"Quien nunca ha mentido nunca ha vivido".
Esas emociones que nos hacen temblar el cuerpo son las que nos recuerdan "lo que es estar vivo". Uno no se puede pasar la vida como un robot haciendo las cosas "como deberían hacerse"…
La mentira suele tener más seguidores porque la verdad es amarga, recordando a mi ido a destiempo amigo Daniel Efraín Raymundo. A ninguno de nosotros nos gusta que nos digan la verdad. Preferimos que nos sigan engañando y diciendo "cosas" que en el fondo sabemos no lo son.
¡Estás igualito! ¡Falso! ¿Cómo voy a estar igualito después de 40 años de no vernos? Cada día soy más momia que "aquella piel" estirada, suave y firme de antaño.
La verdad de la mentira es que es compasiva y hasta "noble"; al final lo que uno tiene es que pasarla lo mejor posible sin tantas "vainas" y situaciones que uno no entiende y que no es necesario entender.
Hay mentiras que terminan convirtiéndose en verdad, ya que todo lo que "se cree" y se repite constantemente termina en "una verdad", digamos "disfrazada". Aunque la verdad siempre será "la verdad".
Yo pienso que hay verdades que se transforman y terminan en una mentira, por ejemplo, el amor, ese que nos atrapa en una niebla rosada, cegándonos y haciéndonos hacer cosas que desconocíamos podíamos; de repente cambia y se desinfla en una nube oscura.
Esa verdad ya es una mentira. ¡Lo fue! Pero ya es otra cosa. Ahora es "la mentira de la verdad". Caramba, ¡la vida es en verdad complicada y tan llena de momentos y ecuaciones que uno no sabe si está viviendo una verdad o una mentira…!
¿Lo sabe usted? Precisamente "para dar respuesta" a esta pregunta, la gente se fanatiza en algún culto, credo o religión, donde "le darán respuesta" a "la verdad de la mentira"…
Bueno, cada cual que se aferre a "su verdad" si esta le hace sentirse "seguro" de que no estamos solos y que todo esto tiene un propósito y, por supuesto, sí "allí" le están diciendo "la verdad" de hacia donde vamos, de donde venimos y "el propósito" de la vida…
Esas cuestiones son las que les dan "sentido" a las mentiras y verdades en las que solemos navegar para ir sorteando los vendavales de la existencia.
Lo que no es, ¿es mentira? ¿Lo que "es" es verdad? Si esto es así, entonces podemos afirmar que "la verdad" solo existe cuando está y cuando no, es mentira. En otras palabras, ¿usted y yo y todos los demás somos verdad porque estamos presentes y, tan pronto "nos den de alta", seremos mentira…?
Aquí está el meollo de la verdad de la mentira; que conste que estamos hablando en términos "especulativos". La verdad se sostiene por sí misma "mostrándose" y así descarta toda la mentira que se pensaba de ella.
Pero el lío es que "hay otras verdades creadas por la mentira"… Mentiras que se muestran físicamente como la verdad, pero a través de "un engaño" bien calculado por la mentira.
Como ya los estoy enredando, voy a sintetizar este latido, diciendo que la peor verdad que llevamos es la mentira que somos. Cada día tenemos pensamientos "duales" que van en contradicción con nuestras acciones.
Si interactuáramos con los demás como en verdad pensamos de ellos y no con la mentira en que lo hacemos, terminaríamos aislados los 7 mil millones de habitantes de la tierra.
Porque la mentira es más diplomática que la verdad. Y la verdad es que somos una sarta de elementos disfuncionales intentando que nos crean nuestras mentiras y que nunca descubran "nuestra verdad". ¡Salud! Mínimo verdadero.
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