud con frecuencia crea una cascada química que ayuda al cerebro a soltar, filtrar, reorganizar y fijar las informaciones importantes, fortalecer la memoria y restaurarse durante el sueño.

Por su parte, un estudio revisado por nosotros sobre la gratitud encontró, que las personas que escribían un mínimo de cinco cosas por las que estaban agradecidas antes de irse a dormir, se despertaban más positivas y alegres y, a su vez, eran más creativas durante el día.

Asimismo, otro estudio de la Universidad de California encontró, que una práctica regular de gratitud, se relacionada con una mejor calidad del sueño, una presión arterial más baja y un sistema inmunológico más fuerte.

También dicho estudio confirmó, que la gratitud reduce la percepción de amenaza que percibe el cerebro, lo que activa áreas de la corteza pre-frontal asociadas con la regulación emocional y la calma.

Como podemos apreciar, la gratitud no es solo un sentimiento, sino un bálsamo para la neuroplasticidad cerebral, lo que favorece una buena higiene y salud mental de quienes la practican con frecuencia.

Por otra parte, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que el cerebro sigue siclos y que, esos ciclos son marcados por la luz, el sonido y los alimentos que consumimos antes de irnos a dormir.

En tal sentido, si una persona se alimenta de forma errada, duerme de forma errática y su cerebro no logra desintoxicarse y regenerarse durante la noche, al día siguiente, la persona presenta problemas de concentración y socialización con sus pares.

Además, sabemos que, si el cerebro se sobreestimula antes de irnos a dormir, este se mantiene alerta; mientras que, cuando la persona se alimenta a la misma hora, se estira suavemente y respira profundamente, el cerebro recibe el mensaje de que está listo para iniciar su proceso de limpieza y restauración.

De nuestro lado, cuando las personas deseamos dormir bien y restaurar nuestros cerebros adecuadamente, debemos seguir un ritual para reducir el estrés y la ansiedad, realizar movimientos suaves del cuello, hacer círculos con los hombros, hacer una flexión hacia delante y, finamente, inhalar y respirar por la boca o nariz.

Según nos consta, el movimiento suave del cuello, los brazos y las piernas, aumenta el flujo sanguíneo, calma el sistema nervioso simpático, abre el modo de filtración, relajación y reparación del cerebro automáticamente.

Como tales, los movimientos suaves preparan el escenario para la relajación cerebral e iniciar el proceso de limpieza, fortalecimiento de la memoria, la fijación de los aprendizajes nuevos y la regeneración de la neuroplasticidad cerebral.

Asimismo, los especialistas en higiene y salud mental sabemos, que durante el sueño, el hipocampo juega el rol del bibliotecario de la memoria, organizando y consolidando las informaciones claves. Para realizar esta función, la memoria necesita calma, suficiente oxígeno y energía.

Además sabemos que, si las personas nos vamos a dormir hambrientas, estresadas y sobreestimuladas, nuestras memorias se dispersan; mientras que, si ingerimos alimentos ligeros, respiramos suave y profundo, el cerebro se convierte en nuestro jardinero.

Por su parte, cuando las personas preparamos el ambiente adecuado previo a irnos a dormir, evitando los ruidos innecesarios, el cerebro se relaja y se prepara para realizar su función de limpieza, fijación de las cosas más importantes que ocurrieron durante el día y se regenera.

Como hemos podido observar, cada noche es una oportunidad que tenemos para fortalecer nuestro cerebro y sembrar claridad mental, lo que nos permite que la mañana siguiente estemos descansados, relajados y listos para asumir con energía y entusiasmo nuestras respectivas responsabilidades y tareas.

Por lo que hemos visto, el cerebro no está hecho de piedras, es un órgano vivo, plástico y adaptable, ya que la neuroplasticidad cerebral no desaparece con la edad, por lo que nunca es tarde para asumir hábitos nocturnos sanos que favorezcan nuestro cerebro.

En tal sentido, asumir consciente y responsablemente, hábitos nocturnos sanos, es clave para el bienestar general de las personas añosas, especialmente para los adultos mayores que padecen de hipertensión arterial, diabetes tipo uno y dos, obesidad, sobrepeso, trastorno de ansiedad, bipolaridad y depresión.

No obstante, si el cerebro está contaminado y sobreestresado, automáticamente se autoprotege y se ralentiza. Un cerebro ralentizado, es una bomba de tiempo que compromete nuestra salud mental.

Según sabemos los especialistas en higiene y salud mental, la mayoría de los hábitos nocturnos dañinos para la salud cerebral se pueden sustituir, cuando las personas reconocemos que somos los arquitectos de nuestro propio bienestar.

Finalmente, desconectarnos de los dispositivos electrónicos dos horas antes de irnos a dormir, leer, escribir una lista de gratitud, escuchar buena música, meditar, disponer de un ambiente cómodo y con luz suave, establecer una rutina diaria para acostarnos y levantarnos, regula nuestro reloj biológico, lo que favorece una buena salud cerebral.

“Un exterior saludable, comienza en tu interior” (Robert Urich).

Telésforo González Mercado

Psicología Social

Telesforo Gonzalez Mercado es Especialista en Psicología Social, Dr. en Planificación Estratégica, académico e investigador. Profesor y tutor para estudiantes de Maestrías y Doctorados en Ciencia para estudiantes de los USA y Canada. Es Conferencista y articulista sobre temas relacionados con el medio ambiente y el cambio climático, resiliencia, construcción de ciudadanía, planificación estratégica, inteligencia emocional y liderazgo. Es Experto en Cooperación Internacional para el Desarrollo. Fue Rector de la Universidad Agroforestal Fernando Arturo de Meriño (UAFAM).

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