La voz de Dios es sugerente.

Tiene la sonoridad del Espíritu,

la fuerza creadora del Padre,

el principio salvífico del Hijo.

Es una voz múltiple,

con ondas que dan vida;

su modulación es mística,

el poder es inclusivo,

la magia es artística.

La voz de Dios es dulce,

esparce cercanía,

despierta al adormecido,

levanta al que está caído,

cambia las actitudes,

sana el corazón herido.

Dinorah García Romero

Educadora

Investigadora del Centro Cultural Poveda - Directora  del Proyecto: Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda. - Titular de Formación continuada en el Centro Cultural Poveda. - Docente del  Máster en Psicología de la Educación y Desarrollo Humano en Contextos Multiculturales,  Universidad de Valencia-Universidad Autónoma de Santo Domingo. - Co-Directora de Tesis en el Programa de Doctorado en Educación, Universidad de Valencia-Universidad-Autónoma de Santo Domingo.  

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